Por Diego Schurman
Felipe Solá lo sintetizó
con lenguaje de tribuna. Acá el quilombo, como siempre, está
en la Alianza. Habló así de la dificultad de implementar
el ajuste y avanzar con la emisión de bonos para afrontar en la
provincia el pago de salarios y aguinaldo. De todos modos, el vicegobernador
bonaerense consideró que los legisladores radicales y frepasistas
terminarán votando el bono provincial llamado patacón porque
si no van a ir a la parrilla.
Usted se queja de la Alianza. Pero, ¿cómo recibió
el fallo de la Corte que impidió el recorte de lo salarios en el
sector público?
Me gustaría remarcar un dato y nada más: el decreto
del gobernador Ruckauf toca los salarios judiciales... Con eso digo todo.
Pero la discusión es si es legal o ilegal el ajuste, más
allá de los sectores afectados.
Nosotros somos muy realistas. Acá se acabó la guita.
No hay vueltas. Unos buscan quedar bien, otros se hacen los boludos. Pero
nosotros trabajamos sobre la realidad. Y la realidad es que se cortó
el chorro.
¿Quiénes se hacen los boludos?
Varios de la Alianza provincial. Fíjese, nosotros estamos
entre la espada y la pared. De la Rúa aplica duras medidas, los
gobernadores se alinean detrás de la idea de llegar al déficit
cero. Ruckauf saca un decreto haciendo lugar a la propuesta del presidente
de la Nación y después son los propios legisladores de la
Alianza los que se niegan a hacer ley esa propuesta. Ese jueguito ya lo
conocemos bastante en la provincia. Nos lleva a la cesación de
pagos.
¿Nadie mostró voluntad de llegar a un acuerdo?
Storani habló con Osvaldo Mércuri y dijo que estaba
abierto al diálogo. Ya hablé con los justicialistas y no
hay mayores problemas.
¿Y qué cree que va a pasar?
Bueno, acá hay que dividir el tema en dos partes: el de los
bonos y el de la reducción salarial.
Empecemos por el bono.
El jueves pasado Ruckauf envió al Congreso provincial una
ley del bono. Pero los senadores no la trataron. Entonces el lunes aparece
el decreto de necesidad y urgencia.
Sin bonos no se completará el pago de aguinaldos, ¿no?
Bueno, por eso pienso que esto se resolverá esta semana.
Los legisladores de la Alianza no quieren ir a la parrilla a fin de mes
por no votar el bono. Saben que son necesarios para el pago no sólo
de aguinaldos sino de sueldos. En aguinaldos pagamos 350 pesos en dinero
y el resto en bonos. Y en sueldos se paga en dinero hasta 700 pesos y
en bono todo lo que esté por encima de esa cifra. Tenemos como
190 millones en bonos.
¿Qué pasa con la reducción salarial?
Primero quiero aclarar que la reducción representa el 6,5
por ciento del total de la masa salarial y que afecta a un tercio del
total de empleados, que son los que están con sueldos por arriba
de los 1000 pesos.
Veo que quiere marcar diferencias con la reducción dispuesta
por la Nación, que afecta a todos los estatales.
Es que nadie se quiere hacer cargo de nada. El recorte en la provincia
es sensato. Yo soy partidario de darle pelota a los cambios que propuso
la Nación. Dije en la reunión de gobernadores del PJ que
aprobemos y que después en el Congreso de la Nación introduzcamos
algunas modificaciones. Hasta Cavallo dijo que aceptará los cambios.
Pero ahora no puede imponer los cambios en el congreso provincial.
La negociación venía bien encarrilada. Pero con el
tema del recorte los legisladores tienen puesta una oreja en el Congreso
Nacional, donde también hay resistencia a implementar el ajuste.
¿Qué va a pasar entonces?
A última hora de hoy (por ayer) Ruckauf envió un nuevo
decreto a la legislatura con un solo artículo ratificando el decreto
rechazado por la Corte, donde se insiste no solo con el bono si no también
con el recorte.Nosotros aspiramos a que el congreso lo desdoble y apruebe
al menos el bono esta semana, quizás con algunas modificaciones
mínimas, y deje el debate del recorte para la otra.
EL
GOBIERNO NACIONAL PRESIONARA A LOS LEGISLADORES
Sólo apoyo moral a Ruckauf
Por José
Natanson
Como si no le alcanzara con
los renovados temblores de los mercados y la ofensiva de los diputados
de la Alianza, el Gobierno nacional sufrió ayer un nuevo obstáculo:
la Corte Suprema bonaerense anuló el decreto de Carlos Ruckauf
y trasladó a la Legislatura la decisión de implementar un
ajuste en el primer distrito del país. Aunque admitían su
preocupación, en la Rosada fijaban límites a la posibilidad
de ayuda. Cualquier auxilio es político, porque plata no
tenemos, era la línea que manejaban cerca de Fernando de
la Rúa.
Ayer, sorpresivamente, la Corte Suprema de la provincia declaró
la total y absoluta invalidez del decreto firmado por el gobernador
para recortar salarios y emitir un bono para pagar los sueldos más
altos. Es incompatible con la Constitución provincial,
estableció el tribunal. Y dispuso que las medidas deberían
adoptarse a través de una ley.
A primera vista todo indicaría que se trata de un tema estrictamente
provincial. Pero no es así. Las dificultades de la provincia, uno
de los distritos con más problemas financieros del país,
por imponer el ajuste impulsado desde la Rosada complican el panorama
nacional: implican una señal de incertidumbre a los mercados, que
ayer recuperaron su escepticismo.
Hay un dato que demuestra claramente la relación entre los problemas
de Ruckauf para motorizar el recorte y los planes del Gobierno: el ministro
de Economía, Domingo Cavallo, y el jefe de Gabinete, Chrystian
Colombo, intentaron comunicarse ayer con el mandatario bonaerense. Sólo
lo logró Colombo, que le transmitió un mensaje claro: básicamente,
le pidió que agote todas las instancias para que el recorte salga
cuanto antes. Estamos muy preocupados, dijo el jefe de Gabinete,
que se comprometió a hacer todo lo posible por ayudar a Ruckauf.
De todos modos, en el Gobierno marcaban los límites del auxilio.
Cualquier cosa menos plata. En primer lugar porque no tenemos, pero
también porque la idea es que las provincias hagan un ajuste. Entonces
no tiene sentido que salgamos a socorrerlos ante la primera dificultad,
explicaba un funcionario cercano a De la Rúa. Y recordaban que,
a pesar de los reiterados reclamos, recién ahora, cuando la crisis
se hizo casi insostenible, Ruckauf comenzó a pensar seriamente
en un recorte. Que baje los gastos de publicidad y después
venga a pedir plata, señalaba.
La ayuda, entonces, podría pasar por una movida del Gobierno para
convencer a los legisladores de que voten cuanto antes las leyes: al fin
y al cabo, la Alianza cuenta con mayoría en las dos Cámaras
de la provincia. Pero no es sencillo. El diálogo Gobierno-UCR bonaerense
no pasa por su mejor momento: en la última interna, por ejemplo,
las dos listas compitieron duramente a ver quién se diferenciaba
más de Fernando de la Rúa. Ayer, en la Rosada explicaban
que la mayoría de los diputados y senadores provinciales responden
a un puñado de dirigentes Leopoldo Moreau, Federico Storani
y Raúl Alfonsín con posiciones díscolas y a
menudo enfrentados con el Gobierno. En los últimos días
casi cortamos relaciones, así que nuestra influencia ahí
es limitada, admitían en el Gobierno.
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