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“A Chávez lo apoyan los más pobres
contra los sectores medios y altos”

El venezolano Hugo Chávez es siempre polémico, ya sea por sus �comités bolivarianos�, las denuncias sobre la prensa o su rol en el caso Montesinos. Un sociólogo de su país responde aquí a las incógnitas.

Lander: �La reacción de Chávez al problema con Perú por Montesinos está justificada�.

Líder popular, nacionalista o antiimperialista o peligro autoritario: las visiones sobre el presidente venezolano Hugo Chávez Frías conocen pocas medias tintas. En esta entrevista con Página/12, el sociólogo venezolano Edgardo Lander, de Flacso, presenta una visión original del fenómeno, refrescantemente lejana a las dos versiones maniqueas del estereotipo.
–¿Cómo compatibiliza una suerte de discurso antiimperialista de Chávez con el hecho de que Venezuela sea el primer proveedor de petróleo de Estados Unidos?
–Este es un gobierno que tiene una especie de vocación y orientación básicas en dos dimensiones: una dimensión de lo popular, de lo nacional, no en términos de nacionalismo sino de autonomía nacional de Venezuela, y una noción geopolítica, como dos ejes que orientan una imagen de mundo; la relación entre eso y lo que ocurre en cada campo varía. Por ejemplo, en el petróleo, la política llevada a cabo es coherente con los dictados generales de la orientación política; la idea es expandirse, ampliar los mercados hasta con Japón; y por supuesto, a Venezuela le interesa formar parte del Mercosur. Pero hay muchas áreas en las cuales la situación de Estados Unidos es de tensión con el gobierno de Chávez, principalmente con respecto al autoritarismo, con la posibilidad de que amenace la democracia y sobre todo con respecto a la presencia militar en el gobierno.
–Por ejemplo, la creación de los comités bolivarianos, que la oposición teme que resulten comparables a los Comités de Defensa de la Revolución cubanos y a experiencias similares de los sandinistas...
–De alguna manera fueron una respuesta improvisada y el reconocimiento de este gobierno al hecho de que él mismo no tiene una base política organizada, que su base de apoyo político es aluvional: son fundamentalmente los sectores sociales venezolanos no organizados, no sindicalizados, los que lo apoyan, y estos comités representan la búsqueda del gobierno de crear una estructura de apoyo y fortalecimiento. La oposición a Chávez son los sectores medios y altos de la población, que están organizados y monopolizan los medios de comunicación; los sindicatos están en mano de los partidos de la llamada Cuarta República –la Quinta es la de Chávez, con la idea de refundación–, principalmente de Acción Democrática (socialdemócrata).
–¿Cómo se vincula esto a los intentos de Chávez de reformar el movimiento sindical?
–Hay sectores de la “sociedad civil”, que son los sectores medios, con mucha organización; en cambio, los sectores populares no están organizados. Así, el gobierno intentó –de manera muy poco clara– generar una transformación del movimiento sindical por la convocatoria a un referéndum, para la convocatoria a elecciones a nivel nacional en relación a todo el sistema sindical. Terminó siendo contraproducente para Chávez, porque primero generó polémica internacional –con la OIT, por ejemplo– por la amenaza que representaba el gobierno para la libertad sindical, y por otra parte, generó en los sindicatos una reacción defensiva de fortalecimiento de sus propias estructuras. Es decir, los sindicatos muertos se fortalecieron y el gobierno no logró incorporar su liderazgo al movimiento sindical. Ahora hay elecciones generalizadas en los sindicatos en agosto o setiembre, y con toda seguridad las fuerzas de Quinta República va a salir bastante mal, porque el movimiento no tiene dirección sindical: eso no se puede crear desde el Estado y el intento de hacerlo es un error.
–¿Cómo ve el límite a la libertad de prensa, por ejemplo, con el fallo del Tribunal Supremo elegido por Chávez que negó el derecho a réplica de un periodista?
–En primer lugar es cierto que actualmente en Venezuela no hay equilibrio de poderes, el proceso actual tiene toda la concentración de poder en la figura de Chávez, lo que se ve en la Asamblea Nacional –bicameral– que tiene fundamentalmente chavistas con muy poca autonomía política e intelectual en relación a los deseos de Chávez. Y ése es el cuerpo responsable del nombramiento de los otros poderes, de la Corte Suprema, por ejemplo. Pero el tema de los medios de comunicación es otro: hoy se puede decir que hay muy poca libertad de expresión porque los medios están absolutamente monopolizados por un pequeño sector económico que controla la totalidad de la prensa y la televisión y transmite en una sola onda todo el tiempo. En Venezuela no hay democratización de los medios, porque éstos son monolíticos en su mensaje antigobierno, entonces la diferencia entre el derecho empresarial a que los medios digan lo que quieran y el derecho democrático ciudadano es una diferencia radical. El derecho a la información es el que tiene todo ciudadano a estar informado, y los medios venezolanos no lo permiten.
–La que fue candidata a la presidencia de Perú, Lourdes Flores, comparó a Chávez con Fujimori y la reacción de Chávez fue hablar del derecho a expulsar a los extranjeros que hablan mal de su gobierno. ¿Esto es un signo de xenofobia?
–En Venezuela no hay signos de xenofobia, siempre ha sido muy abierta. En crisis económicas con alto desempleo sí se registró alguna xenofobia contra los colombianos, porque emigran en grandes cantidades y se teme que quiten empleos. En el caso de la forma como Chávez responde, creo que hay una incongruencia verbal, porque él está permanentemente con un discurso bolivariano, que significa que todos los pueblos bolivarianos son el mismo pueblo y obviamente Perú es parte del mismo.
–El caso Montesinos, la sospecha de que hubo apoyo político de Venezuela para el ex jefe de los espías peruanos, ha tensionado las relaciones con Perú, ¿qué puede decir sobre esto?
–Hay asuntos que no están aclarados. Por ejemplo, la actuación de los cuerpos de seguridad venezolana y la posibilidad que haya habido protección a Montesinos. Los cuerpos de seguridad –como en todas partes- gozan de cierta autonomía y al mismo tiempo protagonizan pugnas recíprocas. En este sentido, es concebible que haya habido ciertos sectores de la policía política que hayan tenido relación con Montesinos al margen del gobierno de Chávez. En todo caso, cuando el gobierno venezolano se enteró de que el gobierno peruano tenía un operativo policial en Venezuela –país con el que integra la Comunidad Andina–, consideró el hecho, y que Perú no lo hubiera comunicado, como una violación grave de la soberanía. Esto justifica la reacción de Chávez. Pero hay cosas que no están aclaradas. ¿Cómo se explica la cantidad de meses que Montesinos llevó en el país? ¿Qué gente de los cuerpos policiales estaba al tanto de que Montesinos estaba en Venezuela? ¿Qué nivel de conocimiento tenía alguna gente del alto gobierno? Esto es lo que no se sabe.
–Existen versiones que Chávez da santuario a la guerrilla colombiana de las FARC para debilitar a Colombia; ¿qué hay de cierto?
–Venezuela tiene una relación con Colombia muy compleja, porque por una parte, ha habido en los últimos años un crecimiento importante del comercio entre ambas, pero por otra parte, la situación de la frontera –muy larga y permeable, y con muy poco control– lleva a un gran problema de inseguridad por la presencia en la frontera de la guerrilla de las FARC. Estas suelen secuestrar gente, se la llevan a Colombia, piden el rescate y todo con cierta libertad, lo que genera la amenaza de creación de cuerpos paramilitares en Venezuela. Y al gobierno venezolano no le conviene que esa situación crezca. El gobierno de Chávez ha tenido negociaciones con el gobierno colombiano. Y con las FARC, hay más una identificación en lo abstracto, con el proyecto bolivariano y antiimperialista, pero en el plano netamente concreto de las relaciones geopolíticas a Chávez le interesa poner orden en la frontera.

Entrevista: Mercedes López San Miguel.

 

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