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¿Quién dijo que estaba loco como un plumero?

Como parte de una estrategia de apaciguamiento, el vocero de Pinochet anunció ayer que el ex dictador chileno no volverá a ocupar su escaño vitalicio en el Senado. La acusación prepara sus últimos cartuchos, pero el juez Guzmán ya dictó el �cúmplase� en el sobreseimiento al Capitán General.

Obviedad: �Preliminar e inicial,
no puede ser senador alguien que ha
sido declarado loco o demente�, señaló Andrés Zaldívar, presidente del Senado.

La causa contra Pinochet vive sus últimas esperanzas. “Estamos estudiando dos recursos: uno de queja y otro de casación”, anunció la abogada Carmen Hertz, miembro del equipo jurídico que impulsó el juicio contra el ex dictador chileno por la causa de la “Caravana de la Muerte”. Ambos recursos responden a una rápida contraofensiva judicial –aunque de dudoso éxito– que intenta anular el que significó para el dictador el controvertido fallo de “demencia moderada” por el que fue sobreseído el lunes, después de una intensa campaña de su familia y sus abogados que, como parte de la estrategia, promovieron rumores sobre su muerte. Como forma de apaciguar los ánimos –y para no poner en duda los argumentos de la defensa–, el portavoz de la familia Pinochet, el general retirado Guillermo Garín, destacó que el desaforado senador vitalicio no volverá al Parlamento chileno debido a que su condición de salud es “delicada e irreversible”. Garín, sin embargo, se negó a hablar de “locura”, término al que calificó como un puro artilugio de la oposición. El hijo del militar –Marco Antonio Pinochet– también se despachó públicamente para aclarar que no todo es color de rosa para el golpista y sus adláteres. Y evaluó: “Este período fue agotador para toda la familia. Hemos pagado un costo muy alto”.
El recurso de queja, que sería presentado hoy ante la Corte Suprema, cuestiona a dos de los jueces de la Sexta Sala –Amanda Valdovinos y Cornelio Villarroel– que votaron en favor de la suspensión del proceso pese a que las investigaciones sobre los crímenes aún no han concluido. Por otra parte, a través del recurso de casación, se solicitará la revisión del dictamen. “Es un recurso de casación en la forma, porque hay vicios en el fallo”, argumentó Hertz. Sin embargo, las especulaciones en los ámbitos judiciales consideran improbable que la Corte Suprema acepte ambos recursos. Pero hay, aún, algo a favor: las acusaciones fueron avaladas por el defensor público, Alex Carocca, que puso en duda la validez constitucional del sobreseimiento debido a que el nuevo Código Procesal Penal –que considera la “demencia subcortical” de Pinochet como causa de impedimento para una defensa personal– entrará en funciones en etapas paulatinas y este año sólo rige en dos de las 13 regiones del país, por lo que sus normas no pueden aplicarse en la Región Metropolitana de Santiago, como lo hizo la Corte. “Consideramos que esa aplicación se aparta de la Constitución”, sintetizó el defensor público, al sugerir que los jueces de la Corte se excedieron en sus atribuciones. Mientras tanto,
el juez Guzmán Tapia seguirá investigando el episodio de la “Caravana de la Muerte”, aun cuando trascendió que se dispone a abandonar la mayoría de las casi 260 querellas que tiene en sus manos y que apuntan al general Pinochet tras el fallo de “sobreseimiento temporal”. Isabel Allende, hija del ex presidente Salvador Allende y actual diputada por el Partido Socialista, consideró el fallo como “un verdadero retroceso” y declaró que lamenta saber que “en Chile hay una justicia especial para Pinochet”.
Las declaraciones del vocero pinochetista, Garín, sobre la incapacidad del militar de volver al Senado “por cuanto su salud se lo impide”, desataron una seguidilla de argumentos encontrados. La Comisión de Constitución de la Cámara alta determinó que es el Tribunal Constitucional (TC) el único órgano que puede marginar a Pinochet del Senado. En su nombre habló el presidente de la comisión, el senador de la derechista Renovación Nacional (RN), Sergio Diez. Acto seguido, salió al ataque el presidente del Senado, Andrés Zaldívar, quien sostuvo que el fallo de sobreseer temporalmente por demencia a Pinochet lo inhabilita para seguir ejerciendo como parlamentario. Zaldívar dio a entender que se trata de una obviedad: “Preliminar e inicial, no puede ser senador alguien que ha sido declarado loco o demente”. Garín, además, desmintió la acusación de la parte querellante de que el empeoramiento en la salud del dictador durante el fin de semana haya sido una estrategia de su defensa para conseguir un dictamen favorable. Esto también causó revuelo y el médico familiar de Pinochet se vio obligado a declarar que Pinochet no escapa a la suerte decualquier mortal y que, por lo tanto, “uno de estos días se va a morir y ése será el gran tapabocas”. Con esta locuaz afirmación, Ferrer quiso contestar al médico Luis Fornazari –asesor de los abogados acusadores–, quien criticó lo que se popularizó como el “dementazo”.

 

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