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Ruckauf también podría pagar con
bonos a los empleados públicos

El ministro de Trabajo provincial admitió que parte del aguinaldo podría pagarse en bonos. Se negocia que estos títulos sean aceptados como medio de
pago por empresas privadas.

El gobernador de la provincia de Buenos Aires, Carlos Ruckauf.

El gobierno de la provincia de Buenos Aires reveló ayer que ya está en marcha la impresión de bonos con los que pagará a proveedores y admitió que, eventualmente, los empleados públicos podrían cobrar una parte de sus salarios en dichos papeles. Para este último fin, según pudo saber este diario, se negociaría con supermercados y otras empresas de venta al público para que acepten como medio de pago los bonos emitidos por la provincia. Domingo Cavallo fue quien más luchó, cuando era ministro de Menem, para erradicar la emisión de bonos provinciales como si fueran dinero, una práctica incompatible con el régimen de Convertibilidad. Pero, dado el ahogo financiero tanto de la Nación como de la mayor provincia del país, esta semana fue él quien se le propuso esa salida a Carlos Ruckauf. Las cuentas de la relación entre la Nación y la provincia, a las que accedió Página/12, desnudan la fragilidad financiera de una y otra administración, y los malabares que tienen que hacer mensualmente, con un riesgo país por las nubes, para pagar salarios.
El ministro de Trabajo bonaerense, Aníbal Fernández, confirmó que el jueves a las 21 “nuestro gobierno recibió de Nación el resto del dinero comprometido para el pago de sueldos a los docentes que eran los últimos que faltaban percibir haberes”. En realidad, no sólo los docentes habían quedado pendiente de cobro. Y fue el Banco Nación, por orden de Cavallo, el que depositó en el Banco Provincia 190 millones de pesos con los que se cargaron los cajeros automáticos ayer por la mañana. Para tener una idea de la ansiedad con que los empleados provinciales esperaban el cobro de haberes, al mediodía, ya se había agotado el efectivo disponible en las máquinas, por lo que hubo que reponer fondos durante toda la tarde.
Respecto del pago del medio aguinaldo, cuyo cobro fue anunciado para entre el 17 y 20 de julio, el ministro Fernández dijo que “acá entramos a discutir con el nuevo esquema dónde entra la emisión de los bonos y la posibilidad de pagar con ellos parte de los sueldos, aunque antes habrá que ver cómo viene nuestra propia recaudación”, se atajó.
Para Fernández, el bono “no es otra cosa que una forma que tiene el Estado (provincial) de conseguir un financiamiento al que no puede acceder por el cierre de los mercados de capitales a partir de la crisis que ya lleva 34 meses”. Y reiteró que “la provincia utilizará este bono para poder financiar el pago a proveedores y en la medida que no podamos evitarlo, salarios, para luego hacerlos desaparecer cuando las cuentas se hayan ordenado”.
El funcionario no reveló el valor nominal que tendrán los títulos, pero –según trascendió– el valor nominal sería de 1,5 y 10 pesos. “Son papeles que tienen un valor, un respeto y un reconocimiento por el mercado. Lo que tenemos que evitar es que los trabajadores se vean perjudicados por algún piola que los quiera tomar bajo la par”, advirtió el ministro de Trabajo bonaerense, aunque no explicó cómo se haría para impedir que ello suceda.
Según pudo saber este diario, los funcionarios del Ministerio de Economía de Ruckauf negociarían en los próximos días con hipermercados, empresas de servicios públicos y compañías comercializadoras de productos de consumo masivo para que tomaran estos bonos al valor nominal, como si fuesen papel moneda. Y se descuenta que podrían ser utilizados para pagar impuestos provinciales, tanto por parte de los empleados públicos como por parte de las empresas que los acepten como medio de pago. El esquema sería copiado del utilizado en Córdoba, cuando Ramón Mestre era gobernador.
Durante su paso por Economía en los tiempos de Menem, Cavallo fue quien más presionó a las provincias para que eliminasen el mecanismo de “emisión de dinero”, encubierto bajo la forma de títulos para el pago de salarios y proveedores, que circularan como medio de pago a la par del peso. Sin embargo, la necesidad lo llevó esta semana a proponérselo a Ruckauf, que hasta último momento se resistía a implementarlo.
Para entender por qué cambió de actitud basta observar la delicada situación financiera en la relación Nación–provincia de Buenos Aires a lahora de enfrentar el pago de sueldos. Más aún, de mantenerse las tasas de interés equivalentes a un riesgo país en los 1100 puntos, lo que veda el acceso al crédito al sector público y privado, en cuestión de semanas volvería a plantearse una nueva crisis como la que se vivió esta semana. Los números son los siguientes:
El jueves pasado a la noche, el Banco Nación adelantó los 190 millones que necesitaba la provincia de Buenos Aires para completar el pago de salarios, bajo la forma de una operación de “call” con el Banco Provincia. Esto es, mediante un préstamo interbancario de pocos días.
Por sí sólo, el Tesoro nacional no pudo aportar recursos porque apenas cuenta con fondos suficientes para pagar aguinaldo y salarios de junio de la administración nacional. Además, todavía tiene que afrontar en lo que resta del año vencimiento de títulos de la deuda, como los 1200 millones de Letes (Letras del Tesoro) que vencen el martes próximo, y que refinanciaría entre los bancos “creadores de mercado” a un plazo más corto y con una tasa de interés más que “ruinosa”.
El Banco Provincia, en tanto, viene adelantando, desde principios de año al gobierno provincial, 300 millones en los primeros días de cada mes para pagar salarios, los que son repuestos a la entidad a lo largo del mes, cuando va ingresando la recaudación al fisco bonaerense. Sin embargo, el último mes se produjo un descalce y la devolución fue la mitad a la prevista.
Esta frágil arquitectura financiera podría ser apuntalada si el pool de bancos convocados por la Nación aportan unos 500 millones para el Fondo Fiduciario provincial, de donde la provincia de Buenos Aires podría acceder a unos 300 millones de financiamiento extra.
Pero aún así, de no bajar el riesgo país, el mes próximo, de nuevo, Ruckauf y Cavallo tendrían que correr a buscar juntos fuentes de financiamiento alternativas. Si la situación financiera se descomprime, en cambio, Buenos Aires podría volver a colocar deuda por sí sola, como ocurrió a principios de año, cuando consiguió 700 millones mediante un bono emitido en Europa por una entidad italiana. Pero, para eso, evalúan los expertos, el riesgo tendría que caer por debajo de los 800 puntos.

 

El Nación en Entre Ríos

El Banco de la Nación ganó la licitación para ejercer como agente financiero de la provincia de Entre Ríos, desplazando en esta función a un banco extranjero. Así, Entre Ríos, como ya lo hacen Mendoza y Catamarca, pagará por un plazo de siete años los sueldos de sus empleados a través del Banco Nación. “Fue un desafío para el Banco Nación ganar esta licitación. Esto demuestra la capacidad del Banco para defender lo nacional y competir frente a la banca extranjera”, dijo su presidente, Enrique Olivera. Pero lo cierto es que la sociedad entre el Banco y las provincias podría ayudar a varios gobernadores a salir del ahogo financiero que sufren cada mes cuando deben pagar sueldos. En especial, si la entidad oficial accede a concederles préstamos de cortísimo plazo, contra garantía de ingresos de coparticipación futura, como ocurrió esta semana con la provincia de Buenos Aires. Vale tener en cuenta que, salvo la administración de Ruckauf, las 11 provincias restantes que esta semana reclamaron fondos adeudados al gobierno nacional para pagar sueldos todavía no recibieron los recursos prometidos por el jefe de Gabinete, Chrystian Colombo, y Cavallo a cambio de un compromiso por ajustar el gasto público. Si el dinero no llega a más tardar el martes, seguramente la próxima será también una semana de conflictos con los gobernadores, aunque esta vez de las “provincias chicas”.

 

RELATIVA CALMA EN EL MERCADO. RIESGO PAIS EN 1131
Las luces apuntan a Brasil

Las acciones bajaron ayer 0,8 por ciento, acumulando un derrape de 8,1 en la semana. Los títulos públicos, en tanto, subieron hasta 2,3 por ciento, bajando el riesgo país a 1131 puntos. Pero el call trepó al 16 por ciento. Con esas variables financieras en relativa calma después de varios días de furia, los operadores giraron su mirada hacia Brasil. “La luna de miel brasileña se acabó, y fue por culpa de la Argentina.” La frase del economista José Siaba Serrate define el vuelco que tuvo la economía del país vecino en los últimos meses, al ritmo de la crisis argentina.
De tener una perspectiva “brillante”, en opinión de Siaba Serrate, ahora lo acosan los problemas. En los hechos, este escenario se traduce en la continua devaluación del real –que ayer tocó 2,56 por dólar y cerró a 2,44 gracias a la intervención del Banco Central–, rumores sobre la renuncia de Arminio Fraga, titular del BC, que debieron ser desmentidos por el Gobierno, y la venta de acciones de Petrobrás para hacerse de efectivo y así poder defender la moneda.
A comienzos de año, el consenso era que Brasil crecería 4,5 por ciento. Un semestre más tarde, los cálculos apuntan a entre 2,5 y 3 por ciento. Pero allí no se acaban las malas noticias. También se estima que la inflación superará las metas (se menciona un piso del 6,5 por ciento contra el 4 previsto originalmente), lo mismo que la pauta de déficit fiscal. Al mismo tiempo, hubo un fuerte repunte de las tasas de interés. ¿Por qué se acabaron las buenas noticias?
La Argentina, con la profundización de su crisis, le hizo una zancadilla a su socio. Aunque también existen razones internas. En primer lugar figura la crisis energética, que afectará el crecimiento. También las cuestiones políticas, sobre todo la ruptura entre Fernando Henrique Cardoso y Antonio Magalhaes, quien era la figura más relevante de la oposición y, a la vez, el principal aliado del jefe de Estado. Por último, en este contexto de cambios, empezó a preocupar el proceso eleccionario que se concretará el año que viene.
En medio de este clima, el gobierno no puede detener la desvalorización del real. A pesar de que Arminio Fraga dispuso de 6000 millones de dólares para defender la moneda, el dólar volvió a dispararse ayer hasta 2,56 reales y sólo pudo ser contenido con la intervención del BC en el mercado, vendiendo dólares. En este escenario, Fraga volvería a ajustar la tasa Selic (referente) la próxima semana, al 18,75 por ciento.

 

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