Por P. L.
Una semana toman todas sus
pastillas contra el VIH, pero la semana siguiente no toman ninguna y están
bien: así se resume el importante ensayo clínico que anunció
ayer, en la Argentina, Anthony Fauci, director del Instituto de Enfermedades
Infecciosas de Estados Unidos y uno de los especialistas más autorizados
en la lucha contra el sida. Desde hace más de un año, un
grupo de pacientes mantiene indetectable el nivel del virus en su sangre
tomando el cóctel de medicamentos sólo semana por medio.
El experimento todavía no es aplicable a la población general
de pacientes -se trata de un grupo reducido, especialmente seleccionado
y bajo estrecha supervisión pero abre perspectivas de reducir
los efectos tóxicos de estas drogas, abaratar las terapias y mejorar
la calidad de vida de los pacientes. Fauci, quien participa en el Congreso
Mundial de Sida que empieza hoy en Buenos Aires, también habló
(y calló) sobre las políticas mundiales de lucha contra
la enfermedad.
Desde hace siete años, se dispone de medicamentos gracias a los
cuales el VIH puede bajar a niveles indetectables en la sangre de los
pacientes, a condición de que se los tome de por vida. Interrumpir
y retomar programadamente los tratamientos permitiría atenuar los
efectos adversos: ayer, Fauci anunció los primeros resultados positivos.
A un grupo de diez paciente le aplicamos una pauta de interrupciones
programadas, por la cual se les da la medicación durante siete
días y se interrumpe durante los siguientes siete días:
el virus permanece indetectable en la sangre durante la interrupción,
anunció el director del National Institute of Allergy and
Infectious Diseases (NIAID) de Washington. Todos los pacientes fueron
cuidadosamente seleccionados: el primer criterio fue que el virus ya hubiera
permanecido indetectable durante los seis meses anteriores. La prueba
se cumple desde hace un año y tres meses.
En otra investigación, sobre 50 pacientes, se les daba medicación
durante dos meses seguidos y se la interrumpía todo el siguiente
mes: Los resultados no fueron malos pero sí preocupantes
dijo Fauci: durante ese mes, el virus aumentaba; aunque después
bajaba nuevamente, se abre el riesgo de que durante la interrupción
se desarrollen cepas resistentes.
En cuanto al tratamiento semana por medio, hasta ahora sólo es
viable con algunas de las drogas antivirales (D4T, 3TC, Ritonavir e Indinavir),
que, por tener un ciclo más corto en el organismo, presentan menos
riesgo de generar cepas de resistentes. Fauci anunció que están
a punto de comenzar ensayos con más de cien pacientes. El
tiempo para validar la nueva forma de administración no será
inferior a dos o tres años.
De los efectos adversos, el más fácil de medir es
el aumento del colesterol y los triglicéridos en la sangre, que
predispone a problemas cardiovasculares: determinamos que esas sustancias
disminuyen con esta periodización del tratamiento, señaló
Fauci. Los beneficios incluirían la reducción de los
costos a la mitad, y una mejor adherencia de los pacientes,
más chance de que puedan cumplir efectivamente los tratamientos.
La nueva forma de administración se está ensayando también
en Francia, Italia, España, y próximamente se iniciarán
pruebas en Brasil. En la Argentina, se hacen pruebas de interrupción
programada de tratamientos (aunque no semana por medio) en el Centro Nacional
de Referencia para el Sida. Horacio Salomón director de ese
Centro y copresidente del Congreso Mundial que empieza hoy explicó
que seleccionamos pacientes que, de entrada, hayan respondido muy
bien al tratamiento, les explicamos los riesgos posibles, en caso de que
el virus en sangre vuelva a aumentar, reimplantamos la medicación.
Fauci también opinó sobre las políticas mundiales
de lucha contra el sida: Para los países más pobres,
la respuesta podría ser el Fondoa Global contra el Sida, de 7 a
10.000 millones de dólares anuales, que sepropuso en la última
Sesión Especial de las Naciones Unidas: Estados Unidos ya anunció
una contribución de 200 millones.
¿Qué opina del apoyo que Estados Unidos brindó
a las grandes empresas farmacéuticas en sus conflictos con Brasil
o Sudáfrica por los precios de medicamentos contra el sida? preguntó
Página/12.
No puedo hacer comentarios. Soy investigador y no político
recordó el director del NIAID.
DETUVIERON
A UN POLICIA TRAS DOS TIROTEOS
El Federal que era ladrón
Por Carlos Rodríguez
La banda estaba integrada por
cuatro hombres. Dos iban en un auto, un tercero en otro vehículo
recién robado, el cuarto en una moto. Varios móviles del
Comando de Patrullas de Tigre comenzaron a perseguir a los delincuentes
y después de tres tiroteos, en los cuales no hubo heridos, se encontraron
con una sorpresa: uno de los malos, el que más ferozmente había
defendido a tiros su libertad, era un agente en actividad de la Policía
Federal que cumplía servicios en la comisaría 19ª,
en Paraguay al 2800, en pleno barrio porteño de Recoleta. Se trata
del quinto efectivo de la Federal que cayó preso en las últimas
48 horas. Los de Asuntos Internos están trabajando a destajo.
Esta película sobre corrupción policial comenzó en
José Ingenieros al 1100, en Vicente López, cuando tres hombres
que iban en un Fiat Uno de color azul interceptaron a Ernesto Becerra,
quien conducía su Renault Megane. Los ladrones, que eran acompañados
por un cuarto hombre que iba en una moto de gran cilindrada y potencia,
se apoderaron del auto y dejaron de a pie a su dueño. Uno de los
delincuentes se puso al volante del Megane y todos siguieron juntos rumbo
al acceso norte.
El robo del auto fue advertido por un vigilador privado, que intentó
evitar la fuga de los cuatro hombres. Allí se produjo el primer
enfrentamiento. Varios disparos pasaron cerca del custodio, que salió
ileso. El ruidoso enfrentamiento puso en estado de alerta al Comando de
Patrullas de Tigre, que salió a buscar a los miembros de la banda.
El seguimiento tuvo una nueva aproximación y consecuente tiroteo,
cuando llegaron al puente Guazú Nambí, sobre la ruta 27,
en el camino a la localidad de Benavídez. Allí fue detenido
el ladrón que iba manejando el Renault Megane robado en Olivos.
Un par de kilómetros después se produjo el tercer diálogo
a balazos y luego de apreciar su desventaja numérica frente a los
policías, los dos delincuentes del Fiat resolvieron entregarse.
Allí se descubrió que uno de los ladrones era el agente
Sergio Darío Barrios, de 23 años. En su poder tenía
su 9 milímetros reglamentaria, el chaleco antibalas provisto por
la fuerza, su credencial de la Federal y su chapa identificatoria de pecho
número 15503. Los otros que cayeron presos son los cómplices
civiles del policía, Carlos Distéfano el que iba en
el Megane y Víctor Fernández. El único que
pudo escapar fue el conductor de la moto, cuya identidad ya habría
sido determinada, lo que motivó una intensa búsqueda por
la zona norte del Gran Buenos Aires. Los otros cuatro federales detenidos
en los últimos dos días cometieron ilícitos en la
zona norte de la Capital Federal, uno de ellos en el mismo barrio de Recoleta
donde habitualmente trabajaba Barrios.
|