Por
Fernando Cibeira
El
Gobierno había resuelto la fórmula a la que apelaría
como salida a la nueva crisis en la que se vio envuelto la semana pasada:
darle más poder a Domingo Cavallo. Básicamente, la movida
se plasmaría cediéndole el control de la Anses y el PAMI,
dos entidades por las que fluye casi la mitad del presupuesto nacional
y en las que el ministro quiere pasar la tijera desde hace tiempo. Pero
bastó que la novedad diera sus primeros pasos para que saliera
a cruzarla el jefe de la UCR, Raúl Alfonsín, quien adelantó
su rechazo y el de su partido a todas las ideas de Cavallo para esas áreas.
Resultado: ayer el ministro dijo que ya tenía todo el poder necesario
para desempeñarse en su cargo y que lo que se haría era
una modernización de los sectores más burocratizados
del Ejecutivo. Todo sea por no forzar un cisma dentro del propio oficialismo
que lleve más intranquilidad a los mercados, creando un efecto
inverso al buscado.
Supuestamente, más Cavallo era lo que buscaban los
operadores financieros que alegremente llevaron el índice de riesgo
país a niveles imposibles. Como era de esperar, la alternativa
era también alentada por los cavallistas que creen que darle a
su jefe el control absoluto de todas las cuentas públicas es lo
más sensato que podría hacer el presidente Fernando de la
Rúa en las actuales circunstancias, y eso pese a que Cavallo todavía
no ha tenido logros que mostrar en sus cuatro meses de gestión.
También los otros ministros que ganaron posiciones en los últimos
agitados días, el jefe de Gabinete, Chrystian Colombo, y la ministra
de Trabajo, Patricia Bullrich, habían dado su consentimiento para
que Cavallo sea un superministro con todas las letras.
Aunque la idea no se modificó, sí al menos se atenuará
su presentación pública. A Cavallo le hubiera gustado anunciar
ayer que colocaría a hombres suyos en el Anses y el PAMI, pero
debió limitarse a adelantar sólo su modernización.
Aunque sus funcionarios sostenían anoche que la pelea continuará
hoy, la conferencia de prensa del ministro fue un indicio que De la Rúa
prefiere no irritar a su partido.
Alfonsín hubiera preferido no tener que salir a aclarar lo
que ya a esta altura tendría que ser obvio, explicaba ayer
un amigo del ex presidente. El martes pasado, luego de las versiones sobre
la renuncia de De la Rúa, Alfonsín había participado
de un almuerzo en la Rosada con el único objetivo de llevar su
apoyo político a la alicaída gestión aliancista.
A la salida, incluso llevó ese apoyo más lejos y alabó
a Cavallo por haber tomado medidas heterodoxas en la búsqueda
de la salida a la recesión. Pero quienes interpretaron ese gesto
como un visto bueno a que el ministro avanzara en el control del gasto
social se equivocaron.
Primero el ex presidente se reunió con el ministro de Desarrollo
Social, Juan Pablo Cafiero, para suscribir una declaración conjunta
adelantando su rechazo a cualquier recorte en los recursos asistenciales.
Es que una versión no desmentida por el Ejecutivo indicaba que
antes de viajar a Europa, Cavallo había dejado una propuesta de
ajuste sobre el escritorio de De la Rúa que incluía una
poda de 100 millones para la cartera de Juampi. Ayer, el jefe del bloque
de diputados de la Alianza, el frepasista Darío Alessandro, se
sumó a los rechazos. Apoyo plenamente al ministro Cafiero
en la necesidad de que si hay que producir ajustes coyunturales y momentáneos
no puede pasar por los programas sociales. Con los conflictos que hemos
tenido en algunos lugares del país, después vamos a terminar
gastando más plata, tarde y mal, sostuvo Alessandro.
El sábado, Alfonsín fue bien explícito al manifestarse
en contra del pensamiento de Cavallo sobre lo que hay que
hacer en la Anses y el PAMI. Los alfonsinistas sabían que luego
de esa toma de posición le resultaría muy complicado a De
la Rúa hacer como si no hubiera pasado nada. Si en el Gobierno
ya se convencieron de que los mercados le juegan en contra porque los
gobernadores peronistas se resisten a sentarse a la mesa del diálogo,
¿qué podría esperarse si la oposición la realiza
el propio radicalismo? De paso, cerca de Alfonsín ayer rumiaban
bronca porque sabían que mediogabinete estaba reunido desde hacía
horas en Olivos y el ex presidente no había sido llamado ni siquiera
para informarle. Hay rumores de que De la Rúa lo llamó
a Alfonsín pero es mentira. Sólo convocan al partido en
caso de incendio pero jamás se les plantea la posibilidad de llamarnos
cuando hay que discutir cuestiones de gestión, se quejaba
un alfonsinista.
|