El
equipo económico enviará un proyecto de ley al Congreso
para gravar las operaciones en cajas de ahorro con el impuesto a los créditos
y débitos que hoy tributan las cuentas corrientes. Así lo
confirmó a Página/12 el subsecretario de Ingresos Públicos,
José María Farré, quien adelantó además
que se pedirá que la alícuota sea de hasta el 0,6
por ciento, como originalmente figuraba en la ley que creó
el impuesto a las cuentas corrientes en carácter de tasa máxima
a cobrar por el tributo. Quedarían exentos los depósitos
y extracciones en caja de ahorro hasta el monto del sueldo para los trabajadores
en relación de dependencia. Sin embargo, los monotributistas, por
ejemplo, no contarán con este beneficio y deberán
pagar por todas las operaciones. Farré dijo también que
no habrá marcha atrás con la rebaja y devolución
del impuesto a las Ganancias a partir de agosto (ver aparte).
Domingo Cavallo anunció ayer en la disertación ante empresarios
en el Banco Nación que se enviará un proyecto de ley al
Congreso para eliminar las exenciones al impuesto a las cuentas corrientes,
de modo tal que también queden gravadas cooperativas, mutuales,
instituciones religiosas, educativas y de bien público. Según
el ministro, a través de estas organizaciones se realizan maniobras
para eludir el tributo. La extensión de este tributo, junto al
pedido de recortes de remuneraciones en la Justicia y el Poder Legislativo,
son las condiciones que planteó el gobierno para elevar el monto
mínimo de las jubilaciones que sufrirán la reducción
del 13 por ciento. En caso de aprobarse ambas iniciativas, el piso subiría
de 300 a 500 pesos mensuales.
Cavallo nada dijo ayer de extender el llamado impuesto a las transacciones
financieras a las cajas de ahorro. Pero, pocos minutos después
de finalizada la exposición del ministro, el subsecretario Farré,
el hombre encargado dentro del equipo económico del diseño
de la política tributaria del cavallismo, confirmó la novedad.
Hasta hoy, cualquier cheque depositado por particulares en su caja de
ahorro está gravado con un 0,5 por ciento, si el mismo hubiese
sido emitido por una entidad distinta al banco en que se deposita. En
su momento, el gobierno justificó tal tasa para evitar que las
empresas desviaran hacia las cajas de ahorro las operaciones que hasta
entonces realizaban con cuentas corrientes con la intención de
eludir el impuesto. Sin embargo, ayer Farré dijo que esa tasa correspondía
a la llamada gestión de cobranza, como si se tratara
un costo administrativo más del banco.
¿Entonces, eso se lo queda el banco o el fisco?
No, va al Estado respondió sin embargo el funcionario.
Sea como fuere, ahora Economía quiere cerrar completamente el círculo
sobre las cajas de ahorro, gravando todas las operaciones, con una alícuota
de hasta el 0,6 por ciento. El argumento que vienen sosteniendo los funcionarios
es que así se busca anular todos los caminos posibles a la elusión
del impuesto. Pero lo cierto es Cavallo pretende jugar la propuesta como
una alternativa más para cerrar el agujero fiscal, y poder así
elevar el piso de recorte de las jubilaciones, que hasta ahora está
fijado en 300 pesos.
De prosperar la iniciativa, serían alcanzadas por el tributo las
siguientes transacciones en caja de ahorro:
- Depósitos y extracciones por encima del valor del sueldo en el
mes en curso, obviamente para el caso de los trabajadores en relación
de dependencia cuyas remuneraciones sean acreditadas directamente en la
cuenta.
- En el caso de los trabajadores autónomos y monotributistas, los
ingresos no estarían exceptuados. Así, los cheques o efectivo
que depositen en la caja de ahorro serían gravados, al igual que
todo débito (o extracción) que realicen sobre la misma cuenta.
- Por ejemplo, si un autónomo o monotributista depositara un cheque
en caja de ahorro y después fuera retirando esa suma del cajero,
pagaría entotal 1,2 por ciento sobre el monto (0,6 por ciento sobre
el crédito y 0,6 por ciento sobre el débito). Lo mismo ocurriría
si ese ingreso fuera depositado en la cuenta en efectivo. Hoy, en cambio,
en el primer caso sólo paga 0,5 por ciento al depositar el cheque,
mientras que en el segundo caso no paga nada.
- Los débitos de tarjetas de crédito, servicios públicos
y otras compras que se hagan sobre la caja de ahorro también serían
gravados.
Resta saber qué monto del impuesto en caja de ahorro podría
ser tomado a cuenta del pago de IVA y Ganancias para el caso de los autónomos,
mientras que probablemente los monotributistas tengan una alícuota
especial. Cavallo ya anunció que al mismo tiempo que el tributo
en cuenta corriente sea elevado al 0,6 por ciento, podrá ser totalmente
deducido de IVA y Ganancias. Mientras que, para las cuentas corrientes,
los monotributistas pagan 0,25 por ciento, ya que no pueden tomar el impuesto
a cuenta de nada.
CAVALLO
PIDIO COMPRENSION A ECONOMISTAS Y EMPRESARIOS
El
ajustador incomprendido
Domingo
Cavallo siguió ayer con la tarea de buscar apoyos al ajustazo con
que pretende dejar atrás la crisis financiera. Primero explicó
las medidas ante un grupo de economistas y después habló
durante 45 minutos frente a 500 empresarios, en el auditorio del Banco
Nación. En ambos casos fueron largas exposiciones, bastante tediosas,
en las que el mediterráneo no sólo insistió en que
el recorte de gastos es la única salida, sino que además
dijo que el objetivo de déficit cero tiene la misma
trascendencia que en su momento tuvo la aprobación de la Ley de
Convertibilidad.
La única precisión que dio Cavallo respecto de la evolución
de las cuentas públicas fue que en el trimestre julio-setiembre
se bajarán salarios, jubilaciones y pagos a proveedores del Estado
para compensar gastos sin financiamiento por 869 millones de pesos. El
déficit en el trimestre hubiera sido de 545 millones, pero como
el presidente Fernando de la Rúa ordenó reforzar las partidas
para el gasto social, en 325 millones, hubo que achicar otros gastos por
869 millones, puntualizó. En consecuencia, los sueldos de
empleados públicos, las jubilaciones y pensiones y los proveedores
cobrarán durante el tercer trimestre con descuentos del 13 por
ciento.
Cavallo se reunió a primera hora de la tarde con los economistas
Carlos Melconian, Miguel Angel Broda, Orlando Ferreres, Norberto Sosa,
Martín Redrado, Aldo Abram y Roberto Alemann, a quienes les explicó
por qué hasta hace unas semanas le parecía que aplicar un
ajuste en recesión era profundizar la crisis, y ahora asegura todo
lo contrario. Pero el dato que más sorprendió a los economistas
fue que de los 1000 millones de pesos que aportaron un grupo de empresas
y bancos como adelanto de la liquidación de Ganancias del 2002,
sólo 670 millones serán girados al Fondo Fiduciario de Desarrollo
Provincial. Desde Economía habían asegurado que los 1000
millones integrarían el fondo con que se financian vencimientos
de deuda provinciales, pero Cavallo hizo ayer una aclaración. Dijo
que 330 millones se utilizarán para cubrir los desembolsos que
la Nación hizo a las provincias hace dos semanas.
Más tarde, ante 500 empresarios convocados por Economía
al auditorio del Banco Nación, Cavallo dijo que el déficit
cero será una regla, como lo fue en su momento la convertibilidad.
A esa hora, los gobernadores justicialistas estaban reunidos preparando
su respuesta al Gobierno. Y el ministro aprovechó para pedirles
un esfuerzo patriótico para que acompañen las
medidas fiscales. La Nación no se quedó ni se quedará
con ningún centavo que corresponda a las provincias, añadió,
en respuesta a Carlos Ruckauf, quien acusó al gobierno nacional
de demorar el envío de fondos a la provincia de Buenos Aires. Pero
el eje de su largo discurso fue resaltar las ventajas de eliminar el déficit
fiscal, lo que constituye la nueva política del Gobierno. Será
el resultado de un cambio en la cultura política económica
y social, evaluó, para concluir que debemos ir a déficit
cero desde ya, debido a que hoy nadie nos quiere prestar.
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