Por José
Natanson
(Fernando) de la Rúa
fue a lo de Grondona, (Nicolás) Gallo también. Aunque un
poco tarde, reaccionamos por los rumores: hubo reuniones con (Raúl)
Alfonsín, con los empresarios, después con los sindicalistas.
Hay una decisión tomada de fortalecer a (Domingo) Cavallo. O sea:
se nota que Antonio está en Buenos Aires, la frase pertenece
a un importante funcionario, que describió así la intervención
del hijo presidencial en la crisis de esta semana.
La comunicación
Otrora superpoderosos, Antonio y sus amigos han ido cediendo espacios
con el paso del tiempo. Hasta perdieron el control de la comunicación,
un área clave y en la que habían concentrado buena parte
de sus esfuerzos. Hoy bajo la órbita de Nicolás Gallo, la
política comunicacional del Gobierno viró del tono posmo
que le habían imprimido los jóvenes delarruistas a un formato
más tradicional, que quedará en evidencia con la nueva campaña
en televisión (ver recuadro).
El signo más claro es la figura de Juan Pablo Baylac como portavoz
del Gobierno. El desembarco había sido festejado por varios funcionarios
(al fin encontramos a alguien que salga a poner el cuerpo,
era la frase más escuchada). Sin embargo, generó críticas
entre los jóvenes cercanos a Antonio, que cuestionaron, entre otras
cosas, la insistencia de Baylac en introducir la tinellización
de la política en el centro de la agenda.
En lugar de alguien que ponga el cuerpo necesitamos alguien que
ponga la cabeza, ironizaba un joven delarruista el rol de Baylac
en las últimas semanas.
Antonio comparte la opinión.
¿Cómo nos vamos a pelear con Tinelli, que tiene 40
puntos de rating, todo el mudo lo quiere y no le cobra impuestos a nadie?
Es una locura-dijo esta semana, cuando aterrizó en la Argentina
y le comentaron la ofensiva mediática oficial.
La crisis
En el Gobierno todos coinciden en que cada vez que Antonio pasa por Buenos
Aires le imprime un ritmo distinto al aletargado estilo oficial: esta
semana estuvo en Olivos, discutiendo con Patricia Bullrich y Crhystian
Colombo la mejor forma de responder al clima espeso, marcado por rumores
sobre la renuncia del Presidente, subas del riesgo país y caídas
de la Bolsa.
Fue uno de los encargados de diseñar una ofensiva que, aunque tardía,
incluyó un almuerzo con Alfonsín, un encuentro con los legisladores
de la Alianza y una reunión con empresarios. Fue uno, también,
entre quienes recomendaron fortalecer a Cavallo, aunque suponga cederle
más poder y el control de organismos claves.
Lo importante es despejar la tormenta financiera. Después
vemos recomendó el martes, en Olivos.
No fue su primera intervención. Es uno de los pocos que logra
convencer a De la Rúa en cuestión de minutos para que adopte
decisiones importantes, explica un secretario de Estado cercano
a Antonio. Y recuerda ejemplos: cuando Cavallo ingresó al Gabinete,
Antonio bajó la línea ya abandonada de que la
Alianza debía incluir a los partidarios del ministro en sus listas.
Incluso analizó la conveniencia de lanzar a Sonia, la esposa de
Cavallo, como candidata a senadora en la Capital.
Aunque en otros momentos sus consejos derivaban en crisis institucionales,
hoy está más contenido. Un mes atrás, cuando Carlos
Ruckauf y otros gobernadores peronistas salieron en masa a anunciar querecortarían
sus sueldos y los de sus funcionarios, Antonio casualmente se encontraba
de paso por Buenos Aires.
Nos están robando el tema de la reforma política,
que siempre fue nuestra bandera. Tenemos que salir más arriba que
Ruckauf recomendó.
Resultado: De la Rúa llamó a Ramón Mestre, que al
día siguiente hizo una reunión con legisladores, y el Senado
sancionó el proyecto en general. Después, por supuesto,
todos volvieron a olvidarse del asunto.
La cuestión es que es uno de los pocos que presionan para darle
impulso a la gestión. Su influencia es clara, pero intermitente.
No puede ser que vengas un par de días y las cosas se empiecen
a mover. Un Gobierno no puede funcionar así, le dijo esta
semana uno de sus amigos.
Su padre
El problema, claro, es que cada vez le cuesta más venir a Buenos
Aires: un mes atrás Página/12 anticipó que Antonio
había cumplido el sueño de abrir en Miami su propia consultora
de marketing y comunicación, que denominó Justamente.
Aunque tiene oficinas en Buenos Aires, en Viamonte y Cerrito, el hijo
del Presidente vive la mayor parte del tiempo en la casa de Shakira en
esa ciudad de Florida.
Su experiencia se basa en campañas políticas, pero ahora
prefiere orientar sus esfuerzos al marketing comercial. Según comenta
un funcionario amigo, aunque recién empieza con el negocio ya tiene
conversaciones avanzadas con algunos clientes, casi todos norteamericanos.
Acá tiene que cuidarse. Por ejemplo, no puede hacer negocios
con las privatizadas, o con las que tienen que rediscutir concesiones,
como las empresas de trenes, explican cerca de Antonio.
Entre Shakira y sus negocios, apenas le queda tiempo para venir a Buenos
Aires. Situación que, según comentan en el entorno presidencial,
De la Rúa no termina de digerir. Es que, además de Antonio,
el Presidente tiene al resto de su familia ocupada en sus propias cuestiones:
Agustina casada y con hijos, Aíto concentrado en su trabajo en
Educ.ar, Inés Pertiné dedicada al protocolo, sus tareas
de ayuda social y sus frecuentes dolores de cabeza.
La angioplastía que le practicaron hace tres semanas marcó
algún cambio en la rutina de De la Rúa: casi todas las mañanas,
bien temprano, el Presidente se pone un jogging y sale a caminar por los
jardines de Olivos. Por las noches, después de trabajar, suele
cenar con sus funcionarios y dirigentes más cercanos: Crhystian
Colombo, Patricia Bullrich, Nicolás Gallo, Rafael Pascual, Enrique
Olivera, Cecilia Felgueras. Pero ellos no tienen tanto tiempo para
dedicarle, tienen que ocuparse de sus funciones específicas,
explica una fuente muy cercana a De la Rúa.
Por supuesto, además de los ministros están los infaltables
amigos del Presidente, como Ricardo Ostuni, Héctor Lombardo o Leonardo
Aiello. Con ellos mira televisión por las noches, se indigna con
los noticieros y discute el día a día de la política.
A veces lo llama a Miami, para preguntarle por algún tema
puntual. Pero trata de no joderlo mucho: sabe que Antonio quiere hacer
su vida, comenta un amigo de De la Rúa.
La campaña
de Gallo
Por J.N.
Nicolás Gallo lanzó la primera campaña de
propaganda desde que asumió el control de la comunicación
oficial. Consiste en una serie de spots, de menos de un minuto,
con diferentes líderes sociales convocando a los argentinos
a hacer un esfuerzo por la Argentina. Por ejemplo, Mónica
Carranza, que comanda el comedor infantil Carasucias, aparece rodeada
de chicos, habla sobre su trabajo y, al final, enfática,
dice: Vamos, a no aflojar que todos somos argentinos.
El spot aparece en los canales de aire y está firmado Secretaría
General, Presidencia de la Nación.
La campaña se completará en los próximos días.
Según confió a Página/12 una fuente de Casa
Rosada, se estrenarán dos spots muy sencillos: sobre fondo
blanco, letras azules irán escribiendo un mensaje, leído
por un locutor en off, sobre la necesidad de la unidad,
la confianza y el esfuerzo conjunto de los argentinos.
También llevará la firma del organismo que conduce
Gallo.
La campaña de propaganda del Gobierno es la primera desde
que Gallo se hizo cargo de la comunicación y es una muestra
del creciente poder del secretario general de la Presidencia. En
realidad, el ex ministro de Infraestructura dio su primer paso fuerte
en el área designando a Juan Pablo Baylac como vocero del
Gobierno.
A pesar de que no paran de cuestionar el trabajo de Baylac (ver
nota aparte), los jóvenes delarruistas nucleados alrededor
de Antonio ya se han resignado a ceder el control de la política
comunicional del Gobierno. En otro momento, Fernando de la Rúa
no daba un paso mediático sin consultarlos. Sin embargo,
hoy ya casi no tienen injerencia. No sólo por Baylac, o por
la nueva campaña en televisión: Gallo extendió
su influencia (y designó sus hombres) al Comfer y al Multimedios
estatal, un viejo proyecto del secretario de Cultura y Comunicación,
Darío Lopérfido.
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