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SAVIOLA Y D�ALESSANDRO, FIGURAS
Las claves de un equipo que jamás sufrió fisuras

José Pekerman tuvo poco tiempo para preparar el Sub�20, pero la actuación individual de sus futbolistas fue creciendo a niveles superlativos a medida que pasaban los partidos, aceitando un rendimiento colectivo que no dejó dudas acerca de la legitimidad de la conquista.

Por Adrián De Benedictis

Para llegar a la conquista del cuarto título Mundial Juvenil, la Argentina construyó el equipo con muy poco tiempo de preparación, y recién con el inicio del campeonato José Pekerman pudo contar con todos los futbolistas que él requería. En consecuencia, a medida que se fueron desarrollando los partidos, estos jugadores fueron aumentando su nivel individual en igual proporción que el andamiaje colectivo. Y la culminación de ese crecimiento fue la nominación de Javier Saviola como mejor jugador del Mundial, y como el hombre record en la red. La nueva estrella del Barcelona español marcó 11 tantos, y es el primero que alcanza esa cifra.
En un momento muy especial de su carrera –él mismo les solicitó a los directivos de River ser transferido al club catalán con una carta abierta en pleno Mundial–, Saviola no perdió la contundencia que traía desde su club. Para llegar al lugar de los elegidos, el delantero se elevó ayer a los 13 minutos, con un cabezazo le cambió el palo al arquero ghanés y así puso el 2–0 para Argentina. Pudo haber elevado su cuenta, pero falló sorpresivamente en la definición cuando su zurdazo cruzado se fue al lado del palo. Seguramente, ahora seguirá desplegando su talento por España.
Sin duda, quien más sorprendió fue Andrés D’Alessandro. El volante de River ingresó al torneo a causa de la lesión de Livio Prieto y terminó siendo uno de los principales exponentes. Se transformó en el mejor jugador de la final y, entre túneles y pisadas, fue fundamental en el segundo y tercer gol. Primero envió un centro preciso para Saviola, y luego habilitó a Rodríguez con un pase por arriba de la defensa ghanesa. Precisamente, Maximiliano Rodríguez fue otra de las claves de este plantel. En el encuentro decisivo marcó el tercer gol después de parar la pelota con el pecho, y además se mostró como salida permanente por el sector derecho.
Si bien no jugó un gran partido ayer, Leandro Romagnoli dejó en este Mundial muchas cosas de las que les regaló a los hinchas de San Lorenzo. En el primer tiempo no tuvo mucha participación porque se recostó demasiado sobre la izquierda, pero en el segundo estuvo más activo, cuando se movió por la derecha.
En la defensa, el capitán Fabricio Coloccini –no jugó ayer por estar suspendido– ordenó siempre al equipo desde el fondo, y evidenció gran categoría. Los encargados de controlar a los delanteros ghaneses fueron Mauro Cetto (no tuvo problemas para parar a Pimpong), Nicolás Burdisso (tuvo la voz de mando ante la ausencia del capitán y, además de transmitir seguridad, casi convierte un gol de cabeza), y Diego Colotto (muy firme a lo largo del torneo, ayer abrió el marcador con un zurdazo entrando por el segundo palo).
En el mediocampo, Leonardo Ponzio fue el más regular en el certamen, recuperando pelotas y descargando rápido a sus compañeros. Tapó bien la subida de Muntari, y relevó a Cetto cuando éste se desprendió por la derecha. El volante central, Nicolás Medina, distribuyó siempre con criterio, y fue inteligente para cambiar de frente en el instante justo: si Ghana no tuvo peso en ataque fue porque lo marcó con acierto a Ibrahim.
Julio Arca también realizó un gran campeonato. Le ganó el puesto a Gerardo Seltzer (quien cumplió cuando tuvo que entrar) y además de asegurar una salida limpia por la izquierda, ningún rival lo complicó cuando tuvo que encararlo de frente. El puesto de arquero fue el más disputado: Germán Lux jugó cinco partidos y Wilfredo Caballero, dos. Ninguno tuvo mucho trabajo, pero al segundo se lo vio más seguro. Entre los que menos jugaron, Mauro Rosales dejó su habitual velocidad y el desborde permanente, Esteban Herrera no pudo explotar en lo que más sabe: convertir goles, y Alejandro Domínguez amagó con ganarse un lugar, pero fue detenido por una lesión: ayer se ganó la ovación.

 

 

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