Por Claudio Scaletta
Al gobernador de la provincia
de Buenos Aires, Carlos Ruckauf, no le salieron bien las proyecciones.
Esta semana imprimirá los primeros 200 millones de pesos en bonos
que ayudarán a cubrir el déficit fiscal provincial de alrededor
de 150 millones mensuales. Ruckauf había apostado por dos alternativas:
que el problema le estalle primero a la Nación o que la economía
salga de la depresión y le permita recuperar sus ingresos fiscales.
Pero la dinámica siguió otro curso y el ya no tan sonriente
precandidato será quien inaugure el default interno con la colocación
de deuda compulsiva, proceso que inevitablemente deberán imitar
otros estados provinciales. Para evitar que el costo recaiga exclusivamente
en su gestión, el bonaerense busca el apoyo de otros gobernadores
en apuros para unificar las emisiones en un único bono federal,
una propuesta que ya fue elevada al viceministro de Economía, Daniel
Marx.
Las negociaciones de Ruckauf apuntaron ayer a lograr acuerdos con quienes
serán los receptores de los inminentes bonos. Además de
variados proveedores del Estado, los sindicatos que representan a los
trabajadores que recibirán los papeles como parte de sus salarios,
y los supermercados, quienes jugarán un papel clave en la futura
brecha entre la cotización de mercado de los bonos
y la nominal. La ambición del gobernador bonaerense
es que los grandes cadenas tomen los bonos en una relación 1 a
1. Para los súper, esto puede ser un buen negocio, pues les permitirá
tener cautivos los consumos de los trabajadores estatales en detrimento
de otros vendedores minoristas y, a la vez, podrán aplicar los
papeles al pago de impuestos.
En la reunión del gabinete provincial mantenida ayer, se decidió
que los sueldos desde la categoría de subsecretarios de Estado
inclusive hacia arriba se pagarán exclusivamente en bonos. El resto
cobrará en efectivo hasta 700 pesos y, desde ese importe en adelante,
en bonos. Para los especialistas consultados por Página/12 estos
papeles, al carecer de un mercado de corto plazo, sufrirán en lo
inmediato un importante desagio que, dependiendo de las condiciones de
emisión, podría llegar hasta el 80 por ciento. No obstante,
sí tendrán valor inmediato para quienes deban pagar impuestos.
Para la provincia, sin embargo, la alternativa podría retroalimentar
el déficit, pues en lugar de ingresos fiscales contantes y sonantes
volvería a tomar los seguramente devaluados papeles. Entre las
alternativas barajadas ayer también se analizó la posibilidad
de que los bonos tengan poder cancelatorio de deudas contraídas
con el Banco Provincia, algo que seguramente no le hará mucha gracia
a los directivos de la institución que, de acuerdo a su carta orgánica,
solo puede tener un rojo con el estado provincial de hasta 300 millones
de pesos mensuales (no acumulativos).
Ruckauf debe maldecir su mala suerte. Hasta el año 1996 su antecesor,
Eduardo Duhalde, pudo disfrutar de la expansión de la convertibilidad
y duplicar sus ingresos en una provincia muy actividad dependiente
el grueso de sus recursos provienen de ingresos brutos, IVA e impuestos
inmobiliarios. Pero, paralelamente, Duhalde también duplicó
los gastos, no sólo en la expansión del número de
agentes públicos sino en obra pública, cuya financiación
todavía pesa en los números provinciales. La desfinanciación
y el déficit creciente entre el 98 y el 99 llevó
al pago de intereses también crecientes y a la cuadruplicación
del peso de estos intereses sobre los gastos corrientes. A fines de 1999,
la deuda provincial, sin contar la que pertenece a la Central Piedrabuena,
superaba los 3000 millones, pero todavía durante el 2000 se pudo
colocar más deuda a tasas similares a las del Estado nacional.
Frente a este contexto Ruckauf, antes que sentarse ministerio por ministerio
a reestructurar su estado una tarea larga, tediosa, y sin réditos
políticos se limitó a administrar el gasto heredado
y esperar una reactivación que nunca llegó. Antes bien,
la economía siguió decreciendo, cayeron los ingresos, el
déficit provincial aumentó en 500 millones hasta alrededor
de 1800 millones anuales. Frente a la electoralmente dolorosa alternativa
de un ajuste, jugó a que el problema le estalle primero a la Nación.
Sin embargo, fueron los funcionarios del Ministerio de Economía
quienes le pusieron el freno. Una decisión en la que no sólo
influyó la merma de caja de la Nación sino también
la insistencia de los organismos multilaterales de crédito, que
en cada encuentro remarcaban el problema del déficit de la provincia
más grande.
En el acuerdo por el que Ruckauf recibió 190 millones para pagar
los salarios de junio, debió comprometerse a ajustar su déficit
hasta fin de año en 500 millones, en tanto la inflexibilidad a
la baja de sus egresos deberá financiarse con endeudamiento compulsivo.
En adelante, sobre el precandidato presidencial justicialista pesará
el honor de haber inaugurado el default interno.
BRASIL
BUSCA BAJAR EL TONO DE LA PELEA CON ARGENTINA
Por ahora no quieren escalar
La algarada brasileña
contra la decisión argentina de reducir, vía la resta del
factor de convergencia, los aranceles de extrazona para la importación
de bienes de capital finalmente no se transformó en batalla. Frente
a las versiones que indicaban que Brasil consideraba la adopción
de un recorte a las compras de trigo y petróleo argentinos, el
canciller de Brasil, Celso Lafer, aclaró que una medida de ese
tipo significaría una escalada en una guerra comercial
entre los dos socios mayores del Mercosur.
Un recorte es siempre una escalada y no estamos en este momento
discutiendo sobre escaladas, estamos buscando una solución que
satisfaga nuestros intereses, señaló el titular del
Palacio de Itamaraty.
Según publicaron ayer los diarios brasileños O Estado de
Sao Paulo y Jornal Do Brasil, el gobierno de ese país analizó
bajar los aranceles a las importaciones de trigo desde Canadá y
Estados Unidos, dos de los principales competidores de la Argentina en
el mercado mundial, lo que afectaría seriamente las exportaciones
argentinas.
Lafer enfatizó que el problema es comercial, económico
y no diplomático y señaló que las negociaciones
comerciales con Argentina continúan suspendidas hasta que el gobierno
vecino dé marcha atrás con la rebaja de aranceles para la
importación de vehículos y bienes de informática
y telecomunicaciones de países fuera del Mercosur. Según
el canciller brasileño el duro comunicado emitido el viernes por
su Cancillería, que en nombre del gobierno del presidente Fernando
Henrique Cardoso, solicitó a las autoridades argentinas que revean
con urgencia la resolución 258 del Ministerio de Economía,
fue sólo una manifestación de que nuestros intereses
de naturaleza comercial fueron afectados, aclaró. Por su
parte, el presidente brasileño, Cardoso, quien había dicho
el lunes que en la Argentina existía riesgo institucional,
por la debilidad política de Fernando de la Rúa, consideró
ayer que su socio del Mercosur tiene instituciones fuertes.
SE
ABRE EL CONCURSO DE AEROLINEAS
Bielsa estudia proyectos
La Justicia abriría en
las próximas horas el concurso preventivo de acreedores presentado
por Aerolíneas Argentinas. En tanto, la Sindicatura General de
la Nación (SIGEN) convocó al ex interventor de Aerolíneas
Argentinas, Juan Carlos Pellegrini, al grupo español de turismo
Marsans y al empresario Eduardo Eurnekian, para que expliquen las propuestas
que aportarían para un eventual rescate de la compañía.
La Justicia comercial de la ciudad de Buenos Aires aún no abrió
el concurso de acreedores de Aerolíneas Argentinas, pese a que
el pasado viernes la firma presentó toda la documentación
pendiente en la que denunció un pasivo de alrededor de 950 millones
de dólares. Sin embargo, fuentes judiciales indicaron que la decisión
de la jueza Norma Di Notto, en quien recayó el expediente, se conocerá
esta semana y que muy probablemente hará lugar a la
convocatoria. En otro orden el titular de la SIGEN, Rafael Bielsa, invitó
a los potenciales interesados en la compañía Pellegrini,
del grupo español Marsans, y Eurnekian a que, el próximo
jueves, expongan sus proyectos para la aerolínea.
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