A pesar de la sensación
generalizada de que el país está barranca abajo y de los
tres años consecutivos de recesión que golpean los bolsillos
y la ilusión, la Argentina está cada año mejor: por
lo menos eso es lo que indica el informe anual elaborado por el Programa
de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). El país avanzó
un puesto desde el último año, tomando en cuenta el índice
de desarrollo humano (IDH), y ahora ocupa la 34º ubicación
entre todos los países del mundo, continúa a la cabeza de
Latinoamérica y conserva su lugar en el grupo de los países
de alto desarrollo humano. La discrepancia se explica porque
el IDH se mide a partir de los índices que en el país siguen
siendo buenos en comparación a los de la región: esperanza
de vida, las tasas de alfabetización de adultos y matriculación
de los distintos niveles educativos, además del producto bruto
interno per cápita. Pedro Cote, coordinador del lanzamiento mundial
del documento, aclaró también a Página/12 que los
datos con los que se elaboró el informe corresponden a 1999.
El ranking está encabezado por Noruega, seguido de Australia y
Canadá, mientras que los últimos lugares los ocupan Burundi,
Nigeria y Sierra Leona.
El estudio recoge que los 36,6 millones de argentinos tienen una esperanza
de vida de 73,2 años, una renta per cápita anual de 12.277
dólares y un índice de alfabetización de adultos
del 96,7 por ciento. A partir de esos datos la Argentina, con el 34º
lugar, conserva su ubicación entre el grupo de países de
alto desarrollo humano y se coloca a tres puestos de Uruguay (37), a 5
de Chile (39) y a 35 de Brasil (69). Entre los peores países de
América Latina están Bolivia (104), Nicaragua (106), Honduras
(107), Guatemala (108) y Haití (134). De todas maneras, la tendencia
es negativa, ya que el avance argentino es significativamente menor al
del año anterior cuando subió cuatro lugares
y los parámetros estadísticos progresan con mayor lentitud.
Como novedad, el informe del PNUD incluye este año un índice
de adelanto tecnológico (IAT) en el que Argentina ocupa también
el puesto 34, en el grupo denominado de líderes potenciales,
y entre los países de Latinoamérica es sólo superado
por México (32).
Con respecto a ese ítem, el PNUD reconoce el fortalecimiento
de la capacidad institucional de Argentina para asumir la gestión
de productos básicos modificados genéticamente. Según
el informe, el país se ha convertido en un ejemplo de cómo
se ha incorporado a la legislación vigente las normas de seguridad
de los países avanzados relativas a los organismos transgénicos.
Sin embargo, en el período 1990-1999, las exportaciones de productos
tecnológicos tan sólo se incrementaron un 3 por ciento.
Esto puede deberse además de a la recesión económica,
a que la inversión en educación supone, en Argentina, tan
sólo un 3,5 por ciento del PBI (en el período 1995-1997).
Y es que, considera el PNUD, el cambio tecnológico eleva
espectacularmente la importancia que cada país debe asignar a las
inversiones en la educación y la capacitación de sus habitantes.
Por contraste, el país ha incrementado desde el 4,7 al 4,9 por
ciento (1998) del PBI la inversión sanitaria, por encima del 1,7
por ciento de Uruguay y el 2,7 de Chile.
En Latinoamérica, si bien la región ha mejorado,
apuntó Elena Martínez, directora regional del PNUD, los
puntos más vulnerables siguen siendo la pobreza y la fuerte desigualdad
en la concentración del ingreso. En estos países,
el 20 por ciento de la población disfruta de más del 60
por ciento del ingreso y el consumo, mientras que el 20 por ciento más
pobre consume o gana menos del 3 por ciento del total. La superación
a esta flagrante desigualdad, además de sacar a la gran mayoría
de la población de la situación de pobreza en la que está
sumida, es uno de los principales desafíos para la región.
En el plano mundial, los países que encabezan la lista del
primero al décimo lugar son: Noruega, Australia, Canadá,
Suecia, Bélgica, EstadosUnidos, Islandia, Holanda, Japón
y Finlandia, mientras que los 28 países con los más bajos
niveles son todos de Africa.
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