Por Javier Lorca
Como ante los embates del menemismo
y del efímero López Murphy, los universitarios volvieron
a declararle la guerra a la tijera que ahora empuñan Fernando de
la Rúa y Domingo Cavallo. La protesta contra el recorte que podará
el presupuesto universitario, arrastrando salarios docentes y no docentes,
llegó ayer a la cúpula de la Universidad de Buenos Aires.
En el Consejo Superior, los decanos, los representantes de profesores,
graduados y estudiantes, más los gremios de empleados y docentes,
acordaron un documento de rechazo al ajuste, donde le reclamaron al Gobierno:
1) Un esfuerzo impositivo con justicia y equidad cuyo peso recaiga
sobre los sectores más favorecidos. 2) La reconstrucción
de un Estado con capacidad para regular, arbitrar y atender sus responsabilidades
frente a las necesidades sociales de la mayoría. 3) Políticas
activas para erradicar la pobreza, revertir la distribución regresiva
y generar empleo productivo y digno para todos. 4) Reconstituir el sistema
educativo público... sin ningún tipo de arancelamiento.
Además, la UBA anunció que demandará al Estado si
el recorte se ejecuta.
La sesión del Consejo Superior fue convocada de urgencia y duró
más de tres horas. Todos los sectores de la UBA expresaron
su extrema preocupación por un ajuste que afecta a toda la sociedad
y que sólo tendrá consecuencias más recesivas,
dijo a Página/12 la vicerrectora Susana Mirande, quien presidió
el encuentro porque el rector Oscar Shuberoff está de vacaciones.
El órgano de gobierno de la UBA decidió que el lunes hará
otra sesión para definir qué medidas se tomarán y
que el martes se publicará como solicitada el documento consensuado.
En el texto se afirma que el argumento de los defensores del fracasado
modelo vigente es que no hay alternativas. Sí las hay frente al
ajuste sin fin. Una estrategia diametralmente opuesta consiste en recuperar
la dignidad ciudadana, el desarrollo productivo y superar los obstáculos
que implica la dependencia financiera externa. Y se culmina convocando
a los actores sociales, políticos, económicos y culturales
a reflexionar sobre esas alternativas.
También se discutió un plan de lucha. La modalidad que asumirá
la protesta aún no se definió. Ayer, se enfrentaron dos
posiciones. Los decanos de Sociales, Exactas, Filosofía y Letras,
entre otros consejeros, impulsaron realizar una cuasi asamblea universitaria,
con los consejos directivos de las trece facultades reunidos, para mostrar
que toda la universidad está unida frente al ajuste, según
dijo el decano de Veterinarias, Aníbal Franco. Enfrentados, algunos
decanos radicales, consejeros estudiantiles y otros, propusieron que el
lunes y el martes cada facultad sesione por su lado. Reunir a todos
los consejos puede terminar siendo contraproducente. Los servicios pueden
colar algún infiltrado y se nos puede ir de las manos, adujo
un decano.
Más allá de las divergencias, quedó claro que la
UBA recurrirá a la Justicia para impedir el tijeretazo. El
Poder Ejecutivo no tiene atribuciones para bajar los sueldos de las universidades.
Es inconstitucional, violatorio de la autonomía dijo un funcionario
del Rectorado. Ahora, el Gobierno igual puede subejecutar el presupuesto.
En ese caso, vamos a presentar una demanda judicial. Y otra cuestión
es qué vamos a hacer hacia adentro: por ejemplo, podemos decidir
afrontar el recorte ajustando los salarios más altos y no los más
bajos, en oposición al recorte horizontal que quiere el Ejecutivo.
Otra de las grandes casas de estudios del país, la Universidad
de La Plata, ya resolvió suspender el pago a proveedores y empresas
de servicios. Hasta que no sepamos en qué proporción
nos va a afectar el recorte apuntó el secretario general
Guillermo Tamarit, la universidad sólo garantiza el pago
de sueldos a sus empleados, docentes y no docentes, no así a los
proveedores.
Mientras, los gremios nacionales de docentes tanto la Conadu como
la Conadu Histórica, reiteraron que no comenzarán
las clases en el segundo cuatrimestre si el Gobierno no retira las medidas
de ajuste. Y el miércoles próximo pararían docentes
y no docentes.
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