Por José
Natanson
Luego del enfático mensaje
de Domingo Cavallo anoche en la Bolsa de Comercio, Página/12 relevó
algunas áreas del Gobierno en las que, supuestamente, los funcionarios
deberían estar preparando recortes para que el Gobierno se acerque
a la deseada meta de déficit cero defendida por el ministro de
Economía. Sin embargo, todas las fuentes consultadas coincidieron
en que no hay espacios para seguir pasando la tijera por sus organismos.
Un repaso de las áreas más importantes:
Trabajo: El presupuesto
puro del ministerio es de 300 millones, de los cuales unos dos tercios
corresponden a los programas de empleo temporario, como los Trabajar.
Son 225 millones, de los cuales sólo el 5 por ciento, según
fuentes de la cartera, se destinan a gastos burocráticos y administrativos.
O sea: la única forma de bajar sustancialmente los fondos del ministerio
es eliminar planes de empleo temporario, con la consiguiente profundización
de la conflictividad social. Si recortan, se exponen a que se multipliquen
los piquetes y las puebladas, alertaron en cerca de Patricia Bullrich.
ANSeS: Es uno de los
pocos lugares en los que podría realizarse un recorte significativo:
según el nuevo interventor, Douglas Lyall, a fin de año
podría registrarse una baja de 440 millones de pesos. Un número
apreciable, pero lejano a los mil millones de ahorro planteados por Cavallo.
Educación: Fue
el área elegida por Ricardo López Murphy, que había
recortado el Fondo de Incentivo Docente (660 millones) y partidas de las
universidades (la poda era de 360 sobre un presupuesto total de 1800),
más 200 millones de planes de infraestructura. Siempre es
el primer lugar que se mira, pero es complicado: la reacción política
con López Murphy fue muy fuerte, el radicalismo pasó a la
oposición, casi se rompe la Alianza. No creo que De la Rúa
o Cavallo caigan en los mismos errores, aseguraban en la Rosada.
Consultadas por este diario, fuentes del ministerio que dirige Andrés
Delich aseguraron que hay un compromiso del Presidente para no recortar
ese área.
Interior: Cerca de Ramón
Mestre explicaron que el ministro, fiel a sus antecedentes, ya había
elaborado una propuesta de recorte que se encuentra en revisión
por la Jefatura de Gabinete. Aunque no precisaron el monto total, aseguraron
que implicaría la eliminación de algunas estructuras administrativas,
como la Secretaría de Relaciones Institucionales o la Subsecretaría
de Seguridad. De todos modos, aclararon, hay 1800 millones que se destinan
a los sueldos de los integrantes de las fuerzas de seguridad (policías,
gendarmes y prefectos), un gasto inelástico y muy útiles
en casos de protesta social.
Desarrollo Social: El
presupuesto total de la cartera, unos 300 millones, no sólo fue
garantizado por De la Rúa. El ministro Juan Pablo Cafiero viene
luchando para que amplíen los fondos para sostener el Pacto por
los Niños. Acá no hay espacio para ningún ajuste,
dijeron, categóricos, los voceros de Cafiero.
Defensa: Ya hubo algunas
conversaciones entre el ministro, Horacio Jaunarena, Cavallo y los jefes
de las tres armas, para generar ahorros. Aunque se acordó la disminución
de algunos gastos operativos, fuentes de la cartera dijeron que los sueldos
de los militares no se tocarán.
El repaso permite advertir que cualquier recorte importante implicaría
riesgos políticos, como un resentimiento de la relación
AlianzaGobierno, o sociales, como una multiplicación de los
piquetes, lo que contribuiría a la debilidad estructural del Gobierno
y al conflicto social (algo que, por otro lado, los mercados tampoco aprecian
demasiado).
Para romper el círculo, el Gobierno apuesta a un ajuste selectivo.
Por eso, ayer, en la reunión de gabinete, Chrystian Colombo le
pidió a cada ministro que elabore una propuesta sobre los posibles
recortes en susáreas. La idea es eliminar gastos burocráticos
y estructuras, lo que, sumado a la reformulación de la Secretaría
de Modernización del Estado, a los recortes en el ANSeS y en las
provincias, redondearía una cifra más o menos apreciable.
El Gobierno pretende acompañar el anuncio con el lanzamiento del
acuerdo nacional anticipado por De la Rúa el lunes pasado, cuestión
de darle un sustento político sólido y un consenso amplio
al nuevo ajuste. No será fácil: ayer Raúl Alfonsín
adelantó su rechazo a cualquier recorte importante (ver páginas
2 y 3), el frepasista Darío Alessandro hizo lo mismo durante la
reunión de gabinete y los gobernadores peronistas, lejos de acercarse
al Gobierno, difundieron un documento en el que le piden al Presidente
definiciones concretas sobre el contenido del acuerdo antes
de sentarse a negociar.
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