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“Nos bajan los
salarios o nos impiden
tener otro trabajo”

El conflicto por las incompati-bilidades docentes resurgió
en Santa Fe. La gestión de la universidad dice que no
habrá ajuste.

Por Javier Lorca

Cuando parecía aplacada la avanzada oficial por hacer cumplir las incompatibilidades docentes, el conflicto resurgió en la Universidad Nacional del Litoral (UNL). “Nos bajan los salarios o nos impiden tener otro trabajo. Y a muchos docentes no les alcanza para vivir con los sueldos de la universidad”, protestó la titular del gremio local, Claudia Baigorria. La UNL –donde trabajan 2500 docentes– aprobó la semana pasada un nuevo régimen de designaciones e incompatibilidades. “No hay rebaja salarial. Se trata de una reestructuración académica”, aseguró a este diario el secretario general de la universidad, Eduardo Matozo.
A fines de mayo, Página/12 reveló que el Ministerio de Educación había intimado a las universidades para que cumplieran el régimen vigente de incompatibilidad docente: nadie podía tener cargos que sumarán más de 50 horas de trabajo semanal. Los sindicatos retrucaron que sólo aceptarían eso si antes mediaba un aumento salarial. Tras algunas protestas, el Consejo Interuniversitario Nacional y los gremios acordaron actualizar un relevamiento nacional y luego rediscutir la situación.
En eso estaban las cosas, hasta que el conflicto reflotó ahora. En su última sesión, el Consejo Superior de la universidad asentada en Santa Fe aprobó “en el marco de un programa de transformación que comenzó el año pasado, un nuevo sistema integrado de dedicaciones docentes, un incentivo para las dedicaciones exclusivas y un régimen de incompatibilidad corregido en función de la paritaria nacional”, explicó el secretario general. Los tipos de dedicaciones serán tres: las simples (con una carga de 10 horas semanales), semiexclusivas (20 horas) y las exclusivas. El conflicto se centra en las últimas, que fueron divididas en tres. La exclusiva “A” implicará 48 horas de trabajo. La “B”, 43 horas. Y la “C”, que unificará los cargos de quienes tienen dos semiexclusivas, 40 horas. “Los docentes categoría “A” tendrán que dedicarse solamente a la universidad y recibirán el mismo salario que hasta ahora, más un incentivo especial –dijo Matozo–. Los categoría “B” podrán ejercer su profesión afuera y tener hasta once horas en escuelas secundarias o terciarios, o una dedicación simple en otra universidad. Cobrarán el 80 por ciento de lo que gana una exclusiva hoy.”
Ahí apuntan los docentes. “El régimen que teníamos permitía que los que tienen exclusivas pudieran dar hasta doce horas de clases fuera de la universidad para poder mejorar sus ingresos”, se quejó Baigorria, titular de ADUL. “Ahora eso se pierde. Los que están en esa situación van a tener que optar por dejar sus otros trabajos para conservar su sueldo en la universidad, o por pasarse a la categoría “B” y sufrir una rebaja salarial del 20 por ciento”. Del total de la planta, se estima que casi el 15 por ciento tiene dedicaciones exclusivas. El gremio calcula que dos tercios de ellos serán afectados por el nuevo régimen. “Vamos a ir a la Justicia”, avisó Baigorria.
Desde la conducción de la UNL se aseguró que las nuevas reglas de juego sólo regirán a partir de marzo para las futuras contrataciones. “A los docentes que tienen concursados sus cargos no se les va a modificar nada por siete años”, afirmó Matozo. Aunque admitió que sí cambiarán las condiciones para los contratados, cuando deban renovar sus convenios.
En algunos gremios docentes se teme que el conflicto que estalló en Santa Fe se repita en otras universidades.

 

Para el tiempo libre... (si queda)
Cursos. El Centro Cultural de Económicas lanzó más de 90 cursos de teatro, tango, fotografía, danza, cine, letras, idiomas y más. Comienzan el jueves 19. Informes: Secretaría de Extensión, Córdoba 2122, PB, 4370-6105.
Debate. Mañana, a las 20, Osvaldo Bayer expondrá sobre “Violencia y contraviolencia”. En el aula 108 de Filosofía y Letras (UBA), Puán 480.
Marx. “Crisis nacional. Los piquetes y la lucha de los trabajadores” es la charla que hará mañana, a las 19, la Cátedra libre Karl Marx. En Uriburu 950.
Necio. Salió el número 7 de El Necio, periódico universitario realizado por estudiantes de la UBA. Se consigue a un peso en Sociales.
Psi. Holos inscribe para la carrera de Consultoría Psicológica. El miércoles 18, a las 19.30, habrá una charla gratuita en Córdoba 4448; 4775-3622 y 4743-2252.

 

OPINION
Por Jorge José Castells *

Justicia social y universidad

Los argentinos asistimos cotidianamente al asombroso e inexplicable espectáculo de un país rico en recursos naturales, con una baja densidad de población, con una de las menores tasas de crecimiento poblacional de la región y con un elevado índice de desarrollo humano (según el PNUD) que, sin embargo, presenta un escenario de desempleo, exclusión y conflicto social manifestado en rutas cortadas, trabajadores movilizados por la conservación de sus cada vez más escasas fuentes de trabajo e inseguridad ciudadana. No es el caso de imputar responsabilidades por tal situación. La crisis es consecuencia de la actividad y la omisión de todos los estamentos y sectores de la sociedad. Sólo las víctimas pueden considerarse libres de culpa.
Lo que es evidente es que el Estado es el que debe asumir el liderazgo de la tarea de revertir la situación y dar cumplimiento al mandato constitucional de “proveer lo conducente al desarrollo humano, al crecimiento económico con justicia social, a la productividad de la economía nacional, a la generación de empleo” (art. 75, inciso 19). Y esta responsabilidad no es exclusiva de un ministerio o un organismo. Por el contrario, atraviesa la totalidad de la gestión estatal.
Las universidades nacionales también son órganos del Estado, y no es casual que la Constitución se refiera a ellas en el mismo inciso citado. Fácil es concluir que es prioritario que las universidades públicas orienten su esfuerzo a la resolución de la problemática social. A diario oímos que el gasto social es abultado y debiera ser suficiente para responder a las contingencias más agudas, pero que se dilapida o se escurre por los escalones de una burocracia ineficiente. Ello se debe, entre otros motivos, a que no hay suficiente formación profesional en políticas públicas y menos aún en lo que hace a la planificación y evaluación de programas sociales, cuya responsabilidad queda en muchos casos en manos de políticos más o menos idóneos o cuadros burocráticos sin la adecuada preparación profesional. Por ello, es acuciante esforzarse en formar los profesionales faltantes. No hemos de esperar que lo hagan las universidades privadas. Es deber de las nacionales ejercer su responsabilidad social. Es indispensable que las universidades se pongan, con decisión y esfuerzo, a la cabeza de la enorme tarea de devolver a los argentinos la justicia social. Y para eso no basta la voluntad, también hace falta profesionalismo. Este es el imperativo de la hora para la universidad pública: ejercer en plenitud su responsabilidad social.

* Director del Departamento de Planificación y Políticas Públicas de la Universidad Nacional de Lanús.

 

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