El
protocolo firmado hace cuatro años en la ciudad japonesa de Kyoto,
que compromete a los países industrializados a reducir la emisión
de los gases que causan el calentamiento global, podría esfumarse
en cuestión de días: durante la imprevista inauguración
de la Cumbre del Clima en la localidad alemana de Bonn su inicio
estaba pautado para el jueves, el primer ministro japonés
anunció que no ratificará el acuerdo si Estados Unidos no
lo hace, y similares posturas asumieron los representantes de Australia
y de Canadá. Tras el fracaso de la cumbre de La Haya, las organizaciones
ambientalistas y los países de la Unión Europea esperan
con ansiedad lo que pueda suceder durante esta nueva reunión. Por
lo pronto, Greenpeace Argentina decidió advertir por su cuenta
sobre los riesgos, sobrevolando el glaciar Perito Moreno en un globo aerostático,
con un cartel donde podía leerse: Bush y Cía.= Desastre
Climático.
La segunda parte de la Sexta Conferencia del Clima de las Naciones Unidas,
con sede en Bonn, debía comenzar el jueves próximo, con
la llegada a Alemania de los ministros de Medio Ambiente de los países
que integran la ONU. Sin embargo, el holandés Jan Pronk que
presidió la frustrada reunión en La Haya decidió
adelantar las conversaciones, en vista de la negativa planteada por Japón.
Es crucial que llevemos a una conclusión nuestros cuatro
años de labor, indicó. Los representantes de Alemania
y Francia que apoyan el Protocolo de Kyoto se sumaron a la
preocupación de su par holandés. Van a ser negociaciones
muy, muy difíciles, predijo el ministro de Medio Ambiente
alemán, Juergen Trittin. Japón no debe ser cómplice
del entierro de este protocolo, agregó.
La postura de Japón complica aún más el panorama,
después de que el presidente norteamericano George W. Bush se negara
a ratificar el acuerdo de Kyoto afirmando que tal medida perjudicaría
económica y energéticamente a su país. Sucede que
el Protocolo sólo entrará en vigencia con carácter
vinculante en el 2002 si los países que lo ratificaron suman el
55 por ciento de las emisiones totales de dióxido de carbono y
otros gases que provoquen el efecto invernadero, y Estados Unidos tiene
un papel crucial, con el 25 por ciento del total de las emisiones. Lo
sigue Japón, con el 8,5 por ciento.
Debemos lograr que ese acuerdo entre en vigencia, aún sin
la aprobación de Estados Unidos, consideró Juan Carlos
Villalonga, coordinador de las campañas de Clima y Energía
de Greenpeace Argentina. Y agregó: Bush no está solo
en este tema: hay otros cómplices, como Canadá, Australia,
y ahora se suma Japón. Villalonga señaló que
Greenpeace eligió como escenario el Perito Moreno porque
el derretimiento y el retroceso de los glaciares son dos de los fenómenos
que se están dando a partir del calentamiento global. Según
el último informe del Panel Intergubernamental de Cambio Climático
(IPCC), la reducción de los glaciares perjudicará a aquellas
zonas en las que el agua de deshielo es una fuente importante de consumo.
En nuestro país, los glaciares Juncal I y II (en Mendoza) ya perdieron
25 kilómetros cuadrados.
Los glaciares de las cordilleras venezolana, peruana y boliviana,
y de la zona de Cuyo, están desapareciendo de modo acelerado. En
la Patagonia, se prevén reducciones, pero los glaciares deberían
sobrevivir al cambio de siglo si logramos reducir la emisión de
gases, señaló Villalonga. Otro factor asociado al
cambio climático es el aumento de las inundaciones: en la provincia
de Buenos Aires, las precipitaciones aumentaron en un 35 por ciento. En
el noreste argentino, un 50 por ciento. El problema se refuerza
porque en el caso de nuestro país no hay posibilidad de recuperar
esas tierras, por la situación económica actual, reflexionó
Villalonga. Por último, el especialista indicó que el cambio
climático puede traer aparejada la expansión del área
de influencia de ciertas enfermedades, que son transmitidas por vectores
como el mosquito, la rata o la vinchuca.
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