Por Claudio Zlotnik
Después de una semana
de furia, ayer los mercados se tomaron un respiro. Las acciones subieron
5,6 por ciento y los bonos más importantes, como el Global 2008,
reportaron alzas de hasta el 0,9 por ciento. No obstante, el riesgo país
trepó 93 puntos, marcando el nuevo record de 1612. A diferencia
de otras jornadas, esta vez la disparada del indicador no erizó
la piel de los operadores. Se debió a que varios bonos que en las
últimas jornadas no habían cotizado, ahora lo hicieron poniéndose
a tono con el derrape de la semana, que terminó empinando ese indicador.
Pero más allá de la mayor tranquilidad bursátil,
continuó la fuerte demanda de dólares por parte del público
y la huida de depósitos. En los cinco días hábiles
que van desde el miércoles 4 hasta el mismo día de esta
semana, las colocaciones cayeron en 1382 millones, según la última
información proporcionada por el Banco Central. También
hubo cancelaciones de cuotapartes en fondos comunes de inversión.
En tanto, la agencia estadounidense Moodys se sumó a su colega
Standard & Poors y degradó la calificación de
la deuda argentina. El BC, por su parte, liberó millonarios fondos
para asistir a los bancos ante la corrida: entregó pases por 1930
millones y flexibilizó normas monetarias para auxiliar con unos
1700 millones. Pese a esa extraordinaria asistencia, los banqueros disimulan
diciendo que no hay corrida.
Anoche, el Banco Central emitió un comunicado aclarando que la
caída de los depósitos en buena parte se explica por
razones de estacionalidad, dando cuenta del período de vacaciones
de invierno, pero deja de lado cualquier mención a la crisis. Lo
cierto es que la fuga de depósitos se aceleró en las últimas
jornadas, en forma paralela al agravamiento de la crisis. Al mismo tiempo,
en lo que va del mes, la caída de reservas del Central alcanzó
a 1500 millones de dólares, el 6,3 por ciento del total. Desde
que empezó julio, los depósitos a plazo fijo cayeron en
962 millones. Parte de ellos 131 millones se explican por
las cancelaciones en los fondos comunes de inversión, en donde
colocan dinero en su mayoría empresas que quieren tener rápida
liquidez.
La fuga de depósitos se ha convertido en la clave principal de
la crisis. Por un lado, demuestra la desconfianza creciente de la gente
en medio de las turbulencias. Por el otro, porque podría retroalimentar
el caos. De hecho, los bancos debieron liquidar bonos para hacer frente
a los retiros, profundizando la baja de los títulos y elevando
las tasas de interés. Al respecto, un indicador de la falta de
fondos en el sistema fue la disparada del call (tasa interbancaria) al
300 por ciento anual en préstamos a tres días de plazo.
En las ventanillas, para retener a los ahorristas, los bancos pagaron
un 26 por ciento anual en promedio por plazos fijos a 30 días en
pesos. Y el 10 por ciento para los dolarizados.
Frente a esta circunstancia, Roque Maccarone inyectó al mercado
otros 687 millones en pases activos que se sumaron a los 1243 millones
que vencían pero se renovaron automáticamente a una
tasa de interés de entre 10 y 15 por ciento anual. Por otra parte,
liberó unos 1700 millones al flexibilizar la norma de los encajes
bancarios. De esta manera, el Central espera abaratar el costo del dinero.
Siguiendo los pasos de su colega S&P, Moodys bajó otro
escalón la calificación de la deuda argentina de B3
a B2 e hizo lo propio con la nota a los depósitos
bancarios en moneda extranjera, advirtiendo sobre el probable debilitamiento
del sistema financiero por la crisis. Moodys, si bien admitió
que el Gobierno está tomando todas las medidas para superar
la situación, destacó que los problemas políticos
podrían agravar la crisis.
La novedad diluyó el fuerte repunte que habían mostrado
las acciones. Recién había pasado el mediodía, el
riesgo país superaba los 1600 puntos, y en el recinto ya preveían
que se avecinaba otra jornada turbulenta. Pero el clima cambió
rotundamente no bien el Fondo Monetario salió a respaldarlas medidas
del Gobierno y el propio George Bush tendió un puente hacia la
administración De la Rúa, que algunos inversores interpretaron
como un eventual socorro financiero en el futuro. Ajeno a estos hechos,
en Brasil continuaron los nervios de los operadores, y el real se depreció
hasta el record de 2,59 unidades por dólar.
Existen motivos de peso que explican la suba del 5,6 por ciento del índice
MerVal. Ante el desplome de los títulos públicos y la posibilidad
de que la Argentina no pueda hacer frente a los vencimientos de la deuda,
muchos inversores se volcaron a las acciones. Al contrario de los papeles
de la deuda que pasarían a valer poco y nada en caso de un
default, algunos papeles empresarios no se verían tan sacudidos.
Los operadores dicen que serían el caso de Pérez Companc,
que su principal activo es petróleo que se cotiza en dólares
en los mercados internacionales y su precio no depende del mercado interno.
Justamente, la acción de Pérez Companc fue la más
beneficiada los últimos dos días, acumulando una mejora
del 26 por ciento. Por otra parte, a los financistas no se les escapa
que la valuación bursátil de la compañía era
de 3950 millones de dólares a comienzos de año y que, de
la mano de la crisis, descendió a casi la mitad: 2130 millones.
La fuerte suba de ayer de Perez Companc, del 15 por ciento, explica casi
toda la mejora del MerVal, indicador que en la semana perdió 11
por ciento. Después de mucho tiempo, hay quienes piensan que el
mercado accionario podría ser un buen negocio.
EL
FMI, EL BANCO MUNDIAL Y EL GOBIERNO DE EE.UU.
Por ahora hay apoyos morales
El Fondo Monetario Internacional
(FMI) consideró que el ajuste argentino necesita estar apuntalado
por la confianza de los inversores, pero desestimó la posibilidad
de que el país entre en cesación de pagos. En tanto, el
gobierno de Estados Unidos respaldó a Fernando de la Rúa,
aunque descartando por el momento la atribución de un paquete adicional
de rescate para Argentina. Desde el Banco Mundial señalaron la
posibilidad que la crisis local se extienda a la región.
La puesta en marcha del programa sigue el curso previsto pero falta
saber si estas medidas, que no hay que subestimar, serán apoyadas
por el público, dijo en Washington el número dos del
FMI, Stanley Fischer. Por su parte, Thomas Dawson, vocero del organismo,
minimizó el riesgo de que Argentina caiga en la cesación
de pagos. Si logran instrumentar este tipo de medidas de las que
están hablando y cristalizan el esfuerzo fiscal, ello debería
reducir las posibilidades de que se presente ese escenario, dijo
Dawson.
En tanto, el embajador de Estados Unidos, James Walsh, transmitió
al presidente Fernando de la Rúa que su país sigue muy
de cerca la situación argentina y que apoya las medidas
económicas que se han tomado. Walsh entregó personalmente
a De la Rúa una carta de su par estadounidense en la que Bush deseó
al presidente argentino éxito, al frente de los desafíos
económicos y financieros que tiene por delante. Aunque Estados
Unidos hizo público su apoyo político al Gobierno, descartó
explícitamente cualquier tipo de ayuda económica.
Los argentinos tienen un programa con el FMI con el cual están
trabajando, y eso es lo que les estamos pidiendo que hagan, dijo
a la prensa la consejera de Bush para Asuntos de Seguridad Nacional, Condoleezza
Rice.
Por otra parte, el vicepresidente para América latina y el Caribe
del Banco Mundial, David de Ferranti, fue menos optimista. Desde Perú
dijo ayer que la crítica situación de Argentina puede afectar
a las economías latinoamericanas. Dado el peso de la economía
Argentina, puede tener impacto importante en la región, aunque
no se puede saber hasta cuánto, dijo De Ferranti durante
una conferencia de prensa en Lima. El funcionario, que hoy estará
en Buenos Aires y se reunirá con De la Rúa, sostuvo que
la situación en Argentina no retrasará los créditos
ya concertados con el BM. Por su parte, el economista jefe para Latinoamérica
del organismo, Guillermo Perry, argumentó que Argentina necesita
apoyo a su gobierno, sino nadie puede garantizar ciento por ciento que
puede haber un éxito en su plan de estabilización.
Denuncia contra la
banca
El titular de la Asociación Bancaria, Juan Zanola, denunció
que los bancos no pagan el aporte especial que les corresponde
a la obra social del sector y que jugaron a desfinanciarnos
y ahogarnos, pero no lo lograron ni lo lograrán. Zanola
salió al cruce de versiones que indicaron que la obra social
bancaria estaba al borde de la quiebra y criticó a los bancos
que no realizan los aportes a la entidad pese a los fallos
de la Corte Suprema. La inadmisible postura de los bancos
de no pagar a pesar de los fallos, bordeando los límites
de la legalidad y no admitiendo que la ley 19.322 está vigente,
los coloca al borde de la Ley Penal Tributaria, dijo el dirigente
bancario.
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REPERCUSION
EN LA PRENSA EXTRANJERA
El ombligo del mundo
La crisis por la que atraviesa
Argentina ocupó este viernes amplios espacios en los principales
diarios del mundo, que se hicieron eco de la debilidad política
del Gobierno para aplicar su extremo plan de ajuste y se preguntaron si
la probable debacle no acabaría por arrastrar a los países
vecinos y al conjunto de los mercados emergentes.
Los diagnósticos editoriales fueron unánimes: se trata de
una crisis de confianza sobre la capacidad política del presidente
Fernando de la Rúa de hacer efectivos los recortes anunciados el
pasado miércoles por su ministro de Economía, Domingo Cavallo,
para borrar un déficit de 1500 millones de dólares (que
podrían llegar a 2300 millones) en un contradictorio intento por
conseguir la reactivación económica tras más de tres
años de recesión.
El problema radica ahora en averiguar si el gobierno de De la Rúa
tiene reservas suficientes de capital político para convencer primero
a sus conciudadanos de la inevitabilidad de su enésimo plan de
ajuste y luego a las instituciones financieras internacionales,
sintetizó el diario madrileño El País. El francés
Le Monde tituló en su portada Argentina: peligro global.
La crisis financiera argentina amenaza al conjunto de los países
emergentes, agregó. Además, varios diarios europeos
temen que la crisis pueda extenderse a Europa a través de España.
El miedo del efecto del juego del dominó, tituló
el romano La Repubblica, subrayando que por el momento los bancos
y las empresas de la madre patria española son los que sienten
más la prolongada crisis argentina.
El International Herald Tribune (en lengua inglesa, basado en París)
destacó en primera página que La austeridad en Argentina
hace perder la sangre fría a sus vecinos. El diario Gazeta
Mercantil destacó que sin apoyo político Argentina
se coloca al borde del colapso.
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