Por Kate Connolly
Desde
Berlín
La abrumadora victoria del
ex rey de Bulgaria, Simeón II, en las elecciones generales del
mes pasado, fue coronada ayer por el anuncio que se convertirá
en el próximo primer ministro del país. Oficialmente Simeón
Saxe-Coburgotsky II, pero ahora llamado simplemente Coburgotsky, será
el primer monarca exiliado de Europa oriental que recupera el poder, a
continuación de la aprobación unánime de su candidatura
dentro de su partido y con la aceptación del presidente, Petr Stoyanov.
Los líderes del partido dijeron que Simeón formaría
un nuevo gobierno en 10 días. Es con gran emoción
pero con mi típico sentido de responsabilidad y teniendo en cuenta
la confianza que tuvieron en mí los votantes el 17 de junio, que
acepto esta propuesta, dijo el ex monarca.
La brecha de tres semanas entre las elecciones y el nombramiento de Simeón
como primer ministro provocó la especulación en los medios
de Bulgaria de que él se sentía renuente a tomar el puesto
y prefería convertirse en la eminencia gris del gobierno. A comienzos
de este año, Simeón había anunciado su intención
de postularse como candidato a presidente en setiembre, pero fue bloqueado
por una corte constitucional. Su nombramiento como primer ministro, la
posición más poderosa en el estado balcánico, es
visto como un elegante golpe de gracia. Después del fallo constitucional,
le quedaron pocas opciones, salvo formar su propio partido, el Movimiento
Nacional para Simeón II, un heterogéneo grupo de jóvenes
intelectuales, figuras empresarias y celebridades que se comprometieron
a transformar a Bulgaria con decisiones económicas radicales, ideas
nuevas y nuevos líderes.
Su primera tarea será formar un gobierno de coalición. Los
candidatos asociados incluyen el ex partido gobernante, la Unión
de Fuerzas Democráticas, y el Movimiento (étnico) Turco
por los Derechos y las Libertades. Simeón ha enfatizado que sus
asociados en la coalición deben compartir sus objetivos en cuanto
al crecimiento económico, una mejora en los esfuerzos por unirse
a la Unión Europea y la OTAN, y tolerancia cero en cuanto al crimen
y la corrupción. En sus promesas preelectorales, el ex rey se comprometió
a hacer una diferencia dentro de los 800 días. Pero el novicio
político, que pasó medio siglo en el exilio, básicamente
en Madrid, tendrá que luchar duramente. A pesar del reciente crecimiento,
muchos búlgaros viven en la pobreza.
Es una tarea difícil y compleja, pero con la buena voluntad
y la ayuda de todos y pensando sólo en el bienestar de nuestro
pueblo, creo que lo que tenemos para ofrecerle a nuestros votantes es
factible -dijo ayer-. Que el Señor nos ayude y nos muestre
el camino correcto para el bienestar de todos, añadió.
Simeón II se convirtió en rey a la edad de seis años,
después de la muerte de su padre, el zar Boris. El y su familia
fueron enviados al exilio por las autoridades comunistas tres años
después. Regresó a su patria con su mujer española,
Margareta, en 1996, recibiendo una calurosa bienvenida.
A pesar de la falta de apoyo a una monarquía, Simeon está
muy bien considerado por la mayoría de los búlgaros, que
admiran su aire aristocrático, así como su éxito
como empresario. Salió primero en una encuesta reciente sobre el
búlgaro más popular, con un 74 por ciento. El hombre de
64 años decidió desistir de luchar por el regreso de la
monarquía. Cuando jure en su cargo tendrá que prometer fidelidad
a la constitución republicana.
REELECCION
CON MAYORIA SIMPLE EN EL PAIS VASCO
Ibarretxe, como decíamos ayer
Juan José Ibarretxe candidato
de la coalición entre el Partido Nacionalista Vasco (PNV) y de
Eusko Alkartasuna fue reelegido presidente del País Vasco
en la segunda votación parlamentaria tras los comicios regionales.
Sin embargo, su situación actual es similar a la que impidió
finalizar su mandato anterior: Ibarretxe ganó por mayoría
simple (35 escaños) en esta segunda votación después
de que el miércoles no alcanzara la mayoría absoluta (mecanismo
que determina la ley vasca), ya que el Partido Popular (PP), el Partido
Socialista de Euskadi y Euskadiko Eskerra (PSE-EE) e Izquierda Unida-Ezker
Batúa (IU-EB) votaran en blanco, y Euskal Herritarrok (EH) sus
antiguos aliados cercanos a la ETA y reorganizados hoy bajo el nombre
Batasuna se abstuviera. Sin embargo, del miércoles al jueves
se modificó el mapa: a último momento de ayer, Izquierda
Unida-EB entregó su voto de confianza a Ibarrexte. El secretario
general del PP calificó el hecho como una acción de transfuguismo
parlamentario.
Ibarretxe, de 44 años, fue reelecto ayer tras ocupar la presidencia
del ejecutivo regional vasco desde enero de 1999, en una legislatura que
no pudo concluir al verse obligado a convocar a elecciones anticipadas
ya que su alianza de gobierno con los separatistas radicales de EH a
quienes el PNV esperaba convencer de renunciar a los métodos violentos
luego de que la ETA declarara una tregua se quebró por lo
que quedó en minoría en la cámara. El flamante presidente
anunció, por medio de su vocero Iñaki Anasagasti, que aspira
abrir un debate con todas las fuerzas políticas de la región
para afianzar la autonomía regional y lograr la pacificación.
Y enfatizó: La discusión sobre la pacificación
estaba fuera del parlamento y ahora estará adentro. Y si hay alguna
fuerza que se quiera autoexcluir por no tratar el tema, tendremos que
seguir sin ella. En ese sentido, consideramos que ninguna fuerza puede
seguir sin condenar la violencia de ETA.
Desde el PSE-EE, Rodolfo Ares, también salió a criticar
duramente el apoyo de Izquierda Unida y habló de contrarrestar
las aventuras soberanistas y las tentaciones autodeterministas
de parte de ciertos sectores del nacionalismo vasco, algo que aleja
a España de Europa, aludiendo posiblemente al acuerdo de
gobierno firmado hace cinco días entre el PNV y EA donde ponen
la aspiración de independencia al mismo nivel que la búsqueda
de una solución política al terrorismo de la ETA.
Imágenes de
una convivencia pacífica
En Irlanda del Norte, los cuatro días de desfiles de la
Orden Protestante de Orange, que celebra la derrota de los católicos
en la región en 1690, terminaron ayer con otra marcha en
Belfast (foto). En un contexto de violencia entre católicos
y protestantes y de una crisis severa del gobierno semiautónomo
que ambos comparten hasta cerrar un acuerdo de paz definitivo, no
podía esperarse una calma total. Efectivamente, 24 policías
y dos civiles fueron heridos ayer en distintos incidentes en todo
el Ulster. Los grupos paramilitares protestantes hicieron demostraciones
de fuerza con disparos al aire, lo que preanuncia más enfrentamientos
en los próximos días.
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