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HABLA EL PRESIDENTE PERUANO VALENTIN PANIAGUA, SUCESOR DE FUJIMORI
“Quedan focos y hábitos de la corrupción”

El presidente encargado de conducir la transición a la democracia abordó la crisis con Venezuela, la extensión de la mafia montada por Montesinos, la extradición de Fujimori, su relación con las FF.AA. y su futuro político.

Página/12
en Perú

Por Carlos Noriega
Desde Lima

A tres semanas de dejar la presidencia del gobierno de transición que en noviembre pasado reemplazó al destituido, y ahora refugiado en Japón, Alberto Fujimori, el presidente Valentín Paniagua, 64 años, quien admite que nunca imaginó llegar a ser presidente, recibió en Palacio de Gobierno a Página/12.
–¿Cómo se encuentran las relaciones con Venezuela luego de la crisis por las divergencias sobre la autoría de la captura de Montesinos?
–Ese es un asunto cerrado y terminado. Con el comunicado que publicamos, en el que fijamos nuestra posición y la decisión del retiro de nuestro embajador, creo que el asunto está concluido. El presidente de Venezuela considera que habrá mejores condiciones para las relaciones entre nuestros países cuando acabe este gobierno transitorio. Esa es su decisión. Nosotros ahora estamos más preocupados internamente por lo que acontece en el sur del país (la atención a las decenas de miles de damnificados por el terremoto del pasado 23 de junio).
–¿Cómo recibió el largo discurso del presidente Hugo Chávez en el que se adjudicó la captura de Montesinos y atacó con dureza a su gobierno?
–Me he enterado por lo que se ha visto en los diarios. Cada uno tiene su estilo y así como me gusta que respeten el mío, yo respeto el ajeno. La opinión pública juzgará cuál es el apropiado.
–¿Durante los meses que se buscaba a Montesinos y el gobierno venezolano negaba su presencia en ese país, las autoridades peruanas manejaban la hipótesis de que el gobierno del presidente Chávez lo estaba protegiendo?
–Sobre este tema, todo lo que teníamos que decir lo dijimos en el comunicado que se hizo público. (En ese comunicado el gobierno peruano expresó su “rechazo” a las declaraciones del presidente Chávez sobre las circunstancias de la captura de Montesinos, señaló que éstas “no se ajustan a la realidad de los hechos” y aseguró que las autoridades venezolanas no participaron en el operativo de búsqueda y detención del ex asesor de Fujimori.)
–Si el gobierno de Japón insiste en su actual posición de darle protección amparándose en la supuesta nacionalidad japonesa de Fujimori, ¿cómo afectará eso la relaciones entre el Perú y ese país?
–Habría que estudiar esa hipótesis. En mi opinión la extradición de Fujimori no depende de lo que el gobierno japonés resuelva. Yo sostengo que hay normas de carácter internacional que están por encima de los intereses de la política transitoria de cualquier gobierno, sea el nuestro o el japonés.
–¿Qué tan extendida en las instituciones del Estado estaba la red mafiosa montada por Vladimiro Montesinos?
–Era muy grande. Nosotros adoptamos las medidas que en la esfera administrativa nos correspondía, destituyendo a los funcionarios que aparecían comprometidos, poniendo en conocimiento de la Justicia los casos en los que advertimos inmoralidades. A partir de ese momento el problema sale de nuestras manos y, como corresponde constitucionalmente, es asumido por la Justicia.
–¿Cuánto de esa red de corrupción aún sobrevive en las instituciones del Estado?
–Es difícil decirlo. Todavía pueden existir algunos focos, hábitos o costumbres que es natural que no se extirpen en un tiempo tan corto como el que hemos estado nosotros.
–¿En qué sectores han encontrado mayores resistencias para desmontar esta red de corrupción?
–No creo que haya habido ningún sector en especial. En todas las instituciones se han adoptado medidas para ese fin, algunas muy severas.
–¿Este tema tensó en algún momento las relaciones de su gobierno con las fuerzas armadas, que estaban prácticamente copadas por oficiales montesinistas?
–No, en lo absoluto. Nosotros adoptamos todas las medidas que creíamos necesarias, respetando los derechos de los miembros de las fuerzas armadas y a sabiendas de que sólo eran los primeros pasos de un proceso que tiene que ser mucho más profundo y que tiene que cumplirse a lo largo del tiempo dentro de un plan de reinstitucionalización, que las FF.AA. se están esforzando en poner en ejecución y que estoy seguro de que el nuevo gobierno culminará exitosamente.
–¿Cree que las FF.AA. han roto definitivamente con el inmenso poder que Montesinos tuvo sobre ellas?
–En términos generales sí. Es probable que haya personas ligadas a Montesinos que aún estén en las FF.AA., pero no creo que ninguna de esas personas tenga influencia en la política institucional, ni tenga una presencia dentro de la organización de las FF.AA. como para poner en riesgo el proceso de reinstitucionalización que está en marcha.
–Ahora se cuestiona al actual jefe de las FF.AA., el general Miguel Medina. Primero una comisión del Congreso lo acusó de estar implicado en la irregular compra de armas manejada por Montesinos y hace unos días un “vladivideo” reveló su presencia en una ceremonia secreta de condecoración a Montesinos. A raíz de esto muchos han pedido que el general Medina sea relevado de su cargo. ¿Cuál es la posición de su gobierno?
–Está a la vista: el general Medina sigue en su puesto de presidente del comando conjunto de las FF.AA. Sobre el caso de las armas, hay dos informes del Congreso que no son coincidentes. Frente a esa situación lo más razonable es esperar al desarrollo de las investigaciones a fin de no tomar decisiones apresuradas. En cuanto a la participación del general Medina en esa condecoración, eso tiene que juzgarse con alguna prudencia. Hay que recordar que estamos a 20 días de dejar el gobierno y ahora no pueden adoptarse decisiones que podrían haberse adoptado hace dos o tres meses atrás con cierto grado de libertad.
–¿La política del gobierno es dejar que sea el nuevo gobierno el que haga los cambios en la cúpula castrense?
–No es eso, sino la elemental razonabilidad que tiene que inspirar cualquier decisión de Estado.
–¿Las autoridades negociarán con Montesinos para que deponga su huelga de hambre que ya lleva diez días exigiendo ser sacado del penal militar en el que está recluido?
–No lo sé, porque éste es un tema carcelario. El Instituto Nacional Penitenciario (INPE) debe tener la suficiente independencia para resolver lo que crea conveniente. El Poder Judicial ha solicitado se garantice el aislamiento y la seguridad de Montesinos para su juzgamiento y las circunstancias han hecho que no exista, según el INPE, ningún otro recinto carcelario que no sea la Base Naval del Callao que garantice esas condiciones.
–¿Cómo calificaría al gobierno de Fujimori?
–Fue una autocracia que destruyó las bases morales del país, destruyó la democracia y promovió una enorme corrupción que nos ha dañado gravemente. Afortunadamente no logró rozar las reservas morales de nuestra patria.
–¿La revelación de que el presidente Carlos Menem y las más altas autoridades de su gobierno estuvieron directamente involucradas en la venta de armas a Ecuador durante la guerra con el Perú puede afectar las relaciones entre Argentina y el Perú?
–No, en lo absoluto. Ese fue un hecho lamentable, pero no tiene por qué distanciar a dos países que tienen lazos tan profundos de afecto y una antigua y muy cordial relación.
–En las recientes elecciones las encuestas indicaban que, si usted se hubiera postulado, habría ganado, ¿eso le ha hecho pensar en una posible candidatura para 2006?
–No necesariamente. Soy un político con oficio y sé perfectamente que la política obedece a coyunturas específicas y lo que hoy ocurre no tiene que ocurrir necesariamente igual mañana. Estas crestas son efímeras. La ola puede bajar o puede subir y uno no sabe lo que acontecerá. De tal manera que yo miro el futuro con la misma tranquilidad que lo miraba en el pasado.
–En todo caso, ¿no descarta una eventual candidatura a la presidencia?
–Ese es un tema que no puede tratarse ahora. No porque yo no deseara examinarlo ahora mismo como posibilidad, sino porque dentro de mi perspectiva personal no está empeñarme en una carrera política hacia la presidencia ahora que ya soy una persona mayor cuando no lo hice cuando estaba en mejores condiciones vitales.
–¿Cuál cree que será el problema más grave que deberá enfrentar el presidente electo Toledo en los primeros días de su gobierno?
–La presión social y la necesidad de atender a los requerimientos de creación de empleo productivo.

 

 

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