Por Santiago Rodríguez
La Unión Cívica
Radical pondrá en marcha hoy todos sus mecanismos internos para
definir su posición frente al ajuste, pero a juzgar por lo que
fue la reacción de sus dirigentes cuando Domingo Cavallo les explicó
qué significa vivir con lo nuestro, el futuro de la
relación entre el partido y el Gobierno promete no ser el mejor.
Si las cosas no están de acuerdo con lo que nosotros pensamos
y con nuestras convicciones, no nos vamos a convertir en abogados de ideas
que no compartimos, adelantó el titular del radicalismo,
Raúl Alfonsín. La alternativa que desde anoche barajan los
radicales es plantear su independencia de la gestión
de Fernando de la Rúa y en la medida de lo posible moverse junto
con el Frepaso.
Esto es una especie de default que se le hace pagar a la gente:
si este mes no se puede pagar salud, no se pagará; si el mes que
viene no alcanza para educación, también se cortará
en educación. Mientras tanto, el sistema financiero no pagará
nada, razonó ayer frente a este diario un destacado dirigente
radical, ni bien se enteró de los alcances del nuevo ajuste.
Entre los radicales prima la idea de que este recorte es aún peor
que el que planteaba Ricardo López Murphy. Al menos aquello
razonan era direccionado; se establecía, por ejemplo,
un ajuste de 1200 millones de pesos en educación y ahí terminaba,
pero esto `vivir con lo nuestro que nos explica Cavallo es como
un barril sin fondo.
El ánimo de los hombres de la UCR frente al ajuste quedó
de manifiesto después de que De la Rúa y Cavallo lo anunciaran
formalmente. El radicalismo va a recibir esto con un profundo desagrado
porque son decisiones inequitativas que dejan afuera del esfuerzo a los
sectores mas concentrados de la economía argentina, expresó
el senador Leopoldo Moreau, quien señaló que esto
es una virtual cesación de pagos que se hace recaer sobre la sociedad
y no sobre el sistema bancario.
Cavallo se saca la careta de reactivador y da giro fiscalista para
cumplir con las metas que le imponen los acredores internacionales y el
sistema financiero, declaró Federico Storani a Página/12.
El ex ministro del Interior advirtió que el Gobierno apela a una
receta que ya fue probada y no dio resultados.
Los radicales se enteraron de los alcances del ajuste a última
hora de la tarde, cuando Cavallo recibió a los diputados de la
Alianza para ponerlos al tanto de sus planes. Alfonsín había
advertido más temprano, durante un acto en la localidad chaqueña
de Las Breñas con el gobernador Angel Rozas, que el esfuerzo debía
ser equitativo y recaer en primer lugar sobre los que más
tienen y no sobre los que menos tienen. Así como las palabras
del ex presidente no llevaron al ministro a cambiar su posición,
tampoco lo lograron las cuestionamientos que en la cara le plantearon
los legisladores.
Esta reunión habría que haberla hecho antes. Por no
prestar atención a las consecuencias políticas de este tipo
de medidas es que el Gobierno ha llegado a este punto, le reprochó
Marcelo Stubrin, quien no suele ser de los más críticos
al Gobierno. A su lado estaban, entre otros, el titular de la Cámara
de Diputados, Rafael Pascual; el jefe de la bancada radical, Horacio Pernasetti;
Jesús Rodríguez y Mario Negri. Fueron, de todos modos, los
diputados del Frepaso los que más criticaron a Cavallo, al punto
de llevarlo a gritar en lo que fue el momento de mayor tensión
del encuentro (ver página 8).
El bloque de diputados radicales se reunirá hoy a las 11 para analizar
el ajuste. Vamos a estudiar las medidas y tomaremos decisiones en
conjunto con el Frepaso, anticipó Rodríguez a este
diario. La dirigencia radical estimaba también anoche que Alfonsín
convocará a un plenario de la conducción de la UCR para
fijar la posición del partido. Esto así es imbancable
para el partido, adelantó uno de los hombres de peso del
radicalismo. La fórmula a la que podrían echar manos las
autoridades de la UCR para despegarse del ajuste de la de plantear
la independencia del Gobierno. Esa alternativa se manejó
en una reunión que el lunes por la noche Alfonsín mantuvo
con Storani, Moreau, Federico Polak, Melchor Posse y sus economistas de
confianza Juan Sorrouille y Mario Brodersohn.
La independencia de la gestión de De la Rúa
no significaría el pase a la oposición, sino el análisis
de la acción de gobierno medida por medida. Aquello
en lo que estemos de acuerdo, lo apoyaremos; lo que nos parezca mal, seremos
los primeros en criticarlo. No nos pueden pedir que les firmemos un cheque
en blanco si no participamos de la toma de decisiones. Esta es otra alianza,
precisó uno de los impulsores de la idea.
REUNION
ENTRE DE LA RUA-BATTLE
Por el Mercosur
Cinco horas antes de que la
placa de la cadena oficial apareciera en los televisores, el presidente
Fernando de la Rúa se encontraba en Olivos, en una reunión
reservada con su par uruguayo, Jorge Battle. El visitante había
cruzado el río con una sola intención: conocer al detalle
las medidas que anunciaría el gobierno argentino, para luego analizar
las consecuencias que podrían provocar en el Mercosur.
De la Rúa llegó a Olivos pasadas las cinco de la tarde.
Unos minutos antes, había salido de la Casa Rosada, donde el resto
del Gobierno seguía discutiendo los alcances del nuevo ajuste fiscal
bajo el mando de Chrystian Colombo. En la quinta presidencial, el Presidente
se encontró con Battle, quien obviamente quería conocer
los detalles del paquete de medidas que por entonces aún se estaba
tratando en la sala de reuniones del Gabinete.
De la Rúa trató con el mandatario uruguayo la marcha del
Mercosur en el marco de las medidas económicas que el Gobierno
haría públicas después de las diez de la noche. Lo
que interlocutor esperaba, en realidad, era que le anticipara los anuncios
que ideados por el ministro de Economía, Domingo Cavallo. La charla
transcurrió en medio de una jornada llena de tensión. En
ese momento, el resto del Gobierno continuaba con su reunión en
Balcarce 50, que se iba haciendo cada vez más numerosa a medida
que se sumaban ministros y legisladores. Mientras tanto, De la Rúa
conversaba con Battle en Olivos, a donde había partido tras dedicarle
una frase a la prensa destacada en la Casa de Gobierno: Voy y vengo,
había dicho en los pasillos de la Rosada, cuando aún no
se sabía adónde iba.
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