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REPARTEN PRESERVATIVOS A LOS INTERNOS DE DEVOTO
Condones detrás de las rejas

Es parte de un programa oficial para prevenir el sida y otras enfermedades de transmisión sexual en las cárceles. También habrá charlas para la prevención de adicciones. Oposición en el SPF

Por primera vez, la mayoría de los 1988 internos de Devoto recibieron condones “El Camaleón”.

Desde ayer, por primera vez, y como resultado de una iniciativa oficial, la mayoría de los 1988 internos de la vieja cárcel de Villa Devoto recibieron condones, de la mítica marca “El Camaleón”, como parte de una campaña destinada a prevenir el sida y otras enfermedades de transmisión sexual, un tema que sigue siendo tabú cuando se lo relaciona con personas privadas de su libertad. El subsecretario de Asuntos Penitenciarios, Alvaro Ruiz Moreno, confirmó a Página/12 que la experiencia piloto se prolongará cinco semanas en esa unidad y contempla charlas a cargo de especialistas y la distribución de folletería entre los internos, sus familiares y el personal del Servicio Penitenciario Federal (SPF). Los folletos tienen recomendaciones para evitar el contagio del sida entre adictos a drogas inyectables, otro asunto espinoso en las cárceles. Consultado por este diario, un especialista admitió que el programa puede tener oposición de parte de sectores de la Iglesia y del propio SPF.
Ruiz Moreno dijo que se trata del programa “Cárceles Saludables”, que también comprende la realización de campañas de vacunación para prevenir otro tipo de enfermedades –en esta primera etapa se apunta a combatir la gripe– y que incluye la distribución de elementos y productos para la higiene bucal de los internos. La primera etapa del plan fue la formación del personal que tendrá a su cargo la experiencia, integrado por el plantel fijo de los Ministerios de Justicia y de Salud, del Consejo Nacional de la Mujer y de la Secretaría para la Prevención de la Drogadicción y el Narcotráfico.
El funcionario precisó que se busca “brindar información a los internos, familiares y personal penitenciario” sobre “aspectos biomédicos relativos a la sexualidad” con participación de personal de Lusida, el programa del Ministerio de Salud para el control del sida y de enfermedades de transmisión sexual. Las charlas se harán por separado, unas para los internos, otras para el personal penitenciario y también para las personas que concurran a las visitas íntimas con los presos. Luego de la experiencia en Devoto se hará, en agosto, otra similar en la unidad de Marcos Paz y tras “los ajustes necesarios”, la idea es institucionalizar el plan en los 31 penales que dependen del SPF.
Los folletos que se están distribuyendo en Devoto, diseñados por Lusida, son los mismos que se reparten en otros ámbitos, es decir que carecen de un mensaje específico destinado a aquéllos que están privados de su libertad. Ruiz Moreno estimó que “el 8 por ciento” de la población estable de Devoto estaría afectado por el virus del sida y que por ese motivo se decidió comenzar la experiencia en esa unidad. En los folletos también se hace referencia al peligro de compartir jeringas, advertencia dirigida a los consumidores de drogas inyectables.
Ruiz Moreno reconoció que el mensaje también es apto para las cárceles argentinas, donde “se sabe que está el problema de la droga, a pesar de todos los esfuerzos que se realizan para evitarlo”. Comentó que muchos han contraído el hábito “antes de llegar a la prisión”. En este momento, hay sólo dos lugares específicos para el tratamiento de drogadictos en las cárceles del país: uno es la Unidad 3 de Mujeres de Ezeiza y el otro la Unidad 19 de Marcos Paz. En la primera hay 18 mujeres bajo tratamiento y en la segunda 25 jóvenes de entre 18 y 21 años de edad.
“No hay ningún lugar destinado a los adultos, lo que supone un problema que debe ser solucionado en el futuro”, admitió Ruiz Moreno. En una causa por homicidio que está ahora en la etapa del juicio oral, tanto el acusado como la víctima –ambos ex internos de la cárcel de Devoto–, eran consumidores de cocaína y el acusado incluso admitió que fue distribuidor de la droga, que según él le era suministrada por los guardiacárceles. Ruiz Moreno dijo que la relación drogas-sida se potencia entre rejas “y son muchos los casos terminales que son tratados en la unidad carcelaria del Hospital Muñiz, lo que obliga a buscar soluciones urgentes”.
Además de los folletos, los agentes de Lusida instalarán máquinas de entrega gratuita de preservativos en todas las cárceles y habilitarán unalínea 0-600 de uso exclusivo para internos, quienes podrán allí aclarar sus dudas y pedir asesoramiento médico. Uno de los especialistas que participará de la experiencia adelantó que el programa lanzado por Ruiz Moreno puede tener “gran resistencia”. Como dato extra apuntó que, dentro del SPF, hay quienes piensan que “repartir condones en Devoto es fomentar la homosexualidad”.

 


 

UNA NENA DE Siete AÑOS CON UN BALAZO EN LA CABEZA
Otra víctima de un tiroteo

Una bala disparada en medio de un tiroteo entre policías y ladrones hirió de gravedad a una nena de siete años que se encontraba en la puerta de su casa, en las calles 4 de Febrero y Colombia, de la villa Loyola, partido de San Martín. El disparo impactó en la cabeza de la menor, que fue intervenida de urgencia en el hospital Eva Perón. Los peritos aún no determinaron a qué arma pertenecía la bala.
El hecho ocurrió ayer por la tarde, cuando tres asaltantes se ocultaron en una precaria canchita de fútbol, a metros del barrio Loyola, en Villa Concepción, del partido de San Martín. Aguardaban una presa que no demoró en llegar: una camioneta importada Toyota Hilux. Los delincuentes saltaron sobre el vehículo, amenazando al conductor con sus armas. Dos policías de la comisaría 8ª, que recorrían la zona en un patrullero, se acercaron al advertir movimientos extraños.
En ese momento, los asaltantes decidieron abandonar la escena, abortando el robo y, cubriendo su retirada a los tiros, se internaron en la villa Loyola perseguidos por los dos uniformados.
Fugitivos y perseguidores atravesaron la esquina de las calles 4 de Febrero y Colombia. A escasos metros del lugar, parada junto a la puerta de su casa se encontraba la nena, mientras las balas rebotaban en las paredes y se incrustaban en los árboles.
Uno de los proyectiles impactó en el cuerpo de la chiquita, que se desplomó con una gravísima herida en la cabeza.
Mientras la persecución continuaba, un servicio de emergencia logró trasladar a la nena al Hospital Interzonal de Agudos Eva Perón (ex Hospital Castex), donde fue intervenida de urgencia, sin que se proporcionaran informes sobre su estado.
A todo esto, la fiscal de turno de San Martín, Fabiana Ruiz, a cargo de la investigación del caso, ordenó realizar amplios operativos en busca de los asaltantes. La justicia aún no determinó si la bala fue disparada por policías o ladrones. Para resolver el dilema requiere de un detalle: extraer la punta de plomo de la cabeza de la pequeña.

 

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