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“No hay duda de que en los
mercados abunda el gataflorismo”

El jefe de asesores de Cavallo admite que los mercados siempre piden más. Y dice que ahora hay que mirar más las condiciones económicas internas que el riesgo país.

Guillermo Mondino, jefe de
asesores del Ministerio de Economía.
“Yo tengo mis ahorros en títulos públicos, es una inversión espectacular”, asegura.

Por Maximiliano Montenegro

–¿Por qué piensan que existe semejante shock de desconfianza no ya sólo en los “mercados” sino también en la gente?
–Estamos en un círculo vicioso. Que se reporte el riesgo país como si fuera la temperatura llevó a que el problema de percepción externa se traslade a la desconfianza interna. Hoy, la gente escucha en los noticieros, junto con la temperatura y la humedad, el nivel del riesgo país. Se ha transformado en uno de los 4 o 5 indicadores hogareños. Por otro lado, 1500 no es un número normal y la percepción de pánico que hay afuera desata ahora pánico adentro.
–¿Y por qué hay tanta desconfianza afuera, en los “mercados”?
–En los mercados abunda el gataflorismo. Antes, con Machinea, se quejaban de que no se hacía el ajuste. Después, López Murphy fracasó en pocas horas. Y se creó la idea de que Argentina era incapaz de ajustarse a las nuevas condiciones. Esto fue creando un efecto bola de nieve, que llevó a que no podamos soñar con financiar más déficit. Anunciamos el ajuste. Y dicen que no creen que lo podamos implementar. Ahora, plantean, queremos un acuerdo con los gobernadores. Lo próximo que van a pedir es un acuerdo con Dios. El apoyo político está. El comunicado de la Alianza es positivo, más que razonable para un sistema político en período de inminentes elecciones.
–¿Hay apoyo del radicalismo y del Frepaso?
–Lo que hay es un apoyo de la Alianza, razonable para las condiciones de las que estamos hablando. Hay que entender un poquito las condiciones que enfrenta la política ante estas circunstancias. Pretender que el apoyo de los políticos se haga explícito diciendo “hurra, hurra, qué bueno, tenemos que bajar sueldos y jubilaciones”; no tiene sentido. El presidente tampoco está contento con esto, el ministro menos. La falta de confianza externa va a cambiar cuando se vayan apiolando que las reformas se están aplicando. Ahora, lo importante es concentrarnos en que Doña Rosa que este ajuste es para que ella no tenga ningún problema, para que se puedan seguir pagando los sueldos, las jubilaciones, para que no la dejen sin salud, sin educación, sin policía. Por otro lado, esta situación puede tener dos puntos positivos. Uno, inducir un cambio cultural, al tomar conciencia de que tenemos que empezar a vivir con lo nuestro. Dos, mirar de otra forma a la evasión tributaria: a partir de hoy se va a tener en claro que lo que yo evado es menos jubilación para el nono. Yo creo que los argentinos vamos a tener que acostumbrarnos por algún tiempo a no prestarle tanta atención a los inversores externos y prestarle más atención a las condiciones económicas domésticas.
–Doña Rosa debe percibir también que si ajustan salarios y jubilaciones en el Estado, el pozo de la depresión se va a profundizar, porque ahora pueden venir más ajustes en las empresas, etc. Es lo que le pasó a Machinea.
–Doña Rosa de lo que está segura es que si ella o su marido trabajan en el sector privado su salario ya había sido ajustado. Y que era una situación de enorme injusticia lo que pasaba en el sector público, donde los salarios eran muchos más altos: casi un 15 por ciento más que el promedio de la economía, ya con el segundo ajuste. Doña Rosa es consciente que en el Estado hay estabilidad laboral, que en el privado no, que en el Estado las tareas son mucho menos complejas y más cómodas que en el sector privado. Era un privilegio estar en el sector público. Doña Rosa se pregunta: ¿por qué no se empiezan a poner en caja estos privilegios y se hace más justa la situación entre mi marido, mi hija y yo que trabajamos en el sector privado y los acomodados que trabajan en el Estado?
–¿Los jubilados también eran privilegiados?
–No. Ahí se preocupa Doña Rosa y todos. Pero si las jubilaciones no bajaran un poquito, se nos presentaría un enorme problema en la magnituddel ajuste salarial necesario en el sector público. De la gran masa salarial que paga el sector público, dos tercios son jubilaciones.
–¿La gente se equivoca al ir a cambiar sus pesos por dólares?
–No. La gente está asustada. Ven que afuera están tan asustados, piensan que los grandes inversores tienen mucha información de lo que pasa en Argentina y especulan que a lo mejor están viendo algo que ellos no saben. Si el peso y el dólar valen lo mismo, la gente se cubre y se pasa al dólar. Si total el taxi lo va a poder pagar en dólares, el almacén también. Me encantaría que se quedaran en peso, pero si optan por pasarse a dólares lo pueden hacer.
–¿Esto puede ser el principio de una fuga masiva de depósitos, o sea, una corrida bancaria?
–El retiro de depósitos es siempre una posibilidad. Nosotros estamos convencidos de que el sistema bancario es extremadamente sólido. No percibimos ningún problema de liquidez en los bancos.
–La tasa de interés interbancaria (el llamado call) llegó ayer al 200 por ciento, lo cual refleja que debía haber bancos sin liquidez ante el retiro de depósitos...
–No. Eso tiene más que ver con la forma técnica con que viene operando el sistema, que con la iliquidez genuina. La verdad es que los bancos están muy sólidos, aunque continuara una caída de depósitos no creemos que fuera un problema. Pero, bueno, obviamente, si hubiera una explosión de fuga de depósitos, prestaríamos más atención a ese problema.
–¿Qué cantidad de reservas puede llegar a perder el Banco Central?
–Todas las que sean necesarias. Hay 20.000 millones de dólares para cambiar, que es más que el circulante en pesos que la gente tiene en el bolsillo.
–¿Y si la gente se lleva los plazos fijos y quiere dólares?
–Sumando a las reservas, la red de seguridad financiera para el sistema bancario y las líneas comerciales de los propios bancos, hay cerca de 40.000 millones de dólares de reservas, que cubren más del 40 por ciento de los depósitos. Si lo que la gente piensa es que no van a tener los dólares billetes para darle, ese es un problema de instrumentación, de 24 horas o 48 horas, hasta que llegue el próximo avión de Estados Unidos y traiga el cargamento de dólares billetes, y los reparta el Banco Central.
–¿Para usted es una buena inversión comprar títulos públicos?
–Espectacular. Dan una tasa de interés altísima. Yo tengo mis ahorros en títulos públicos. Si quiere, ahí tiene otro reaseguro de por qué no vamos a ir a la cesación de pagos (risas). Yo estoy convencido de que Argentina no va a hacer ninguna locura como dejar de pagar la deuda o tocar los depósitos.
–¿Cuánto decrecemos este año?
–Obviamente vamos a hacer una revaluación de las perspectivas de crecimiento, que eran del 2 al 2,5 por ciento. Pero todavía no pensamos que el producto vaya a caer. Todavía podemos tener un buen fin de año.
–¿Es consciente de que en estos días nadie va a ir a comprar un auto o un departamento, que está todo paralizado?
–Somos conscientes de que sería algo infrecuente. No sé si está todo paralizado.
–¿Son conscientes de que así como Cavallo había llegado una expectativa de crecimiento cuando llegó al Ministerio a fines de marzo, ahora la gente está tan decepcionada y pesimista como estaba con Machinea o con López Murphy?
–La luna de miel duró una semana. La realidad se impone sobre la fe. Y la única verdad es la realidad, solía decir el general Perón.
–La realidad hoy es muy triste...
–Es muy triste, por eso hay que cambiar.
–¿Cómo se cambia cuando muy poca gente tiene plata en el bolsillo y los que la tienen tienen una visión muy pesimista? –Hoy hay una perspectiva muy negativa. Pero estamos trabajando para cambiarla, haciendo que el Estado deje de ser una aspiradora de fondos, lo cual va a dejar espacio al crédito para el sector privado. La Argentina no se agota en la calle San Martín y Reconquista. Cuando uno se va hacia las provincias hay menor nivel de ansiedad. En el campo, hay cosecha récord, precios mejores para el agro. Hay demanda para bienes de inversión...
–Y hay 13 millones de pobres, que cortan rutas pidiendo comida...
–Hay un montón de pobres, pero son los mismos que teníamos antes.
En algunos lados del país ha cambiado la actitud, porque las condiciones mejoraron bastante. En otros lugares, mayoritarios, todavía tenemos que trabajar muchísimo.
–¿Le van a reclamar a los gobernadores que extiendan el recorte de salarios a las provincias?
–No les podemos reclamar, pero los vamos a invitar que se sumen a este esfuerzo. No hay nada peor que quedarse sin caja, porque entonces no se va poder pagar ni a la policía, ni a los jubilados, ni a los maestros. Es momento de tomar el toro por las astas y que todo el mundo cobre un poquito menos, pero que todo el mundo cobre.
–¿Cavallo es como esos chicos que quieren manejar el autito y si no se lo dan lo termina rompiendo?
–Para nada. Cavallo es un chico que cuando se sentó en el autito va a manejarlo y manejarlo y manejarlo, y no hay forma de bajarlo. Pero no lo va a romper.

 

Textual

“En los mercados abunda el gataflorismo. Anunciamos el ajuste y dicen que no creen que lo podamos implementar. Ahora, plantean, queremos un acuerdo con los gobernadores. Lo próximo que van a pedir es un acuerdo con Dios.”
“Estamos en un círculo vicioso. Que se reporte el riesgo país como si fuera la temperatura y la humedad llevó a que el problema de percepción externa se traslade a la desconfianza interna.”
“Si el peso y el dólar valen lo mismo, la gente se cubre y se pasa al dólar. Me encantaría que se quedaran en pesos, pero si optan por pasarse a dólares lo pueden hacer.”
“No hay problema, los bancos están muy sólidos. Nadie va a cometer la locura de tocar los depósitos.”
“Vamos a invitar a los gobernadores que se sumen a este esfuerzo.
Es momento de tomar el toro por las astas y que todo el mundo cobre un poquito menos, pero que todo el mundo cobre.”

 

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