Por Günter Deister
Desde Moscú

En la que es una de las asambleas generales más trascendentes de sus 107 años de historia, el Comité Olímpico Internacional (COI) decidirá hoy si le otorga la sede de los Juegos Olímpicos de 2008 a Pekín o privilegia a alguna de las otras dos candidatas con posibilidades.
La respuesta llegará cuando el presidente del COI, Juan Antonio Samaranch, anuncie desde Moscú quién ganó la carrera a la que Osaka y Estambul se presentan sin chance alguna. Por su peso político, la decisión de la 112ª Asamblea General es comparable con la decisión de otorgar los Juegos de 1936 a Berlín y a Moscú en 1980. Todo indica que el intento de Pekín, tras la derrota por dos votos en 1993 ante Sydney será esta vez exitoso.
“La votación parece estar convirtiéndose en una decisión a favor o en contra de Pekín. De ella saldrá sin dudas una señal política muy fuerte”, analizó el vicepresidente alemán del COI Thomas Bach.
Las conferencias de las cinco ciudades candidatas tuvieron ayer un objetivo claro: no cometer errores, resistirse a la tentación de hablar mal de los oponentes. La candidatura china eludió todos los interrogantes críticos y sólo se refirió una vez en forma directa a los problemas de derechos humanos. “Los Juegos ayudarán a seguir mejorando las condiciones sociales, económicas y de derechos humanos”, dijo su secretario general, Wang Wei, que dejó una frase efectista para el final, apelando a los 3000 años de historia de su país de 1300 millones de habitantes: “El COI podría hacer historia”.
John Bitove, presidente de la candidatura de Toronto, fue directo. Pekín es “la favorita de los medios. Tenemos buenas posibilidades de victoria”, aseguró. Las candidatas hacen lo imposible por ganar la sede. Franceses y canadienses llevaron a Moscú a sus primeros ministros, Lionel Jospin y Jean Chretien. Y junto a Jospin llegó la nueva estrella del Real Madrid, Zinedine Zidane.
Tras un largo proceso que descartó a ciudades como Bangkok, El Cairo, La Habana, Kuala Lumpur y Sevilla, cinco ciudades que gastaron casi cien millones de dólares en la campaña de promoción están ante la hora de la verdad.

EL LUNES DEBE DEJAR LA PRESIDENCIA DEL COI
Samaranch no quiere aflojar

A cuatro días de que se elija su sucesor, el presidente del Comité Olímpico Internacional (COI), Juan Antonio Samaranch, confesó que seguiría gustoso en el cargo dos años más si se lo permitieran. “Me voy porque me tengo que ir, no porque quiera. No me queda más remedio”, reveló Samaranch, que preside el COI desde 1980.
El próximo lunes se elegirá en Moscú a su sucesor, un puesto al que aspiran cinco candidatos: el belga Jacques Rogge –el candidato de Samaranch–, el canadiense Richard Pound, el surcoreano Un Yong Kim, la estadounidense Anita Defrantz y el húngaro Pal Schmitt.
“Es imperativo proteger el carácter universal y el prestigio de los Juegos Olímpicos. Estoy convencido que mi sucesor continuará manteniendo la seguridad financiera del movimiento más allá de 2012” pidió el catalán durante su discurso de despedida, pronunciado en el célebre Teatro Bolshoi, junto al premier ruso Vladimir Putin.
Samaranch siente que ganó “las grandes batallas” al frente del COI, entre las que citó la de la reestructuración, y admite que proponer a su hijo Juan Antonio como miembro del COI pudo haber sido una imprudencia. “Quizás sí, pero si no me hubieran criticado por eso, lo habrían hecho por otra cosa”, aseguró, antes de quejarse por haber sido, muchas veces “incomprendido, y atacado injustamente con todo eso del franquismo, sobre todo por parte de un mundo determinado que además no conoce nada de lo que pasó en España”.

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