Por
G. V.
Alguien podría aventurar que es el delfín de Joseph Blatter
o algo así. Porque ocupa el cargo que el actual presidente mantuvo
entre 1981 y 1998, porque es joven, porque posee vuelo propio, porque
parece destinado a gobernar la FIFA desde un cargo más alto y hasta
porque es políglota y suizo como el máximo dirigente del
fútbol mundial. Michel Zen Ruffinen es una especie de cara nueva
entre dinosaurios como Joao Havelange, Nicolás Leoz, el propio
Blatter y nuestro más conocido Julio Grondona. Cuando las máximas
autoridades del fútbol mundial brindaron una conferencia de prensa
el jueves pasado en Buenos Aires, amplió aquellos temas en los
que el titular de la FIFA no pudo extenderse (se excusó para concurrir
a un congreso de la Confederación Asiática) y abordó
otros tan espinosos como el pago de impuestos durante la disputa de un
campeonato mundial. Zen Ruffinen demostró tener una respuesta para
todo cuando lo abordó este diario.
Una federación tan poderosa como la FIFA, cuando organiza
un torneo como el de Corea y Japón de 2002 que mueve tanto dinero,
¿de qué modo asume sus compromisos fiscales?
Cuando un país quiere asumir el desarrollo de una competición
tiene que respetar una lista de requerimientos y uno de ellos es la obligación
de exonerar de impuestos a la FIFA y a sus asociaciones respecto de la
participación de éstas en el campeonato. Entonces, se firma
todo antes de que la FIFA tome una decisión y, cuando se le atribuye
la organización del evento a una nación, el convenio entra
en vigor inmediatamente. Así no tenemos problemas.
¿Desde cuándo rige este tipo de acuerdos?
Hace muchos años. Ha sucedido en las copas del Mundo de Italia
90, Estados Unidos 94 y Francia 98, que yo recuerde.
Ha sido muy difícil, pero, no obstante, estos convenios han sido
ejecutados.
Si esto no hubiera ocurrido, ¿habría sido imposible
realizar los mundiales?
Bueno, imposible... depende la situación de los países,
ya que cada uno tiene un régimen de impuestos muy diferente. Hay
algunas cosas que pagamos, no existe una exención total. Por ejemplo,
siempre hemos aceptado que los jugadores que participan deben pagar los
impuestos sobre su salario, que es normal. Las franquicias en impuestos
son en relación con las cosas que tenemos que importar por la competición.
No puede ser que, si debemos importar material de televisión, que
se tase cuando ingresa a un país y que después vuelve a
salir, se paguen gravámenes. Sería loco...
Pese a lo que usted dice, la FIFA solicitó una rebaja de
impuestos en Japón cuando Blatter visitó ese país
el año pasado.
Mire, en los dos casos vamos a pagar, pero una situación
es diferente a la otra. Porque Japón tiene un sistema de impuestos
mucho más complicado y el gobierno no había hecho la exoneración
correspondiente a la Copa de las Confederaciones que se realizó
hace pocos días. Pero, en relación con el Mundial ya está
todo arreglado. No se pagará nada. Veremos cuáles son las
sumas que haya que abonar, aunque creo que podemos llegar a una solución
con sus gobernantes.
¿Conoce a otro tipo de federaciones internacionales que,
como la FIFA, reciban un trato similar de los gobiernos cuando organizan
un torneo mundial?
Son temas que no domino, pero hay que ver sí se trata de
competiciones de las más importantes del mundo como las que hace
la FIFA. Cuando se realizan campeonatos de este tipo en un país,
hay muchísima gente que va y desarrolla un negocio. Es una cosa
que nos parece normal. Por eso, si una nación no quiere respetar
esta idea, no tiene por qué organizar un mundial.
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