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 Iberia paralizó ayer
repentinamente sus vuelos por tiempo indeterminado. La noticia estalló
como una bomba en España y fue tomada por la compañía
como respuesta a la renuncia en bloque y precipitada de 99 de sus 208
pilotos. La medida que afecta a unos 80 mil pasajeros diarios de la empresa
provocó la cancelación de dos vuelos en Ezeiza y demoras
tan prolongadas en la reubicación de los pasajeros que muchos aún
siguen esperando el despegue. Aunque fuentes de la empresa especulan con
la posibilidad de restablecer el servicio en 48 horas, nadie está
aún en condiciones de afirmarlo. Esta nueva situación límite
de Iberia llega después de un durísimo conflicto interno
de dos meses con el gremio de pilotos españoles (Sepla) que aún
no se ha resuelto. Por otra parte, una altísima fuente de la compañía
en Buenos Aires confirmó a Página/12 que existen negociaciones
con Aerolíneas Argentinas para que sus aviones reemplacen transitoriamente
a los de Iberia con destino a España.
La suspensión total de los vuelos fue anunciada durante una conferencia
de prensa convocada de urgencia por el presidente de Iberia, Xabier de
Irala. “La compañía –dijo– suspende sus vuelos,
reservas y ventas por tiempo indeterminado por razones operativas”.
La suspensión, que no responde a cuestiones económicas,
se extenderá hasta que Iberia “reestructure la Dirección
Operativa y pueda garantizar los parámetros normales de seguridad”.
Fueron justamente los pilotos del sector de Operaciones, los que según
la empresa, presentaron la renuncia. Entre ellos lo han hecho siete de
los diez jefes de día, responsables de la flota, de la inspección
y de la instrucción: todos pilotos a cargo de tareas administrativas.
Aunque operativamente y a pesar de las renuncias, Ibería podía
seguir volando con el resto de los pilotos, el Control Central de Operaciones
en España lo habría impedido.
Por eso, apenas la dirección de Iberia conoció la renuncia
de los pilotos, canceló sus vuelos en todas partes y, obvio, también
en Buenos Aires. Desde Ezeiza debían partir los dos vuelos diarios,
pero ninguno logró despegar. El vuelo 6840 estaba listo pero un
problema en el parabrisas retrasó hasta las diez de la noche su
salida. Cuando finalmente la salida se preparaba, en Madrid eran ya más
de las doce de la noche, hora a partir de la cual entraba en vigencia
la suspensión. El vuelo 6844 programado generalmente para las 21.45
ni siquiera se preparó. Los operadores trabajaron sin demasiado
éxito para endosar parte de los pasajeros a otras compañías
(ver aparte).
La decisión fue para Felipe Alcaraz de la coalición Izquierda
Unida (IU) española, parte de un “espectáculo tercermundista”.
Lo cierto es que se tomó mientras Europa comienza su temporada
alta y no hay pasajes con demasiada disponibilidad en el mercado. Ese
contexto llevó a los directivos de Iberia a considerar una alianza
temporaria con Aerolíneas Argentinas para los vuelos entre Buenos
Aires y Madrid. Así lo confirmó aquí una altísima
fuente de la compañía a este diario: “Es una posibilidad
no puedo adelantar más nada, lo cierto es que son negociaciones
que se discuten a nivel de Casa Central con Aerolíneas”, explicó.
Aunque en Buenos Aires sospechan que el restablecimiento de los vuelos
no demorará más de 48 horas, desde la Casa Central prefirieron
dejar en suspenso los plazos, demasiado vinculados al durísimo
conflicto gremial que desde el 19 de junio mantiene la aerolínea
con sus pilotos que reclaman aumento de salarios. El martes pasado, los
pilotos hicieron su tercer paro y tenían previsto otros para el
17 y 24 de julio. En los tres días de paro hasta aquí, Iberia
canceló 752 vuelos y tuvo pérdidas cercanas a los 21 millones
de dólares. Sólo mañana, los vuelos suspendidos serán
750, porque los españoles comienzan el viernes sus vacaciones de
verano.
Durante todo el día a través de su página web, Iberia
repitió que los pilotos habían renunciado. Los 99 empleados
estaban afiliados al sindicato y ocupaban puestos clave en el funcionamiento
de la seguridad de losvuelos. En medio de las negociaciones últimas,
le habían pedido a la empresa ser relevados y volver a ocupar sus
puestos como pilotos. Esto originó la apertura de un expediente
interno porque la compañía lo consideró una medida
de presión. Ayer mismo un portavoz del Ministerio español
de Fomento, admitió a la agencia EFE que “no existe base formal
para la paralización de la flota de Iberia”. Esta misma postura
fue repetida por el sindicato de pilotos. Para el Sepla, la decisión
es sólo una medida de presión porque los 99 pilotos que
han dimitido ocupan cargos administrativos y por lo tanto los aviones
podrían seguir volando.
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Problemas en Ezeiza
El puente directo entre Buenos Aires y España parece a
punto de quebrarse. A la crisis de Aerolíneas Argentinas
y la suspensión de sus vuelos hacia la península ibérica
ayer se sumó el de Iberia. En el aeropuerto de Buenos Aires
existe en este momento una sola conexión en pie con Madrid
pero la empresa Spain Air viaja sólo un día a la semana.
Para pilotear esta situación de catástrofe, la filial
argentina de Iberia desplazó parte de su personal a los sectores
de reservas y pasajes. Desde esas áreas, a través
de tres líneas rotativas (4131-1000/01/02) están recibiendo
reclamos y “endosando” a los pasajeros en compañías
aún con plazas.
Cuando la noticia quedó confirmada en Buenos Aires, los directivos
de la empresa entregaron una nota a los pasajeros que debían
salir desde Ezeiza donde les aseguraban el reintegro del pasaje.
Este mismo aviso fue difundido en España donde además
del trasporte terrestre para quien lo necesitase se ofreció
“alojamiento y manutención para los pasajeros que ya
hayan iniciado su viaje”. Parte de esto fue conocido anoche
por algunos de los pasajeros que terminaron alojados en el hotel
Colón cuando después de pasar el trámite en
Migraciones supieron que sus vuelos también habían
sido cancelados.
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LA
PERUANA AEROCONTINENTE PRESENTO SU OFERTA
Cien millones por Aerolíneas
La firma peruana Aerocontinente
formalizó ayer su propuesta para comprar el paquete accionario
de Aerolíneas Argentinas: directivos de la compañía
ofrecieron a la SEPI española –principal accionista de AA–
100 millones de dólares por la quebrada línea de bandera,
que se pagarían a lo largo de diez años. Sin embargo, la
sociedad estatal española relativizó la oferta de la cuestionada
empresa peruana –cuyo fundador, Fernando Zevallos, fue vinculado
al narcotráfico y al ex hombre fuerte del fujimorismo, Vladimiro
Montesinos–, al señalar que Aerocontinente aún no presentó
un plan de viabilidad, condición esencial para que las propuestas
de compra de AA sean tenidas en cuenta.
La proposición que Aerocontinente realizó ante la SEPI contempla:
 La adquisición del 100
por ciento de las acciones de AA por un total de 100 millones de dólares,
pagaderos a diez años y sin tasas de interés.
La absorción de la deuda
total de Aerolíneas y de Austral, excluyendo las de combustibles
y aeropuertos. El déficit de la compañía nacional
se cancelaría en un máximo de diez años.
Incorporar en un plazo de 60
días una flota compuesta por 8 aviones, destinados a reanudar los
vuelos internacionales.
Un compromiso de “no despedir
a ningún empleado de las dos empresas, y negociar un acuerdo con
los sindicatos”.
Aerocontinente fue fundada en Perú en 1992, y realiza vuelos de
cabotaje en ese país, además de cubrir rutas hacia Miami,
Panamá y otras ciudades de América latina. Desde 1998 opera
en Chile, donde controla el 29,7 por ciento del mercado aéreo.
El director ejecutivo de la firma, Carlos Morales, señaló
que la compra de Aerolíneas Argentinas se relaciona con el “sueño
de crear una megatransportadora del Cono Sur”, “con costos bajos
y tarifas justas”.
Con su oferta, la empresa peruana se lanza formalmente a la competencia
por la propiedad de AA, a la que también aspirarían otros
candidatos: los argentinos Eduardo Eurnekian (de Aeropuertos Argentina
2000), Juan Carlos Pellegrini (que fue presidente de AA antes de la privatización,
en 1990, y apunta a una alianza estratégica con las firmas Airbus
o Boeing) y el grupo español Marsans, operador mayorista de turismo.
Sin embargo, sobre Aerocontinente pesa el oscuro pasado de su fundador,
Fernando Zevallos, que desde 1997 se encuentra prófugo de la justicia
peruana, que lo vincula con los narcotraficantes Manuel y Tito López
Padilla. Mientras Zevallos sigue en las sombras, los directivos de su
empresa niegan tener relación con “actividad ilícita
alguna”. “Siempre nos pasa. Primero, la competencia lanza estos
rumores para impedirnos entrar al mercado, y cuando igualmente lo hacemos,
empiezan a cuestionarnos por las tarifas atractivas que ofrecemos al público”,
señalaron.
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