Por M.G.
Con pocas horas de diferencia,
Carlos Chacho Alvarez recomendó a Juan Pablo Cafiero
que se quedara en el Gobierno y su esposa, Liliana Chiernajowsky, emitió
un comunicado sugiriendo una medida inmediata: Retirarnos de la
Alianza.
Alvarez dio su consejo al ministro de Desarrollo Social durante una cena
que uno de los comensales definió como una comida de amigos,
después de mucho tiempo. Estuvieron, además de Alvarez
y Cafiero, el presidente del bloque de la Alianza, Darío Alessandro,
y el diputado frepasista José Vitar. Dos meses atrás, el
ex vicepresidente anunció su retiro de la política, que
en rigor era una salida temporaria de la política activa y, sobre
todo, el paso a la oposición. También elogió a la
diputada Elisa Carrió como un ejemplo de honestidad en política.
Desde ese momento, Alvarez dejó de participar de la conducción
y de la vida cotidiana del Frepaso y abandonó todo contacto con
el Gobierno. Su mayor contacto con el mundo en crisis fueron sus clases
en la Universidad de Quilmes y las conversaciones políticas con
su mujer, desde hace casi un año vicejefa de Gabinete del gobierno
porteño.
¿Chacho volvió? fue la pregunta de este diario.
Fue solo una cena de amigos insistió un dirigente del
Frepaso. Chacho no tiene ningún interés en reciclarse
en algo inmediato.
La fórmula suele encubrir las grandes roscas políticas,
pero esta vez parece reflejar la verdad de los hechos. Alvarez estuvo
locuaz e irónico, pero en ningún momento diseñó
ninguna estrategia concreta. Preguntó, especuló, evitó
recomendar la ruptura del Frepaso con la Alianza y con el Gobierno y se
concentró en el papel de Cafiero, el único ministro entre
los presentes. Tres mandamientos recibió Juampi de su antiguo jefe:
Desconfiá.
No te vayas. En todo
caso, que te echen.
No hay que irse sino
diferenciarse, y asumir los riesgos.
El último consejo estuvo dirigido no solo a Cafiero sino al Frepaso
en su conjunto.
La cena fue el jueves a la noche. El viernes por la tarde Liliana Chiernajowsky
y Beatriz Baltroz, diputada de la Ciudad, llamaron a dejar la Alianza.
Repugna y da escalofríos el espectáculo de la dirigencia
política acorrolada por el golpismo económico y sus voceros,
apelando a frases rimbombantes como unidad nacional y coraje
para justificar una decisión vergonzosa, dice el texto que
emitieron cuando habla del ajuste fiscal. Comprendemos que el país
está atravesando una situación gravísima y compartimos
la necesidad de controlar el déficit y reducir el endeudamiento,
pero jamás aceptaremos que sea a costa de más pobreza y
abandono del rol indelegable del Estado, reza también. Y
sostiene que se necesita coraje para sostener el contrato
establecido con la ciudadanía en la campaña electoral,
para defender a los sectores vulnerables de la sociedad y
para imponer reglas de juego a los especuladores y extorsionadores,
para poner presos a los grandes evasores y lavadores de dinero sucio.
Para Chiernajowsky, el Gobierno ha traicionado uno a uno los principios
por los que desde el Frepaso impulsamos la Alianza.
La esposa de Alvarez es ampliamente minoritaria en el Frepaso porteño,
controlado por Aníbal Ibarra y Ariel Schiffrin, pero cada pronunciamiento
suyo despierta suspicacias. ¿Habla por ella misma o en nombre de
Alvarez? En este caso, las suspicacias pueden aumentar por un antecedente.
Cuando Chacho anunció su retiro momentáneo, lo hizo por
radio ante Nelson Castro, luego de haber conversado la noche anterior
con dirigentes del Frepaso a quienes, sin embargo, no adelantó
su decisión. ¿Se repite ahora la historia? Un dato indica
que no: pese a la idea que impera en el propio Frepaso, que suele ver
a Alvarez como uno de los suyos, el ex vice dejó el Gobierno y
la Alianza, o sea que se adelantó incluso a su mujer, y solo es
cuestión de esperar para ver dónde y cuándo volverá
a hacer política.
|