Parece que las acciones del
Tribunal Penal Internacional de La Haya para la ex Yugoslavia se está
convirtiendo en una especie de juicio de Nuremberg donde los acusados
van llegando por etapas. Primero fue el ex presidente yugoslavo Slobodan
Milosevic, preso y acusado oficialmente en La Haya. Y ayer, luego de una
maratónica reunión y de arduas discusiones, el gobierno
croata aceptó los reclamos del tribunal con sede en Holanda para
entregar a los croatas acusados de crímenes de guerra: el general
Rahim Ademi y el general retirado Ante Gotovina, considerados héroes
de la independencia croata. Además, ayer fue arrestado Dragan Bojic,
ex guardaespaldas del prófugo líder serbiobosnio Radovan
Karadzic, y otros ex colaboradores de Karadzic se encuentran bajo vigilancia
en Serbia, según informó el Ministerio del Interior serbio.
Según La Haya, Karadzic y su jefe militar en la guerra de Bosnia,
Ratko Mladic, son los principales responsables de la muerte de 200.000
bosnios y la desaparición de 30.000.
El gobierno croata se reunió ayer durante ocho horas para estudiar
qué hacen con las demandas de arrestos que llueven de La Haya.
A su vez, los líderes de los cinco partidos de la coalición
centroizquierdista en el poder se entrevistaron por su lado. La fiscal
del Tribunal de La Haya, Carla Del Ponte, la misma que lleva adelante
la acusación contra Milosevic, había viajado anteayer a
la capital croata de Zagreb, donde había tratado el tema con el
premier croata Ivica Racan.
La cuestión era tan delicada que Del Ponte tuvo que salir a aclarar
que el Tribunal Penal no criminaliza la guerra patriótica
croata, sino que tan sólo se trata de aclarar quiénes
son los responsables de los crímenes contra civiles serbios durante
la reconquista del territorio croata que había sido tomado por
tropas serbias entre 1992 y 1995. Claro que los acusados, Ademi y Gotovina
son considerados héroes de la independencia y hasta el año
pasado, cuando gobernaba el ahora fallecido presidente nacionalista Franjo
Tudjman, no se podía ni hablar del tema. La citación del
general Mirko Norac, que no había sido reclamada por La Haya y
compareció ante la Justicia de su país, ya provocó
importantes manifestaciones. El jefe del Estado Mayor del Ejército
croata, Peter Stipetic, que compareció ante el Tribunal de La Haya,
no fue finalmente acusado.
La actual coalición pro-occidental de centroizquierda replanteó
el tema de la misma manera en que lo hizo el gobierno del premier de Serbia
Zoran Djindjic en Yugoslavia. Y si Djindjic puso en vilo a la existencia
misma de lo que queda de Yugoslavia (ya que para extraditar a Milosevic
debió pasar por alto una decisión de la justicia yugoslava),
al gobierno croata le costó cuatro ministros. Luego de una dura
reunión de ocho horas, el gabinete aprobó las eventuales
extradiciones de Ademi y Gotovina y por ello sufrió la renuncia
de cuatro ministros: el premier adjunto Goran Granic, el ministro de Defensa,
Jozo Rados, el de Economía, Goranko Fizulic, y el de Ciencias y
Tecnología, Hrvoje Kraljevic.
En cuanto al destino de Karadzic, la posibilidad de su extradición
a La Haya es cada vez mayor, vía Serbia, que aceptó extraditar
a Milosevic a cambio de 1280 millones de dólares que la conferencia
de países donantes libró para la reconstrucción de
esta república yugoslava luego de los bombardeos de la OTAN en
1999. Según fuentes oficiales serbias, Bojic, el ex guardaespaldas
de Karadzic, fue interrogado sobre el escondite de Karadzic en la República
Serbia de Bosnia. Se sabe que el ex líder de los serbiobosnios
estuvo en enero en territorio serbio y las fuentes del Ministerio del
Interior afirman que el día de su captura se acerca.
Karadzic y Mladic están acusados de trabajar a las órdenes
de Milosevic en la guerra de Bosnia (1992-1995) y de ordenar la masacre
de 6000 musulmanes en Srebrenica, el sitio de la capital bosnia de Sarajevo
y el secuestro de soldados de las tropas internacionales de la ONU. Bajo
las órdenes de Milosevic, Karadzic y Mladic habrían organizado
una limpieza étnica en Bosnia, similar a la que después
ocurriría en Kosovo, con campos de concentración incluidos.
En 1996, Karadzic renunció al liderazgo del Partido Democrático
Serbio en Bosnia y se instaló en la ciudad de Pale, pero siguió
operando en política. Como Ademi y Gotovina en Croacia, o como
el mismo Milosevic en Yugoslavia, sus problemas comenzaron cuando en 1998,
un gobierno prooccidental con Milorad Dodik como premier llegó
al poder en la república serbia de Bosnia. Mientras Milosevic permanecía
en el poder en Yugoslavia, Karadzic era controlado, pero no corría
peligro. Cuando fue en Yugoslavia que llegó, de la mano del actual
presidente Vojislav Kostunica, el gobierno pro-occidental, la suerte de
Milosevic, Karadzic y Mladic era más complicada. A Milosevic lo
encontraron fácil; a Karadzic y Mladic, todavía no.
En todo caso, lo que asegura el desfile por Nuremberg-La Haya es la crisis
política en los Balcanes.
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