Principal RADAR NO Turismo Libros Futuro CASH Sátira


STORNELLI PIDIO A URSO QUE SE
INCORPORE A LA CAUSA EL ESTALLIDO DE RIO TERCERO
Armas que desaparecen en explosiones

El fiscal de la causa por tráfico ilegal de armas, por la cual está preso el ex presidente Carlos Menem, estimó que la explosión de la fábrica militar de Río Tercero, en la que hubo siete muertos, pudo ser provocada para ocultar el faltante de material que era desviado a los Balcanes.

Por Eduardo Tagliaferro

El fiscal federal Carlos Stornelli consideró ayer que la explosión de la fábrica militar de Río Tercero, en noviembre del ‘95, pudo haber sido intencional. El hecho podría inscribirse en la saga delictuosa llevada adelante por la asociación ilícita que motorizó la venta ilegal de armas. Uno de los probables objetivos habría sido encubrir el faltante de cañones y otros armamentos embarcados a los Balcanes. Así se desprende del dictamen en el que Stornelli reclamó a Jorge Urso que pida al tribunal de Río Cuarto, a cargo del juez Luis Martínez, que se inhiba de seguir en la causa, y que la remita a los tribunales de Comodoro Py para incorporarla a las actuaciones que lleva adelante Urso.
Si Urso acuerda con los argumentos del fiscal, se trabará un conflicto de competencia entre los tribunales cordobeses y la justicia porteña. Salvo que los jueces de Córdoba acepten de motu proprio desprenderse del expediente, el diferendo sería resuelto por la Cámara Nacional de Apelaciones. Si la causa recala en Buenos Aires, sobre los involucrados en la venta de armas podrían recaer cargos por homicidio calificado, ya que en la explosión murieron siete personas.
La fábrica cordobesa fue, según Stornelli, un “escenario preponderante para la toma de decisiones” en la venta de armas. En anteriores ocasiones el fiscal afirmó que fue el lugar en el que se concentraron las armas del ejército que llegaban de distintos lugares del país. Luego de ser reacondicionado, el armamento era embalado en los containers que lo transportaban hacia el puerto de Buenos Aires.
Uno de los aspectos llamativos de la maniobra era la concordancia de los pedidos de material bélico que formulaba Diego Palleros en nombre de las empresas intermediarias y las existencias en el inventario de la fábrica estatal. La presencia de Palleros en Río Tercero era frecuente. El sirio Monzer Al Kassar es otro de los extraños personajes vinculados al negocio de las armas que supieron recorrer la fábrica.
A las pocas horas de la primera explosión, el 3 de noviembre del `95, Carlos Menem encabezó la comitiva oficial que se presentó en Río Tercero. Lo hizo acompañado por el gobernador cordobés, uno de sus mejores interlocutores, el radical Ramón Mestre, el entonces ministro de Defensa, Oscar Camilión y el jefe del Ejército, general Martín Balza. Menem afirmó frente a las cámaras televisivas, destaca el dictamen de Stornelli, que “había decidido viajar al lugar por las imágenes dantescas y el número de víctimas que variaba”. El fiscal resaltó que “a escasas horas del evento afirmaba que se trataba de un accidente y descartaba categóricamente la posibilidad del atentado”. También destacó que el ex presidente había sostenido que “un operario en el montaje de carga hizo sonar la alarma”. “Se desconoce el modo que (Menem) obtuvo dicha información, ya que en ningún momento ni el primer mandatario de ese entonces, ni sus ministros se habían entrevistado con los directivos de la fábrica militar”, sostiene la presentación del fiscal.
En el momento de la explosión, el coronel Jorge Cornejo Torino, titular de la planta cordobesa, se encontraba en la sede porteña de la repartición. A cargo de la fábrica estaba el riojano Oscar Quiroga, que en el expediente del juzgado de Río Cuarto afirmó que nadie de la comitiva oficial lo consultó por los probables motivos de la voladura.
A la hora de evaluar las actuaciones judiciales del tribunal cordobés, Stornelli hace un repaso de las irregularidades que rodearon las investigaciones. Así resalta que en ocasión de realizarse la reconstrucción de la explosión, desde la Fábrica Militar de Azul se remitieron materiales adulterados que hubieran favorecido la hipótesis del hecho intencional, ya que el trotyl estaba mezclado con elementos fácilmente combustibles. El fiscal también remarca que desde los inicios de la causa el juez Martínez definió que sus investigaciones seencuadraban en un hecho “presuntamente doloso del fuego (...) hipótesis que incluso es materia de investigar a continuar en el futuro”.
En sus conclusiones, el fiscal define cuatro grandes títulos que fundamentan su pedido para que la causa cordobesa sea remitida al juzgado de Urso:
Existen elementos que permiten sospechar que la voladura de la Fábrica Militar de Río Tercero habría sido intencional. En este punto el fiscal destaca el testimonio de Emilio Ostera, supervisor de la planta de carga, sitio en el que comenzó el fuego. Además de declarar que media hora antes de la explosión vio “a un soldado, no sabiendo quien era y estaba cerca del tinglado donde precisamente se originó el fuego”. Stornelli resaltó que a Ostera le dijeron “que lo iban a hacer boleta” cuando se aprestaba a testimoniar judicialmente. El fiscal precisó que “ninguno de los peritos ha podido dar una explicación satisfactoria” del origen de la explosión.
La voladura habría tenido como objetivo encubrir los hechos investigados en el juzgado de Urso. Stornelli, luego de repasar las irregularidades de la instrucción cordobesa, afirma que “el material que se hallaba en la fábrica militar de Río Tercero es motivo de investigación en la causa 798/95” (que instruye Urso).
La voladura habría tenido origen por decisiones judiciales tomadas en la causa de Urso. Luego de precisar que cuando el coronel Edberto González de la Vega llegó a la planta ya habían sido tapados los dos cráteres que había producido la explosión, destaca el apuro que el gobierno exhibía en privatizar la fábrica. Se imponía un inventario y éste echaría luz sobre el faltante de armas enviados a Croacia.

 


 

RECLAMARAN SU LIBERTAD ANTE LA CIDH
Menem embiste contra el juez

Por Diego Schurman

Carlos Menem inició ayer una nueva embestida contra Jorge Urso. El ex presidente envió a dos emisarios a Washington para reclamar por su liberación ante la Organización de Estados Americanos (OEA) y dejó que su hermano Eduardo, por primera vez, amenazara con denunciar al juez federal por el delito de prevaricato.
Menem estuvo reunido el lunes por la mañana con Alicia Pierini y Alicia Martínez Ríos. Las ex subsecretaria de Derechos Humanos y embajadora acordaron detalles de la presentación que finalmente se concretó ayer en una primer audiencia con miembros de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la OEA. Básicamente consideran al ex presidente como un “rehén” por su imposibilidad de realizar actividad política.
Las mujeres prometieron traerle buenas noticias el sábado, cuando retornen en un vuelo de Delta Airlines, cuyos pasajes le facilitó uno de los asiduos concurrentes a Don Torcuato. El ex mandatario recibió a Pierini y Martínez Ríos de muy buen humor: poco antes el boxeador Jorge “La Hiena” Barrios le había prometido ponerse en su próximo combate un pantaloncito con la inscripción “Menem 2003”.
Tanta algarabía llevó al detenido a decir que se había ganado dos Oscar. No hablaba, desde ya, de los premios que otorga la academia de Hollywood, si no de sus dos abogados Oscar Roger y Oscar Salvi. Nunca se supo si alguien festejó la broma.
Fue en ese marco que Menem acordó con su hermano Eduardo una nueva embestida contra Urso: amenazarlo con una denuncia por el supuesto delito de prevaricato. En otras palabras, acusarlo de cometer arbitrariedades a la hora de aplicar la ley. “Urso falsea la verdad, miente. Yo lo voy a denunciar por prevaricato en el auto de procesamiento a Carlos Menem”, dijo Eduardo en una rueda de prensa con agencias de noticias.
Martín Menem, del cuerpo de defensores del ex presidente, también se sumó a la embestida contra Urso. En su caso por las restricciones al régimen de arresto domiciliario dispuestas por el juez.
“Las duras advertencias responden a cuestiones personales pues en ningún momento se ha transgredido los límites impuestos desde un principio por el juez”, aseguró a Página/12. “A mí me parece –continuó el abogado y sobrino del ex presidente– que está preparando el terreno para un eventual traslado pues el ensañamiento del juez hacia nuestro defendido es evidente. Perdió el equilibrio de la imparcialidad”.
Si el joven abogado fue crítico con Urso, Roger no le dio tregua al hablar de las restricciones. “Son medidas de corte netamente totalitario que harían las delicias de Hitler y Mussolini”.

 


 

REPORTAJE A GUSTAVO BELIZ
“Esto es una economidura”

Por Romina Calderaro

No suele hacer chistes, pero ayer se permitió uno para graficar la situación del Gobierno: “Ahora al radicalismo le dicen `el partido centenario’. No por su antigüedad, sino porque van a pasar cien años antes de que vuelva al gobernar”, dijo Gustavo Beliz, precandidato a senador del PJ por la Capital Federal. En diálogo con Página/12, Beliz aseguró que “más que aspirar al déficit cero, el Gobierno debería tratar de revertir el pensamiento cero que reina entre la dirigencia”, sostuvo que estamos viviendo lo que él denomina una “economidura”, algo así como una dictadura de la economía, aseguró que es evidente el “carácter impagable” de la deuda externa “en estas condiciones”. Afirmó también que, aunque no justifica los incidentes en el casamiento de la hija de Domingo Cavallo, opinó que en el actual contexto económico la fiesta en el Hotel Alvear fue “inoportuna”.
–El Gobierno festejó el acuerdo que logró con los gobernadores después del ajuste. ¿Usted cómo evalúa ese acuerdo?
–A mí me da toda la impresión de que es simplemente una foto, que no hay condiciones como para encarar las medidas y que el gobierno está insistiendo en un sistema que ya ha demostrado su fracaso y que lo va a volver a demostrar.
–¿Qué medida hubiera implementado usted en lugar de este ajuste?
–El error del gobierno arranca en el primer ajuste que implementó José Luis Machinea. Me parece que lo que hay que discutir no es una cuestión de déficit cero, sino de cómo se supera el pensamiento cero de una gran parte de la dirigencia argentina. Porque acá parece que compitieran todos para ver quién es más carnicero. La alternativa es rediscutir todo el tema del sector financiero, la cuestión del sistema previsional. Replantearse de una manera responsable, pero realista lo que los propios mercados están ya asimilando que es el carácter impagable de la deuda externa en estas condiciones.
–Es un tema que antes no se tocaba y que ahora está empezando a aparecer en boca de varios dirigentes...
–El propio índice del riesgo país lo está demostrando porque afuera se dan cuenta de lo que adentro no percibimos: en estas condiciones, el esquema de endeudamiento es absolutamente insostenible. Y el gobierno puso en marcha un autogolpe de mercado. No le alcanzó en mayo del 2000 con rebajar sueldos y subir impuestos para darse cuenta de que el fracaso de esa medicina es inexorable.
–Coincidirá en que Domingo Cavallo de tonto no tiene un pelo. Lo que queda pensar, entonces, es que el ministro de Economía y el gobierno toman decisiones ideológica con estos ajustes.
–Hay un claro nivel de contradicción en las medidas que fue tomando Cavallo. Hay una gran desorientación y un gran nivel de flaqueza y desnutrición política que el gobierno va a pagar caro en estas condiciones porque cada vez va a agudizar más el nivel de descontento social. Estamos a un límite donde si no se dan repuestas democráticas y sociales fuertes esto se convierte en lo que yo denomino una “economidura”, es decir, una dictadura económica.
–¿Cree que estamos cerca de un estallido social?
–Yo creo que ya lo hay, que en cierto modo está silenciado, pero sin duda hay una situación muy fuerte de rebelión cívica en múltiples frentes, no sólo a nivel de la disminución drástica de la recaudación impositiva o en cortes de ruta, sino a nivel del estallido moral que se ha dado en el ánimo de todos los argentinos porque hay una sensación muy fuerte de que el país está rehén o atrapado en una lógica que no le pertenece en absoluto.
–Hablando de manifestaciones populares, ¿qué sintió cuando vio los incidentes en el casamiento de la hija de Cavallo?
–Me parece que fue inoportuna la fiesta en esas condiciones porque el país no lo permite, pero tampoco uno puede justificar la agresión personal o la inmiscución de la vida privada.
–Más allá de que podamos discutir sobre los métodos de protesta, es evidente que la gente está enojada...
–Es un síntoma del nivel de bronca y diríamos de descontento fuerte que hay en este momento.
–El otro día, alguien se preguntaba cuándo volverán a gobernar los radicales después de esta gestión.
–A mí me decían que va a ser el partido centenario, pero centenario porque van a pasar cien años antes de que vuelva al gobierno. Mi impresión es que si no hay una recreación de un consenso popular muy fuerte y una nueva legitimidad que le de orientación a otro rumbo, el nivel de deterioro va a ser cada vez más grande desde el punto de vista del propio gobierno.
–¿Cómo evalúa el rol que cumplió Raúl Alfonsín en este nuevo ajuste? El dijo que lo usaron como chivo expiatorio...
–Yo creo que en general hay sectores de la Alianza que no asumen que tiene que gobernar. Y a mí me parece que tienen que ponerse claramente a gobernar y no escapar o plantear disidencias buscando salvar cada uno el pellejo. O gobiernan o plantean una disidencia a fondo sin cortapisas.

 

PRINCIPAL