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DINAR LINEAS AEREAS


DE LA RUA SIGUIO ADELANTE CON EL AJUSTE DE CAVALLO, SIN ACEPTAR LAS OTRAS PROPUESTAS
Una línea dura con el ajuste que “no se negocia”

De la Rúa confirmó que se recortarán salarios y jubilaciones mayores a 300 pesos en un 13 por ciento. Si el Congreso cede y también se ajusta a jubilados legislativos y judiciales, se sube el piso a 500. Una zanahoria de 1000 millones para los justicialistas. Señales duras para la UCR y el Frepaso.

Por Fernando Cibeira

El presidente Fernando de la Rúa resolvió seguir adelante con el ajustazo de Domingo Cavallo y hacer a un lado la propuesta alternativa que le habían alcanzado los sectores políticos de la Alianza. De acuerdo al anuncio que hizo anoche por cadena nacional, lo único que podría considerarse una concesión al planteo original fue la confirmación del más benévolo piso de 300 pesos para el descuento del 13 por ciento en jubilaciones, que podría elevarse a 500 si el Congreso aprueba esta semana tres leyes complementarias. También sufrirán una poda similar los sueldos de los empleados públicos. “Fue un buen día”, evaluaba ayer uno de los ministros enrolados en la línea “dura” del delarruismo, que buscaba que el Presidente confirmara ayer el recorte e ignorara el más benévolo plan alternativo, tal como hizo. Y enumeraba el apoyo conseguido de parte de los gobernadores aliancistas, el que esperaban hoy de los justicialistas, más el aporte de fondos al que se comprometieron bancos y empresas. Eso sí, al igual que el que se quema con leche, nadie en el Gobierno se animaba a pronosticar para hoy un buen día en los mercados. “Lo importante es lo que se consiguió a futuro”, decía el ministro.
A simple vista, el paraguas político con el que el Gobierno pretendía afrontar la apertura de los mercados de hoy presenta más de un agujero. Ni el ex presidente Raúl Alfonsín ni el Frepaso dijeron palabra luego del discurso de anoche de De la Rúa. El clima en ambos sectores era más el de apesadumbramiento que el de enojo. No era para menos: el Presidente dijo que “su” plan era “innegociable”, por lo que los políticos aliancistas interpretaron la confirmación de la baja de las jubilaciones como una derrota. Para peor, al implicar la actividad de diputados y senadores en el monto final del ajuste, los colocaba en una situación complicadísima para la sesión de esta semana. Igual, darán a conocer su posición recién hoy, cuando ya se conozca la primera reacción de los sectores financieros. En las cercanías del Presidente, le restaban importancia a cuál pudiera ser su posición. “La representación institucional de la Alianza estuvo junto a De la Rúa”, evaluaba un vocero de la Rosada. La referencia era a que en el escenario de Olivos se alinearon al lado del Presidente los titulares de las dos Cámaras del Congreso, el diputado Rafael Pascual y el senador Mario Losada, junto a los gobernadores radicales. Una oportuna “explosión de una cosa de gas” –según explicó un ministro luego a Página/12– le permitió al jefe de gobierno porteño, Aníbal Ibarra, esquivar elegantemente la invitación. El ministro frepasista, Juan Pablo Cafiero, escuchó el discurso desde la primera fila de asientos junto al resto del gabinete. “Decían que el Presidente iba a estar solo en esta, decisión pero los que quedaron solos fueron los que se opusieron”, se envalentonaban en las cercanías presidenciales.
Como se había previsto, la actividad del Gobierno de ayer fue en continuo y con más de un pico de nervios. En la reunión de la mañana con los gobernadores de la Alianza, el acuerdo tuvo su alto nivel de discusión. Por ejemplo, Cavallo habló de lo mal que se administraban algunas provincias, tema que provocó más de un ríspido cruce. Finalmente, el Ejecutivo consiguió el objetivo de mínima: que los mandatarios aliancistas estamparan su firma en el un tanto pomposamente llamado “Pacto de la Independencia”.
Además, hicieron una declaración adicional en la que suscribieron su apoyo a la “estratégica decisión” del Presidente de llegar a un déficit cero. En rigor, el documento original contenía un respaldo más explícito pero algunos gobernadores, como Ibarra, expusieron sus reparos a sostener las decisiones presidenciales sin más. “Las decisiones puntuales las toma el Presidente, nosotros tenemos que defender la estrategia”, dijo Ibarra. También agregaron su rechazo a que se rebajen las jubilaciones “inferiores”. En las cercanías del jefe de gobierno porteño también celebraban que en el “Compromiso” Cavallo hubiera firmado que la policía y la justicia pasarán a la ciudad con los recursos correspondientes. El encuentro con los gobernadores justicialistas se hizo en la jefatura de Gabinete. Estuvieron Chrystian Colombo y el ministro del Interior, Ramón Mestre. No estaba confirmado, pero más tarde también apareció Cavallo. Poco político dada lo delicada de la situación del Gobierno, una afirmación del ministro de Economía –dijo que la situación de la provincia de Buenos Aires era “desastrosa”– motivó la inmediata salida de Carlos Ruckauf, en la reedición de una pelea que fue clásica en una época del menemismo. “Lo único que hago es decir la verdad”, dijo luego Cavallo.
El Gobierno no consiguió el aval de los gobernadores peronistas que trasladaron su decisión para hoy. En una demostración de cuánto necesita el Ejecutivo ese apoyo, Colombo anticipó que concurrirá en persona al CFI a las 10 para llevarles el papel que espera que los justicialistas firmen, exponiéndose a un plantón. “Ellos nos exigían que previamente tuviéramos el apoyo de la Alianza y eso ya lo conseguimos”, respondía un ministro que participó de las negociaciones.
La otra carta esperanzadora eran los mil millones que el Gobierno había conseguido recolectar gracias al “aporte patriótico” que harán bancos y empresas de servicios, que darán dinero como anticipo al pago del Impuesto a las Ganancias. Ese fondo se destinará íntegro a ayudar a las provincias más necesitadas. La carnada, evaluaban en Olivos, servirá para terminar de convencer a los gobernadores de las provincias chicas –siempre más partidarios a acordar con el Gobierno–, favoreciendo la negociación con los de las más grandes.
Una imagen de la debilidad que le produce al Gobierno la imperiosa necesidad de apoyos la ofreció ayer el gobernador de Neuquén, Jorge Sobisch. Luego de que conversara con De la Rúa, Presidencia le facilitó el acceso a los micrófonos de los noticieros nacionales para que expresara el apoyo político que había venido a dar como gobernador independiente. Sobisch lo hizo pero luego anunció que también había reclamado por la deuda de 114 millones de pesos que tiene la Nación con su provincia y que Cavallo le prometió solucionar esta semana.
La agitada jornada concluyó con un mensaje presidencial con características particulares. Para el Gobierno, era esencial cerrar el fin de semana con la imagen de “acuerdo cerrado” y permitir una reacción benévola de los mercados que el viernes elevaron el riesgo país a la marca récord de los 1.600 puntos. Antonio de la Rúa, presente durante toda la jornada de Olivos, hizo su aporte para definir los lineamientos de lo que diría su padre.
u Reafirmación de la autoridad presidencial, definiendo las medidas de Cavallo como “mi plan”, que además es “innegociable” y la “única salida”.
u La eufemística definición del recorte como un “ahorro” con el que justamente se trataba de evitar el ajuste definiéndolo como “despidos”.
u La elección de un enemigo impreciso, al que sólo se identificó como “los vivos que nos endeudaron”. Sólo añadió que se trataba de “quienes quieren para el país todas las semanas”.
Uno de los ministros que participó de la elaboración del mensaje, explicaba que con lo de ahorro se había querido decir que era lo último que se podía hacer para evitar la devaluación. Supuestamente, una medida que provocaría que “paguen todos” a diferencia de ahora, en donde el costo mayor lo asumirían los empleados públicos, excluyendo piadosamente del análisis a los jubilados. La mayor aspiración del Gobierno la sintetizaba anoche la ministra de Trabajo, Patricia Bullrich, dejando en claro que a esta altura lo esencial es lo que vean los sectores financieros. “Este Gobierno tiene que ser claro: lo que decimos lo hacemos”, afirmaba.

Las frases del discurso

- “Este plan de ahorro es la única salida.”
- “No dejaré que la deuda nos pase por encima para que nos quedemos mirando cómo nos tapa el agua.”
- “Doy la vida por esta pelea.”
- “¿Dónde están ahora los vivos que nos endeudaron?”
- “Tenemos que aprender a vivir con lo que tenemos.”
- “Es mentira que estemos ajustando.”
- “Ajustar es despedir trabajadores, devaluar y generar inflación.”
- “No voy a despedir ni un solo trabajador ni voy a devaluar nunca porque eso sí sería ajustar a la gente.”
- “Cada peso que ahorremos será para beneficiar a los jubilados.”
- “Más del 70 u 80 por ciento de los jubilados estarán exentos.”
- “Le pido a la política que se ajuste.”
- “He decidido que ningún funcionario reciba salario que supere al jefe del Gabinete de Ministros.”
- “Se acabaron los salarios altos en la administración pública.”
- “Esto lo sabrán valorar los Estados provinciales.”
- “Hemos firmado un acuerdo con los gobernadores de la Alianza y que mañana será presentado a los gobernadores del justicialismo y al gobernador de Neuquén.”
- “El que evada, será tratado como un criminal.”


HOY SE CONOCERA LA REACCION EN EL FREPASO Y LA UCR
Sabor amargo en la Alianza

Por Santiago Rodríguez

Hoy, cuando abran los mercados, el Gobierno se enterará de cuál es la reacción de los sectores financieros frente a los anuncios que anoche realizó Fernando de la Rúa. A esa misma hora empezará a vislumbrar también qué postura asumirá la Alianza. Tanto los hombres de la Unión Cívica Radical –encabezados por Raúl Alfonsín– como los del Frepaso se reunirán por la mañana con la idea de definir cómo se plantan frente a las medidas económicas. El discurso del Presidente en Olivos y las precisiones sobre los alcances del ajuste que después brindó el jefe de Gabinete, Chrystian Colombo, dejaron un sabor amargo y, además, plantearon una disyuntiva en las filas aliancistas: si no acompañan la aprobación de las leyes que solicitó el Ejecutivo, el piso del recorte a las jubilaciones quedará en 300 pesos; si lo hacen, lograrán que no se toquen los haberes de los jubilados que cobren hasta 500 pesos, pero automáticamente habrán convalidado el ajuste.
“Lamentablemente no ha habido recepción de las propuestas que formuló la Alianza, aunque sí se ha notado una preocupación en cuanto a la equidad. Nosotros ya dijimos todo lo que teníamos que decir y ahora es responsabilidad del Gobierno resolver si implementa o no las alternativas que le acercamos”, declaró a Página/12 el alfonsinista Raúl Alconada Sempé, cuando concluyeron los anuncios en Olivos.
En el Frepaso, la mayoría de los dirigentes apagó sus celulares y aquellos que no lo hicieron optaron por las declaraciones off the record. “Esto es un disparate que no tiene viabilidad política ni social. Hoy (por anoche en Olivos) se vio mucha soledad en el Gobierno: estaban sólo los ministros y los gobernadores radicales; no había nadie de los sectores más progresistas del Frepaso y el radicalismo”, advirtió uno de los frepasistas más cercanos a Carlos “Chacho” Alvarez.
Radicales y frepasistas siguieron cada uno por su lado las alternativas de las reuniones que durante toda la jornada de ayer se sucedieron en Olivos y en la jefatura de Gabinete.
Aunque no hubo fútbol, la escena en lo de Alfonsín fue bastante parecida a la de esos días de partido importante en que los hombres se reúnen en la casa de algún amigo para verlo por televisión. Al promediar la tarde en el departamento de Santa Fe al 1600 se juntaron, entre otros, Alconada; el titular del bloque de diputados de la UCR, Horacio Pernasetti; el también diputado Eduardo Santín; Ricardo Alfonsín; el economista Mario Brodersohn, quien por la mañana ya había hecho con el ex presidente una primera evaluación de la situación. Ese análisis continuó por la tarde con los demás dirigentes a la espera de ver todos juntos el discurso de De la Rúa por cadena nacional. A eso de las ocho de la noche, sin embargo, cada uno empezó a partir rumbo a su hogar: la aparición del Presidente en la televisión se demoraba y no valía la pena esperar anuncios que en el departamento de Alfonsín ya eran conocidos a esa hora.
Los frepasistas tampoco estuvieron ajenos a los movimientos del Gobierno y entrada la tarde se especuló que el jefe de los diputados aliancistas, Darío Alessandro, aguardaba el discurso de De la Rúa junto a Alvarez, con quien ya estuvo reunido días atrás para evaluar la crisis que siguió al anuncio del ajuste. Hasta la noche a Alessandro ni siquiera lo había podido encontrar Pernasetti, interesado por saber qué diría el Frepaso.
Para acompañar el ajuste los radicales consideran “indispensable” que no se reduzcan las jubilaciones. Una de posibilidad que barajan es responder al pedido del Ejecutivo de que aprueben las leyes que necesita para elevar a 500 pesos el piso del recorte en las jubilaciones con otro proyecto que deje a salvo de la tijera de Economía a toda la clase pasiva. “Para los pocos que quedarían por encima de los 500 pesos no sería tan complicado conseguir financiamiento”, razonó uno de los artífices de la idea.
Aunque el ministro de Desarrollo Social, Juan Pablo Cafiero, y el jefe de gobierno porteño, Aníbal Ibarra, no han dado señales de ruptura, losanuncios de ayer no cayeron nada bien entre los más vinculados a Alvarez. “Estamos en una trampa desde el 10 de diciembre del ‘99”, se lamentó un dirigente de confianza del ex vicepresidente.

 

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