Por Eduardo Tagliaferro
La causa no terminó
ni mucho menos, afirmó a Página/12 el juez federal
Jorge Urso cuando se le preguntó si con su fallo sobre Carlos Menem
el expediente llegaba a su fin. La denominada ruta del dinero
es uno de los grandes temas pendientes. La mayor parte de las pistas que
fueron apareciendo a lo largo de estos seis años guiaron a los
funcionarios judiciales hacia empresas offshore constituidas en Uruguay
y triangulaciones bancarias realizadas a través de la banca norteamericana.
La posibilidad de que la pesquisa devele algunos datos comprometedores
sobre el patrimonio de Menem, o de sus familiares directos, tiene al menemismo
en virtual estado de guerra. El financista Pedro Stier, quien ya aportó
documentación que desvirtúa los argumentos de Emir Yoma,
aparece como la llave que puede esclarecer el destino de parte de los
cerca de 60 millones de pesos desviados en la venta ilegal de armas.
Según Stier, Emir era uno de los más de dos mil quinientos
clientes que integraban su cartera de cliente. Aunque el financista no
acostumbra a hablar de los réditos que le deparó está
relación, si suele lamentarse de las complicaciones que le trajo
ser uno de los operadores bursátiles del empresario riojano.
El nombre de Emir comenzó a sonar fuerte en la causa cuando, en
el momento de fugarse, el traficante Diego Palleros dijo que había
depositado 400 mil dólares para un influyente empresario
vinculado al poder político. Ese dinero apareció en
la cuenta Daforel del MTB Bank de Nueva York, la misma por la que desfilaron
las coimas de los principales escándalos de la última década.
Daforel es una de las tantas Sociedad Anónimas Financieras de Inversión
que al amparo de la legislación uruguaya es utilizada por gran
parte de los hombres de negocios santos y non sanctos de esta costa del
Río de La Plata. Por la misma cuenta de Daforel desfiló
gran parte de los 36 millones de dólares recibidos por el Yoma
Group. Estos depósitos provenían de otra enigmática
empresa conformada en Uruguay: Elthan Trading.
Ocho de esos 36 millones pasaron por Multicambio, la financiera que regenteaba
Stier en la city porteña. El escrito judicial que el financista
entregó en el juzgado para justificar las operaciones que terminaron
en los bolsillos del Emir de la familia Yoma, no llega a despejar las
dudas que tienen los investigadores sobre una participación activa
de Stier en la maniobra ilegal. Luego de la feria judicial, seguramente
se decidirá su comparecencia frente a Urso y al fiscal federal
Carlos Stornelli. Algunos de los investigadores especulan que si sus dichos
no logran despejar totalmente su inocencia, puede ser involucrado judicialmente
en el voluminoso expediente que tiene preso a Menem en una quinta en Don
Torcuato.
Mientras en el juzgado de Urso se espera respuesta al centenar de oficios
de las propiedades de Menem y sus familiares, respecto de Emir Yoma hay
varios movimientos bancarios y empresas que van mostrando la endebles
de sus cuentas. Dudas que, en su paso por los tribunales, el contador
uruguayo Rubén Weizman se encargó de acrecentar. Lejos de
ser una firma radicada en Hong Kong destinada a financiar a la endeudada
curtiembre riojana, Elthan Trading, una sociedad formada en el estudio
de Weizman, aparece como una de los tantos fantasmas utilizados para disimular
la entrada de capitales en las finanzas de los Yoma.
Curiosamente el primer titular de la firma fue Muhamad Yalal Nacrach,
sobrino de Emir, quien cuando le tocó declarar en la causa afirmó:
Me puso mi tío Emir. Para justificar su presencia en
una sociedad supuestamente dominada por capitales chinos, afirmó
que por razones operativas los controlantes de la sociedad necesitaban
una persona en Argentina o en Uruguay. Para la Sala II de la Cámara
Federal el argumento fue poco creíble.
Al considerar la apelación de Emir Yoma, la cámara concluyó
que más allá de que Weizman tuvo respuestas a los interrogantes
de sus interrogadores,el contador no aportó ningún elemento
probatorio que respaldase los dichos de Emir sobre el origen oriental
de los 36 millones que aparecieron en las arcas de la curtiembre riojana.
El contador uruguayo también inventó otras sociedades que
aparecen como las titulares de algunas de las propiedades de Emir en Punta
del Este: entre ellas Radúo S.A.
Además de los informes acerca del patrimonio de Menem y su entorno
familiar, el juez Urso espera que Estados Unidos responda los informes
sobre quienes operaban en la cuenta Daforel y el detalle de esas transacciones.
Algo parecido ocurre en el caso de Uruguay, una de las plazas bancarias
en las que el menemismo dejó su impronta.
Entre los temas que Urso debe resolver, está el pedido de nulidad
reclamado por la defensa de Menem sobre la investigación del presunto
enriquecimiento ilícito del ex presidente. La decisión del
magistrado tendrá lugar luego de que, sobre el tema, opine el fiscal
Stornelli. Allegados a los funcionarios judiciales sostenían que
éstos están lejos de declinar la investigación. Incluso
especulan con que Urso pueda pelear la competencia de la pesquisa con
su par Juan José Galeano, quien desde 1999 instruye una causa iniciada
por una denuncia de diputados frepasistas.
Balza ya apeló
Martín Balza, fiel a la costumbre castrense, fue el primero
de todos; pero no en madrugar, sino en presentar una apelación
contra el procesamiento y la prisión preventiva que el dictó
el juez Jorge Urso, en la causa por la venta ilegal de armas a Croacia
y a Ecuador, que tendrá que definir ahora la Cámara
Federal.
Los encargados de presentar la apelación fueron los abogados
de Balza, Jorge Valerga Aráoz y Fernando Castejón,
al cumplirse un mes de la detención de su defendido. El próximo
miércoles, por la mañana, el ex jefe del Ejército
deberá verse cara a cara con Urso, en una ampliación
de su declaración indagatoria.
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