Por Sergio Moreno
El ángel toca
a tu puerta una sola vez, y si lo dejaste pasar.... Carlos Reutemann
fatigó la metáfora celestial promediando 1999, cuando el
proyecto re-reeleccionista de Carlos Menem agonizaba, Eduardo Duhalde
había cooptado a Ramón Ortega y el riojano se había
quedado sin delfín para pelear la interna del PJ. El Lole, tentado
por el menemismo para fungir de contrincante de Duhalde, dudó y
finalmente entendió que el querubín no había golpeado
en su casa. Pero puede que esta vez lo haga, si algunos arcanos que dependen
más de los hombres que del poder divino accionan pertinentemente
en la interna peronista. En una semana en la que se opacó la estrella
de Carlos Ruckauf, ante la posibilidad de que el radical Rubén
Martí gane la elección de senador por Córdoba, dejando
malherido al gobernador José Manuel de la Sota, y con Carlos Menem
desacreditado y en prisión (más allá de la artimanias
de su nominación como senador suplente de su hermano), al santafesino
podría, esta vez, recibir su alada visita.
El torniquete que el gobierno nacional aplicará a las finanzas
del Estado tiene su fuerte correlato en las provincias. La mayoría
desfinanciadas, con problemas mayúsculos para pagar sueldos, aguinaldos
y proveedores, los estados del interior salvo raras excepciones
están técnicamente en default, con el crédito cortado
y situaciones sociales explosivas. Una de esas excepciones aparenta ser
Santa Fe. Yo pago todo, dijo Reutemann esta semana, refiriéndose
al volumen salarial que debe erogar el mismo día en que Ruckauf
anunció que parte de la deuda con sus empleados públicos
y la totalidad de los pagos a proveedores se concretarían en bonos.
De los presidenciales del peronismo, instalados en la ya un poco vetusta
grilla que se había formado por ser los gobernadores del PJ que
ganaron los distritos más importantes del interior en 1999, Lole
era quizá quien menos brilló ante la luz encandilante de
las cámaras de TV. Económico, exasperantemente parco en
las definiciones, Reutemann gestualizó cada hecho de importancia
ir al acto en el Congreso para repudiar el pedido de citación
a Menem realizado por el fiscal Carlos Stornelli por la venta de armas
y ser el primero en hacer público su arrepentimiento apenas dos
días después y se dio a ajustar las finanzas en su
provincia, pauperizada por la crisis pero, aun, a flote.
Las chances de obtener un triunfo en su distrito en las senatoriales de
octubre lo mantiene en la grilla de aspirantes. La suerte de sus contrincantes
en la misma tenida alejará o acercará al ángel.
Bonaerenses
Carlos Ruckauf, fiel a la conducta en que apoya su popularidad, no dejó
de trajinar los medios durante la semana que pasó, esta vez sin
la compañía de su sempiterna sonrisa. Por primera vez desde
que inició su carrera a la magistratura provincial, el gobernador
encontró que su discurso no podía abarcar o modificar
la realidad. Con el crédito cortado desde enero de 2001, sin fondos
para pagar aguinaldos y sueldos, las finanzas desbordadas por un déficit
fiscal agobiante, niveles de pobreza extrema en los principales municipios
del Conurbano (que a su vez acarrean penurias peores), piquetes furtivos
o no, y la creciente inquina de sus pares de otras provincias por
los beneficios que obtuvo (ahora menguados) del gobierno nacional, Ruckauf
debió acceder (no le quedó otro camino) a las draconianas
imposiciones emanadas de la Casa Rosada para que ajuste su déficit
en 1000 millones de dólares anuales a cambio de financiación
de emergencia. Así y todo, tuvo que echar mano a los bonos, esos
papelitos que remiten a las épocas de hecatombre prehiperinflacionarias
y que el imaginario popular relaciona más con un emprendimiento
tipo La Forestal que con un estado que tributa a la riqueza de una Nación.
Con el pago con Bonos, Ruckauf se emparda a gobernadores y ex gobernadores
de Jujuy, Salta, Tucumán, Catamarca y Santiago del Estero,paralelismo
que no pudo romper su frase sobre que él mantiene firmemente
el timón de la provincia. Poco convincente sonó también
su reclamo de ayer a Domingo Cavallo al decir que fue el ministro quien
lo obligó a emitir los bonos.
Si la espada es la economía, la política es la pared. Ruckauf
presenció en silencio el cierre de listas para la interna del PJ
bonaerense, diseñada con la pretoriana lapicera de Eduardo Duhalde,
el jefe político indiscutido del distrito. El candidato a senador
digitó nombre por nombre, distrito por distrito, vetó y
concedió según sus intereses. Las listas del peronismo bonaerense
son su prerrogativa y su deseo. Y funcionales a sus planes, a saber: ganar
por paliza la candidatura a senador (situación inevitable al decir
de todos los sondeos que fueron encargados tanto por él cuanto
por el gobierno nacional) y, a partir de allí, planificar su carrera
a la Presidencia de la Nación para 2003. Duhalde fue dos
veces gobernador, conoce el estado en que está la provincia y el
volcán que es ahora. Si gana por más de 15 puntos en octubre
y es el dueño de la provincia, ¿por qué le dejaría
el camino de la presidencia abierto a Ruckauf?, preguntóeditorializó
un importantísimo funcionario bonaerense ante Página/12.
El sueño confeso de Ruckauf encuentra en quien fuera su patrocinador
contornos pesadillescos: Duhalde será, a partir de octubre, su
principal adversario interno y deberá mantener con él delicados
equilibrios. Ambos, además, tendrán que afinar la gestión
del distrito: la provincia en llamas incendiaría todo anhelo para
los dos. En ese escenario, Ruckauf podría hacer valer su poder
de daño.
Cordobeses
José Manuel de la Sota dio a conocer extramuros de su provincia
que sus esfuerzos estarían puestos en gobernar su distrito. Ese
fue el mejor mensaje para enfrentar al de quien aparecía como el
oponente más fuerte, Ruckauf, quien no dejó pasar una sola
oportunidad, por temprana que fuera, para recordar su ambición
presidencialista. El Gallego, como conocen al cordobés,
puesto a brillar por su acción de gobierno no encontró,
hasta el momento, demasiadas satisfacciones en la faena. La crisis y su
enfrentamiento con los duros gremios estatales han menguado el favor popular
sobre su gestión, a pesar de mantener alta su imagen personal.
El escenario que terminaría de complicar la estrategia de De la
Sota sería si, como sostienen dos sondeos pedidos por el gobierno
nacional, el radical Rubén Martí (ex intendente de Córdoba
capital y de muy buena imagen en la provincia) gana la elección
senatorial de octubre. La derrota, achacable en épocas de sanguinaria
interna peronista, no tributaría a sus anhelos.
Pero como lo que no ocurrió no es un problema si se hace algo para
que no ocurra, el Gallego mantiene intactas aun sus ambiciones. Por lo
pronto, un grupo de dirigentes peronistas porteños, entre los que
se encuentra Jacinto Gaibur, lanzarán este viernes su apoyo capitalino
al proyecto De la Sota 2003.
Menem
Reutemann espera que ocurran estos hechos. A diferencia de la otra criatura
extrapolítica creada por Carlos Menem a principios de los 90
-Palito Ortega, el Lole entendió rápidamente la cosmogonía
del poder y del peronismo. No es casual que sea al PJ santafesino lo que
Duhalde es al PJ bonaerense si bien median entre uno y otro mucho
más que diferencias de personalidad y conducción:
su dueño exclusivo.
Su mirada, al igual que la de De la Sota, está puesta en la otra
pieza del mosaico peronista: Menem. Si la movida pergeñada por
su hermano Eduardo sale relativamente bien, el ex presidente descenderá
de Papa a monaguillo y será electo senador suplente por La Rioja.
Pero su suerte, yla de sus seguidores, está marcada con la tinta
del expediente por la venta de armas que lo alojó en su prisión
de Don Torcuato.
El reacomodamiento de los restos del menemismo, si es que la treta eduardista
no consigue arrancar de su detención a Carlos, es la pieza que
le faltaría, tanto al santafesino cuanto al cordobés, para
enfrentar a un Duhalde brioso, ganador, pero que nunca consiguió
anudar un entramado firme en el interior del país.
Todo esto, y algo más, podrá ocurrir siempre y cuando la
crisis política y económica de la Argentina no disponga
otro cronograma electoral.
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