Por
Pedro Lipcovich
La
más reciente calamidad que se suma a la lista de las causadas por
el cigarrillo se llama: infertilidad. Un trabajo de investigadores de
la Universidad de Harvard permitió establecer que uno de los tóxicos
del tabaco (presente también en la combustión del petróleo
y sus derivados) induce a los óvulos a suicidarse,
a morir antes de tiempo. Esto explicaría también el hecho
de que las fumadoras tienden a experimentar menopausia precoz. La investigación
en Harvard se suma al dato de que, según especialistas en fecundación
asistida, los tratamientos tienen menos perspectivas de éxito en
fumadoras, ya que la calidad de sus óvulos es inferior. Las mujeres
que fuman, además, tienen más arrugas y suelen padecer osteoporosis
prematura. Ya se sabía, por otra parte, que el fumar durante el
embarazo afecta al bebé, pero se verificó que también
sucede así en embarazadas fumadoras pasivas, que soportan
el humo de quienes fuman a su alrededor.
Hemos descubierto un mecanismo que permite explicar la aparición
de insuficiencias ováricas tras la exposición a tóxicos
químicos, resumió Jonathan Tilly, titular del equipo
de científicos del Vincent Center for Reproductive Biology de la
Universidad de Harvard, Estados Unidos, que efectuó la investigación.
Los tóxicos son los hidrocarbonos aromáticos policíclicos
(PAH), liberados por la combustión, no sólo del tabaco,
sino del carbón, gas, petróleo y derivados.
En los ovarios, esos tóxicos causan la activación del gen
llamado Bax, que a su vez los lleva al suicidio, a la denominada
muerte celular programada.
El equipo de investigadores que publicará sus resultados
en el próximo número de la prestigiosa revista Nature Genetics
trabajó con ratones modificados de modo que carecían del
gen Bax: sus ovarios no eran afectados por inyecciones de PAH. Entonces,
los científicos injertaron en la piel de los ratones tejido de
ovarios humanos, y volvieron a inyectar tóxicos: el resultado fue
que en las células humanas se activó el gen suicida
y el tejido injertado degeneró rápidamente, por muerte de
los óvulos que lo constituían.
Estos resultados avalan también la hipótesis de que
las menopausias prematuras, ya observadas en las fumadoras, se deberían,
al menos parcialmente, a la muerte de sus óvulos, concluyó
Tilly.
Claudio Chillik, director del Centro de Estudios de Ginecología
y Reproducción (CEGyR), comentó a este diario que estos
resultados son muy importantes porque, hasta ahora, se ignoraba el mecanismo
por el cual el tabaco tiende a provocar menopausia prematura. De
los óvulos con que cuenta el ovario, sólo algunos de ellos
llegan a la ovulación, y el resto se extingue por el mecanismo
de muerte celular programada; cuando el ovario se queda sin óvulos,
sobreviene la menopausia.
Isidoro Hasper, coordinador de la Comisión de Tabaco de la Secretaría
de Salud porteña, precisó que en las fumadoras, el
climaterio llega a adelantarse cinco o más años respecto
de las que no fuman. Esto se demostró trabajando con grandes grupos,
para compensar las diferencias hereditarias que también influyen
sobre la edad de la menopausia, que, en promedio, tiene lugar a partir
de los 50 años.
Chillik agregó otro dato: Trabajos recientes muestran que
las pacientes fumadoras, al intentar la fecundación in vitro, tienen
menos chances de quedar embarazadas que las no fumadoras: quiere decir
que el tabaco, no sólo acelera la muerte de los óvulos,
sino que afecta su calidad.
Por lo demás, también es mayor en las fumadoras un
fenómeno asociado al climaterio, que es la osteoporosis precoz.
Y suelen padecer arrugas precoces, especialmente faciales, por daño
en la trama elástica de la piel, observó Hasper.
El equipo de la Universidad de Harvard anunció la expectativa de
que su modelo de estudio, basado en injertar en ratones células
geminales humanas, permita investigar la toxicidad potencial de otras
sustancias, en especial componentes de nuevos medicamentos.
Fumadoras
pasivas
Por P. L.
Muchas
mujeres ya saben que fumar durante el embarazo le causa daño
al bebé: lo que a menudo no está claro para ellas,
ni para quienes las rodean, es que el humo de quienes fumen a su
alrededor también provoca daños importantes,
señaló Isidoro Hasper, titular de la Comisión
de Tabaco de la Secretaría de Salud porteña. Recientemente
se constató que no hay cantidades inocentes de
humo: según la predisposición de cada persona, cantidades
relativamente pequeñas de humo de tabaco pueden tener consecuencias
graves, explicó el especialista.
Los hijos de mujeres que consumieron tabaco durante el embarazo
tienen menos peso al nacer, lo cual aumenta los riesgos en el parto
y provoca daños posteriores, como la muerte súbita
del lactante destacó Hasper. Además, en
los hijos de padres fumadores hay más frecuencia de asma
bronquial que en los demás: los padres fumadores inducen
la aparición de asma en una proporción importante
de los casos.
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