Por
Fernando Cibeira
En
una decisión que seguramente pondrá nervioso a más
de uno en la Rosada, los diputados de la Alianza resolvieron que en la
sesión de mañana seguirán adelante con la propuesta
alternativa al ajustazo que le acercaron el sábado pasado al jefe
de Gabinete, Chrystian Colombo. Según estimaban en el Congreso,
no necesariamente esa determinación significaba que no aprobarían
las tres leyes complementarias al recorte que les pidió el Ejecutivo
para elevar el piso de las jubilaciones a descontar de 300 a 500 pesos.
Con todo en un escenario de debate abierto no se descartaba
para nada que la aprobación del proyecto déficit cero made
in diputados se complementara con la derogación de los decretos
de ajuste que con tanto esmero preparó el ministro Domingo Cavallo.
Y si esto tienen en mente los legisladores oficialistas mejor no pensar
lo que podrían hacer ahora los de la oposición.
No hubo ninguna convocatoria formal, pero el día después
del anuncio del ajuste convirtió al Congreso en un sinfín
de mini reuniones de a dos o de a tres diputados aliancistas. Uno de los
principales lugares de convocatoria fue el despacho del jefe del bloque
de diputados de la Alianza, Darío Alessandro. Otro, el del titular
del subloque radical, Horacio Pernasetti. A la mayoría de los legisladores
los movía el mismo enojo: la forma en que el Gobierno ignoró
la propuesta consensuada entre radicales y frepasistas que con tanta expectativa
le acercaron a Colombo.
Lo que en esas reuniones se acordó era que para evitar flancos
débiles no había que sostener una posición meramente
opositora al ajuste, sino que a cada medida de Cavallo que dejaran sin
efecto habría una propuesta propia destinada al mismo objetivo
de llegar al déficit cero. El plan alternativo de los legisladores
aliancistas que en realidad elaboraron los sectores políticos
de la coalición, incluyendo al ex presidente Raúl Alfonsín
dejaba expresamente a salvo de toda poda a los haberes jubilatorios. Además,
establecía entre otros puntos:
u Que las AFJP deben aportar mensualmente al Tesoro Nacional, por el término
de seis meses, del 30 por ciento de las comisiones que cobran.
u Un aumento de 4 puntos a los aportes patronales de empresas de servicios,
bancos, AFJP, supermercados y privatizadas.
u La postergación de la devolución del impuesto a las ganancias.
u La restitución de la rebaja del precio en las naftas.
Incluía una media docena de medidas más, algunas temporarias,
otras definitivas, con la que los legisladores aseguraban reunir una suma
similar a la que Cavallo obtenía con su plan. El domingo a la noche,
el presidente Fernando de la Rúa dijo haber estudiado la propuesta
que le habían alcanzado pero fue evidente que no tuvo ninguna influencia
en el resultado definitivo.
Ayer a la noche, al salir del Congreso, el presidente de la Cámara
de Diputados, Rafael Pascual, admitía la posibilidad de llevar
al Ejecutivo nuevas alternativas siempre y cuando mantengan el sacrosanto
objetivo de cerrar el año con déficit cero. El Parlamento
es el lugar donde naturalmente deben alcanzarse los acuerdos entre las
fuerzas políticas, admitió Pascual. Hacía un
rato se había encontrado con Alessandro y Pernasetti, quienes le
habían adelantado la resolución que habían tomado,
contraria a los deseos de la Rosada. Y le pidieron que intercediera.
No se puede pensar en reducir el déficit en 1.500 millones
de pesos sin consenso político. De lo que se trata, es de buscar
una solución que tenga el suficiente grado de acuerdo, explicó
anoche el vicepresidente de la Cámara, el frepasista Rodolfo Rodil.
Aunque es casi de Perogrullo, los diputados no se animaban a afirmar también
que la ofensiva de mañana se complementará con la derogación
de los decretos que hace horas nomás anunció el Gobierno
con tanta pompa y con el terminante cartel de no negociable.
No obstante, la consecuencia podría considerarse implícita,
dado que la primera medida de la propuesta de los diputados rechaza el
descuento a los jubilados. En cambio, y aunque pueda sonar contradictorio,
no descartaban de cuajo que las tres leyes reclamadas el domingo por Colombo
tengan una rápida aprobación en el Congreso. La generalización
del impuesto al cheque la podemos suscribir. Lo mismo que la rebaja a
los haberes de empleados legislativos y judiciales, y la modificación
del cobro del IVA. No necesariamente hay una contradicción,
evaluaba un importante diputado aliancista. Sin embargo, no era la única
visión, por lo que hoy continuará el debate. Por ejemplo,
algunos de los diputados del Frepaso que ayer hablaban abiertamente de
la posibilidad de una ruptura con el Gobierno, proponían una posición
más dura, sin poda de salarios.
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