Por Gustavo Veiga
Los protagonistas del culebrón
futbolístico de origen latino tensaron la cuerda hasta que se rompió.
En Colombia, el gobierno de Andrés Pastrana le dio a la Copa América
la dimensión de causa nacional y no reparó en los antecedentes
nefastos que ha deparado la historia en ese sentido. En Argentina, la
AFA fue la única asociación sudamericana que invocó
razones de seguridad para no presentar su Selección en el torneo,
pero, al mismo tiempo, permitió que dos de sus árbitros
concurrieran. En Brasil, la desmesurada y sospechada empresa Traffic propietaria
de los derechos televisivos del evento presionó hasta salvaguardar
sus intereses, sin importarle a qué costo. El resultado de semejantes
fuerzas centrífugas ya se conoce: el plantel que debía designar
Marcelo Bielsa no está jugando el certamen, Honduras lo reemplazó
y, hoy, en la tierra de Gabriel García Márquez, lo menos
que dicen de los dirigentes encabezados por Julio Grondona y, por
añadidura, de los argentinos en general es que son unos boludos.
Antonio Navarro Wolff, un congresista y ex guerrillero del M 19, portó
una bandera sobre la que rezaba ese clásico insulto doméstico
durante una protesta ante la embajada de nuestro país en Bogotá.
A esa situación en la que ahora se entremezclan legítimos
sentimientos de frustración, discursos cargados del patriotismo
que no abundan en una mesa de negociación política, peroratas
principistas de directivos sin principios e irresponsables conductas empresarias,
se llegó por una secuencia de hechos ocurridos en distintos escenarios.
El secuestro del vicepresidente de la Federación Colombiana, Hernán
Mejía Campuzano, en la zona cafetera de su país; una reunión
de la Confederación Sudamericana (CSF) en Asunción que le
ratificó la sede a Colombia, otra que en Buenos Aires le suspendió
la organización días después y una más que
confirmó la disputa de la Copa en las fechas preestablecidas.
Este adefesio tuvo como botón de muestra más distinguido
la negativa final de la AFA para asistir al castigado país del
Pacífico. Una negativa a la que sus adherentes relacionan con la
palabra coherencia y que no tiene una pizca de ella (coherencia: enlace,
relación entre varias cosas). En fin, una serie de desatinos que
tiene su trama oculta. La conducción del fútbol argentino,
por todos los medios a su alcance, difundió que la Selección
no iba a Colombia por razones de seguridad. Sin embargo, a los clubes
se les bajó un mensaje distinto: la desorganización en la
que había quedado envuelta la Copa y, por ende, la imprevisible
convocatoria a un equipo que estuviera en línea con el nivel que
vienen mostrando tanto el plantel mayor, como los juveniles.
Un importante dirigente de River le confió a Página/12:
Grondona se quiso fortalecer en un año de duros reveses.
No se concurrió por un tema de inseguridad sino de incertidumbre
en la organización. Ese fue el mensaje que nos dio Pintado (por
el presidente). Argumentar lo primero resultaba políticamente más
interesante. Pero, yo me pregunto: si fuera por la violencia tampoco deberíamos
jugar acá. Fernando Miele, el titular de San Lorenzo, afirmó
tras la decisión adoptada por el Comité Ejecutivo: No
se podía mandar un equipo bajo las condiciones que vive Colombia.
Si como todo indica, no se modifica el panorama en esa nación,
¿qué hará Miele en los próximos meses si a
su club le toca jugar un partido en Colombia por cualquier torneo?
Cuentan que, en la AFA, el dirigente que quedó más golpeado
por la decisión de no presentarse a la Copa es Eduardo Deluca.
Hombre de estrecha relación con Grondona pero, además, secretario
general de la CSF con margen de maniobra propio, estudia la posibilidad
de viajar al certamen en los próximos días si su médico
lo autoriza. El había sido maestro de ceremonias cuando se realizó
el sorteo de los grupos para la competencia el continente, y quedó
más expuesto que sus pares ante las restantes asociaciones nacionales.
La precariedad del argumento esgrimido por la AFA se tornó evidente
cuando desde Colombia se conoció el testimonio de uno de sus representantes,
el juez de línea Claudio Rossi: En la Argentina hay una paranoia
que acá no se siente, afirmó en La Nación,
el jueves 12. Y agregó: Estoy muy bien. No pasa nada...
El árbitro exageró. El conflicto civil, claro está,
existe y lleva casi cuarenta años. Pero es eminentemente rural.
Además, la militarización de las ciudades para resguardar
el evento no es demasiado diferente de la que vivimos los argentinos durante
el Mundial 78. Y la utilización política del deporte es
similar. Pero no es igual el contexto. No son exactamente lo mismo Pastrana
y Videla, las FARC que los argentinos indefensos, la prensa nacional durante
la última dictadura y el periodismo colombiano que no recibió
hasta ahora un comunicado para comprometerlo a hablar bien de su selección,
como sucedió aquí con la que dirigía César
Luis Menotti.
Tampoco deben soslayarse algunos sucesos. El papel casi prescindente de
la productora Torneos y Competencias socia de Traffic en la comercialización
de las eliminatorias mundialistas en la meneada realización
de la Copa. Sólo la afectó no hacer la producción
del campeonato, confió una fuente de TyC que, a su vez, agregó:
Ni el Canal 13 se metió. La AFA, que invocó
una cuestión de seguridad para no viajar a Colombia, de este modo
eligió cuestionar al gobierno de ese país y no a la propia
CSF, de la que forma parte, ni a su similar, la Federación Colombiana.
Alvaro Fina, el presidente de esta última, fue el único
directivo o político colombiano que no repartió palos contra
Argentina: No tenemos rencores, dijo. En cambio, su vice,
el ex secuestrado Mejía Campuzano, tildó de cobarde
a Grondona y lo responsabilizó por lo ocurrido.
A esta altura y, con la Copa en pleno desarrollo, se pueden sacar varias
conclusiones. El torneo, jugado a pesar de todo, se depreció en
su valor deportivo. No sólo no concurrió la Argentina, sino
que Brasil sufrió la deserción en el aeropuerto de su volante
Mauro Silva por temor a un atentado y otras selecciones no llevaron a
sus mejores planteles. Las consecuencias para el fútbol argentino
se percibirán con el tiempo. Ya lohabía dicho el colombiano
Jorge Bermúdez, de paso por Buenos Aires: Lo que preocupa
es lo que viene de ahora en más. Por último, ¿cuánto
habrá pesado en el ánimo de Grondona evitar un nuevo cortocircuito
en su propio frente interno? Si el presidente de la AFA impulsaba el viaje,
dividía aún más a su tropa y les facilitaba la tarea
a sus enemigos de adentro. Además, claro está, le ocasionaba
un dolor de cabeza a Marcelo Bielsa, con quien ya había tenido
un problema por la convocatoria de jugadores que se desempeñan
en Europa.
Demasiados conflictos para Don Julio, quien, esta vez, usó de chivo
expiatorio a la Copa América. Ahora habrá que aguardar si
los colombianos adhieren a su viejo lema: Todo pasa. De no
ser así, el perdón, para él, será como un
sueño eterno.
CÓMO
TRAFFIC CONSIGUIÓ QUE LA COPA SE HICIERA
La plata dulce del Sr. Hawilla
Por G. V.
A Traffic lo que es de Traffic
que, para la Argentina, tenemos a Torneos y Competencias. Durante el último
Congreso de la FIFA desarrollado en Buenos Aires, a José Hawilla,
el equivalente brasileño a Carlos Avila, se lo observó demasiado
excitado. Corría detrás de Julio Grondona como en su época
de reportero de la Radio Globo, cuando acaso ni imaginaba estar al frente
de una empresa que en inglés tiene varios significados: tráfico,
comercio, intercambio, embotellamiento y traficar. Sin embargo, la FIFA
se libró de él acaba de rescindirle contratos de TV
y mercadotecnia, aunque no pudieron hacer lo mismo en la Confederación
Sudamericana, hecha la excepción de la AFA.
Yo fui testigo de la desesperación de Hawilla, le comentó
a Página/12 el periodista Ezequiel Fernández Moores, quien
cubrió el evento. Un comportamiento que contrastó con el
perfil bajo de TyC y de su cara más visible, Carlos Avila. Es que
el negocio de la Copa América, mientras estuvo en peligro su realización,
afectaba a Traffic y no a su similar argentina. Por ende, puede hasta
suponerse que Grondona obró como obró por dos razones, entre
varias otras: 1) es el vicepresidente de la FIFA y titular de su comisión
de Finanzas que acababa de desembarazarse de la empresa brasileña.
2) Afectaba muy poco con su decisión de renunciar al torneo a la
productora de la que sí es socio en el fútbol doméstico.
Traffic es una sociedad que Hawilla adquirió junto a su ex compañero
de trabajo Cyro José, y un amigo, Paulo Roberto da Silva, cuando
aquélla se dedicaba a la venta de espacios publicitarios en las
paradas de autobús de San Pablo. Tiempo después y, ya inmerso
en el negocio de la estática en los estadios de fútbol,
les compró su parte a los socios y a mediados de los años
80 consolidó el negocio en las principales canchas de Brasil. De
ahí a un crecimiento desmesurado de su empresa hubo un par de pasos.
Primero, su vinculación con la CSF; después sus operaciones
con la compañía estadounidense Inter Forever Sports (IFS)
y, por último, con TyC, con la que comercializó la televisación
de las eliminatorias sudamericanas.
Los derechos sobre competencias empezaron a caer, uno a uno, en sus manos:
Mundial de clubes, Torneo Preolímpico, Copa Libertadores y Copa
Mercosur. Hoy, en Brasil, Hawilla niega afirmaciones de la prensa que
lo vinculan comercialmente con Ricardo Teixeira, el presidente de la Confederación
Brasileña de Fútbol (CBF). La relación que estableció
la prensa partió de la intermediación que Traffic realizó
entre Nike y la CBF por un polémico contrato que al empresario
le valió unos 10 millones de dólares. Si ésta no
es la plata dulce, la plata dulce dónde está. Que lo diga
Hawilla.
JORNADA
DE INJUSTICIAS EN LA ZONA DE BARRANQUILLA
Colombia y Chile se aseguran el pase
Noche de injusticias. Los ganadores
no merecieron el triunfo. En el primer turno, en Barranquilla, Chile aseguró
su clasificación a los cuartos de final al derrotar por 1-0 a Venezuela.
Sin embargo, Venezuela fue muy superior a su rival y tuvo varias posibilidades
de gol, desperdiciadas.
El único gol llegó a los 78 minutos: Cristián Montecinos
-goleador de la Copa con tres tantos disparó, el pecho de
un defensor venezolano se atravesó en el camino y descolocó
a Dudamel. En segundo turno, Colombia batió injustamente a Ecuador
con gol de Aristizábal y también clasificó.
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