Por Andy Goldberg
Desde
Los Angeles
Las bromas pesadas están
circulando al por mayor por los corrillos de Hollywood: Pearl Harbor se
hundió sin dejar rastro; Artificial Intelligence fue artificial
pero no inteligente; Evolución pareció destinada a los monos.
El blanco de estos chistes son algunas de las producciones de Hollywood
que se suponía iban a ser los éxitos taquilleros del verano
boreal y que llegaron a los cines con gran expectativa, pero que finalmente
echaron por tierra con las carreras de los ejecutivos de alto vuelo encargados
de ellas. Además, reforzaron un principio tan antiguo como Hollywood
mismo: uno puede tener la mejor idea, el mejor director, los mejores actores
y los mejores guionistas, pero eso no es en sí mismo una garantía
de éxito.
Pearl Harbor, con Ben Affleck, por ejemplo, aspiraba a superar a la mismísima
Titanic. Se dijo que la película costó unos 200 millones
de dólares y que Disney esperaba al menos 300 millones de dólares
de recaudación sólo en Estados Unidos. Y aunque tuvo un
comienzo venturoso, finalmente el drama ambientado en la Segunda Guerra
Mundial ingresó menos de 200 millones de dólares en los
cines estadounidenses. Por su parte,
A.I. - Artificial Intelligence, film épico de ciencia ficción
de Steven Spielberg sobre un robot en busca de cariño, sólo
ingresó 5,1 millones el pasado fin de semana, por lo que quedó
relegado al noveno puesto de la lista apenas tres semanas después
de su estreno. Warner Bros. esperaba de la promocionada producción
un proyecto que el mismísimo Stanley Kubrick dejó
como herencia a su amigo Spielberg al menos 250 millones en Estados
Unidos, pero en vez de eso puede darse por satisfecha si alcanza la marca
de los 85 millones. No hemos visto nada similar desde Godzilla en
1998, dijo Gitesh Pandya, editor de la publicación Box Office
Guru. Este es el verano de las sorpresas. A Evolución
le fue aún peor. La comedia sobre un ataque alienígena dirigida
por Ivan Reitman y protagonizada por David Duchovny y Julianne Moore costó
80 millones de dólares. Pero pese a que recaudó 29 millones
en las dos primeras semanas en los cines, cayó en picada luego
para sumar en total menos de 40 millones en taquilla.
Promediando la temporada, el del 2001 parece ser el verano más
volátil en las taquillas del que se tenga memoria, dicen los analistas
de Hollywood. Los ejecutivos de los estudios aguardan expectantes, con
un nudo en el estómago, las estadísticas de las favoritas
del público cada domingo por la mañana. Esa sensación
está creando tensión en todo Hollywood, porque el verano
es la temporada más importante para la industria en cuanto a ingresos.
En una tajante condena del estado de las cosas, el crítico Richard
Natale escribió en el Los Angeles Times que Hollywood confía
demasiado en los efectos especiales y los bombos publicitarios, pero está
ignorando lo que de verdad conmueve al público.
Claro que hubo excepciones. Shrek, la irónica película de
dibujos animados que se convirtió en el éxito del verano
(su estreno local está previsto para la semana próxima)
ya recaudó casi 250 millones de dólares, sólo en
Estados Unidos. Otra sorpresa fue la cinta de bajo presupuesto The Fast
and the Furious, que superó la marca de los cien millones de dólares,
en gran parte por sus impresionantes escenas de acción y su elenco
multicultural que refleja la realidad social de muchos jóvenes
estadounidenses..
De todas maneras, como el verano aún está lejos de terminar,
los empresarios se regodean pensando quedan varios potenciales éxitos
por estrenarse. Esta semana, llega a los cines estadounidenses Jurassic
Park III, que también se estrena hoy en la Argentina y buena parte
del planeta Tierra, seguida de Americas Sweethearts, con Julia Roberts,
Rush Hour 2 y El planeta de los simios,dirigida por Tim Burton (en Buenos
Aires esta tanque de la industria se conocerá el 2 de agosto).
Estas producciones tienen la ventaja de que cuentan, según el concenso
generalizado, con buenos guiones, direcciones precisas y actores talentosos,
por lo que pueden llegar a cambiar la resbalosa historia de una temporada
que hasta ahora es un doble fiasco, en lo económico y en lo artístico.
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