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el ajuste patriotico

 

OPINION
Atrapado entre los mercados y la gente
Por Maximiliano Montenegro

Como el primer día en que llegó al Ministerio, Domingo Cavallo sigue enredado en la trampa. Por un lado, los �mercados� le exigen más ajuste del gasto público, porque quieren que el Gobierno les asegure que, pese a la recesión y a la caída de la recaudación, cumplirá con los vencimientos de la deuda. Por otro lado, la gente percibe cada nuevo ajuste, aunque no la afecte de forma directa, como un atentado contra su bolsillo, se espanta aún más y sigue postergando consumos. Así, la recesión se prolonga, la recaudación languidece, el riesgo país se dispara y vuelven a arreciar las presiones de los �mercados� por más ajuste. 
Cavallo anunció en los últimos tres meses una batería de medidas que en cualquier país del Primer Mundo llevaría años aplicar. Algunas orientadas a reactivar el mercado interno y las exportaciones (planes de competitividad, rebaja de Ganancias, tipo de cambio comercial), otras a calmar a los acreedores (impuestazo a las cuentas corrientes, recorte de 900 millones del gasto público, megacanje). Pero, en cualquier caso, no lograron ni uno ni otro objetivo. En tanto, el círculo vicioso se alimenta: con el riesgo país por las nubes, no hay reactivación posible �porque el crédito desaparece� pero sin señal de reactivación en el horizonte, tampoco es posible que el riesgo baje.
Ayer, Cavallo entendió que no podía dejar pasar el feriado del Día de la Independencia sin rendir cuentas ante los acreedores. Pero se cuidó de no trasmitir a la gente que hay un nuevo ajuste en marcha. Decidió �segmentar� el mensaje: ajuste para los de afuera, todo sigue igual para los de adentro. 
Para lo primero, el ministro reunió a todo su equipo frente a los representantes de los principales bancos que operan en el país, los llamados �creadores de mercado�. Hoy, el Gobierno les pedirá 850 millones de dólares, para refinanciar por otra ventanilla el vencimiento de bonos por 1200 millones. Con el riesgo país en 1150 puntos (11,5 por ciento más que la tasa que paga el Tesoro norteamericano), nadie estaría dispuesto a prestarle a una tasa inferior al 15 por ciento a un plazo de tres meses en dólares, mientras que el costo superaría largamente el 20 por ciento a 1 año. Con esas tasas �superruinosas� (recordar que, a poco de asumir, el ministro se había quejado de que le facturaban tasas del 11 por ciento), no hay cuenta fiscal que cierre, ni Estado que puede sortear la cesación de pagos. 
En la reunión con los banqueros, el ministro consiguió que las condiciones de financiamiento fueran un poquito menos onerosas. Pero, sobre todo, anunció a los �mercados� que habrá ajuste en las provincias y la Nación, con poda de gastos en la Anses, el PAMI, y la administración nacional. 
Ese ajuste, en esencia, �es el mismo ajuste de 1600 millones que negociamos la semana pasada con las provincias�, admitió un colaborador del ministro. Más aún, bajo ese esquema, el grueso del recorte lo haría Buenos Aires y el resto de las provincias. 
Cavallo sabe que, sacando las estimaciones �dudosas� de que en la Anses se podrían ahorrar unos 450 millones por la eliminación de jubilaciones de privilegio y asignaciones familiares truchas, el achique de gastos en la administración nacional ya tocó un piso. Basta recorrer las oficinas públicas para notar la malaria: en muchas faltan hasta los insumos más elementales, como papel, mientras que en otras, como en el Ministerio de Trabajo, los secretarios ya empezaron a efectuar podas salariales �ad hoc� entre sus subordinados para mantener en funcionamiento los programas. 
En las provincias, a su vez, nadie duda de que hay tela para cortar. Pero los banqueros descreen que los gobernadores vayan a aplicar tal ajuste en el año electoral. 
Sea como fuera, Cavallo les vendió más ajuste a los �mercados�. Y, en cambio, por primera vez, suspendió una conferencia de prensa aguardada congran expectativa. �No hay anuncios para hacer�, justificaron desde Economía. ¿De qué serviría anunciarle otro ajuste más a la gente?


 

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