Por
Romina Calderaro
Vea,
usted es un caradura. Es un cachafaz. Es el jefe de la mafia. Usted es
el culpable de todas las desgracias económicas del país
y ahora viene a ser redentor, le dijo el domingo el gobernador de
San Juan, Alfredo Avelín, al ministro de Economía, Domingo
Cavallo, quien se fue de la reunión enojado. Quién sabe
si se animó a decirlo porque a los 74 años ya no se juega
su futuro político, o porque es el jefe de un partido provincial
Cruzada Renovadora o simplemente porque, como él dice,
nunca oculta lo que piensa. Lejos de arrepentirse, Avelín amplió
ayer sus declaraciones y opinó que el presidente Fernando de la
Rúa es un hombre bueno, pero sufre el tema de ser un hombre
introvertido, un hombre que está hecho para la función legislativa,
no para la ejecutiva.
¿Cómo empezó la discusión con Cavallo?
Yo le dije que el ajuste tenía que ser de arriba para abajo
y no de abajo para arriba, que hay que sacarles a las empresas privatizadas
lo que han succionado, que hay que revisar las jubilaciones de privilegio.
Y él me dijo que yo estaba haciendo un discurso político.
Y ahí reaccioné violentamente. Le dije: Vea, usted
es un caradura. Es un cachafaz. Usted es el culpable de todas las desgracias
económicas del país y ahora viene a ser redentor. Y le dije
que era el jefe de la mafia.
¿Y él qué hizo?
Nada. Me voy porque me ha dicho mafioso, dijo. Y
lo sostengo nomás, así que vayasé. Yo siempre
estoy convencido de lo que digo. O estamos con la Nación o estamos
con los mercados. El se tuvo que ir porque no pudo contestar. Me pareció
muy bien que se vaya.
¿Cómo fue la reacción del resto de los gobernadores?
De silencio. Serán cuestiones particulares de cada uno, pero
yo tengo que decir lo que tengo que decir.
¿Qué medida hubiera usted implementado para reemplazar
el ajuste?
Yo llamo al pueblo entero y paro todo lo que es drenaje a la deuda
externa. Y si no se refinancia, se para. Se va a pagar, pero no ya. No
con el hambre y el sufrimiento de la gente.
¿Usted cree que Domingo Cavallo conoce el sufrimiento de
la gente?
Nooo...no, no. Cavallo es un fiel representante de los mercados
y del capitalismo salvaje. El jefe de la mafia del capitalismo salvaje.
¿Y qué piensa del presidente Fernando de la Rúa?
El Presidente es un hombre bueno, ¿entiende?. Yo respeto
mucho la jerarquía presidencial, pero le falta acción política
tremendamente fuerte, ir a la raíz del tema. Porque aquí
es cara o cruz: o se está con la Nación o con el mercado.
Usted es médico, ¿cómo ve la salud del Presidente?
Recordará que el ministro de Salud, Héctor Lombardo, dijo
que estaba arteriosclerótico.
Yo creo que el Presidente, más allá de su salud, está
para hacer leyes. Porque hay gente que nace para una cosa y gente que
nace para otra. Pero es un hombre honesto.
¿Quién le gusta de los políticos actuales?
Eso lo dice el pueblo en su momento. Tuve mis referentes en su momento.
De Gaulle, internacionalmente. Acá en la Nación, Juan Domingo
Perón, Hipólito Yrigoyen y Frondizi. A Illia lo puedo respetar
por la austeridad, la decencia que tuvo.
A usted le gusta el tango, ¿cuál es el tango que a
su entender mejor describe este momento de la Argentina?
Cambalache, por eso de que es lo mismo ser decente
que ser traidor.
¿Cuántas veces se presentó a una elección?
Cuatro o cinco veces. Y cada vuelta que perdía trabajaba
más por la gente. No es mi objetivo ganar por ganar, sino para
concretar lo que pienso y lo que creo.
Pícaro,
sinvergüenza
Usted
es un cachafaz, le dijo a Cavallo Avelín. Según
el diccionario, cachafaz quiere decir pícaro, sinvergüenza.
Para el lector común, tal vez no sea una palabra muy de moda
por estos días. Pero sí lo es para Avelín,
un médico de 74 años que se presentó cinco
veces como candidato a gobernador de San Juan. El hombre, hay que
decirlo, tiene sus particularidades. Por ejemplo, sigue atendiendo
a sus pacientes de toda la vida en la Casa de Gobierno de la provincia,
donde tiene una camilla ad hoc. Los atiendo en cualquier horario
y si no les puedo resolver los problemas los derivo. Creo que esa
es la profesión que realmente me ha permitido conformar mi
propia vida. Por supuesto que no les cobro, lo cual sería
una inmoralidad de mi parte, dijo a Página/12 el hombre
que el domingo ofendió a Domingo Cavallo. Respecto del entredicho
que mantuvo con Cavallo, Avelín no manifestó el más
mínimo arrepentimiento. Yo me arrepiento de lo que
digo sólo cuando me equivoco, no cuando digo la verdad,
dijo el hombre.
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