Por Laura Vales
El gobernador bonaerense Carlos
Ruckauf no podrá pagar con patacones los sueldos de los estatales.
Así lo dispuso la Suprema Corte de Justicia de la provincia, al
declarar inválido el decreto que creaba los bonos y
disponía la rebaja de los salarios. La decisión fue firmada
por ocho de los nueve ministros del máximo tribunal y su consecuencia
inmediata es que ahora Ruckauf necesitará que la Legislatura apruebe
una ley para poder hacer el ajuste y emitir los bonos. Como el PJ tiene
minoría en la Cámara de Diputados y la de Senadores, deberá
conseguir, como mínimo, el respaldo de los votos del radicalismo.
Al cierre de esta edición los diputados de la Alianza sostenían
que no lo votarán a libro cerrado, mientras Ruckauf los acusaba
de poner al país en una situación de cesación
de pagos.
La Corte rechazó el ajuste bonaerense con una resolución
muy escueta, de apenas una carilla. El argumento central de los jueces
fue que Ruckauf se extralimitó en sus funciones: en la provincia
no existe la figura del decreto de necesidad y urgencia con que el gobernador
dispuso bajar salarios y jubilaciones e imprimir bonos para pagarlos.
Al no existir esa figura, la vía legal para aplicar el ajuste debió
ser, desde el principio, la sanción de una ley.
Los ministros subrayaron que el decreto desconoció manifiestamente
la división de poderes de la forma republicana de gobierno y que
excedió las facultades que le otorga la Constitución
de la provincia. Dada esta situación se lee en la resolución,
corresponde que esta Suprema Corte de Justicia, como guardián
último de la Constitución de la provincia, declare su total
y absoluta invalidez.
La anulación del ajuste y la emisión de bonos llegó
en un muy mal momento al Congreso bonaerense. Desde horas antes de que
la noticia empezara a circular, en el hall de la Legislatura los gremios
de estatales debatían si tomar el edificio. En medio de ese clima
muy caldeado, una delegación de diputados del radicalismo, el Frepaso,
el ARI y el Frente por el Cambio es decir, de todos los partidos
con excepción del PJ y la UCD accedió a entrevistarse
con los dirigentes sindicales.
Los legisladores se comprometieron en esa reunión a oponerse al
ajuste. La promesa, vale apuntarlo, fue formulada cuando rechazar el decreto
tenía sólo un peso testimonial. Después se conocería
la resolución de la Corte por la cual decir no significará
impedir la emisión de los bonos y el achique de sueldos.
En la Gobernación la mala nueva cayó como un baldazo de
agua fría. Ruckauf atendió los llamados del jefe de Gabinete
Chrystian Colombo, que quiso saber si la situación podría
estar saldada antes del fin de semana.
Apuró un acuerdo con los intendentes del radicalismo, que tienen
un fuerte peso sobre las decisiones de los diputados. Despotricó
contra la Corte y el jefe de los fiscales de la provincia, Eduardo De
la Cruz.
Felipe Solá, como titular del Senado, marchó a convencer
a diputados y senadores que convaliden con una ley el decreto caído.
Por lo menos, que aprueben los Patacones fue el criterio.
Anoche y en privado, los funcionarios más cercanos a Ruckauf responsabilizaban
a la Alianza de lo sucedido. La mayoría de los ministros
de la Corte son cercanos al radicalismo, esto no se puede leer como una
resolución aséptica. Ahora que se hagan cargo en la Cámara
advertía un miembro del gabinete provincial.
La intención de Ruckauf es que hoy la Cámara de Diputados
convalide su decreto y que el viernes el Senado siga el mismo camino.
Cerca de las nueve de la noche, mientras los diputados del radicalismo
y los del Frepaso debatían qué hacer por separado, el Ejecutivo
ingresó a la Cámara baja un proyecto de ley con un texto
idéntico al del decreto, pidiendo su aprobación.
El titular del bloque del Frepaso y presidente del cuerpo, Aldo San Pedro,
se encerró a deliberar con Solá. Los radicales dicen que
no votarán nada si el ministro de Economía no explica en
detalle la situación de laprovincia y los alcances del ajuste.
Jorge Sarghini acordó concurrir hoy para contestar las preguntas
de unos y otros.
Detrás de los gritos de guerra, el espíritu de los aliancistas
parece dispuesto a aprobar la emisión de bonos, y a pelear en detalle
sobre el alcance de los recortes en los sueldos. En principio, esta tarde,
en un recinto donde se sentirá el peso del paro nacional, es más
que probable que se de quórum y se pase a un cuarto intermedio
hasta el viernes. Esa fue la promesa arrancada por los hombres del gobernador
a las cabezas del bloque de la UCR.
El Congreso bonaerense ya no es el de un año atrás, cuando
la Alianza no estaba fragmentada. En Diputados, que sufrió la peor
parte, los legisladores terminaron repartidos en seis bloques: además
del PJ y la UCR, está el Frepaso, el Ari, el Frente para el Cambio,
la Ucede y los pattistas. Con el PJ en minoría en las dos cámaras,
los patacones y la reducción de sueldos con los que Ruckauf se
propuso lograr el déficit cero depende de las manos de la oposición.
Le alcanzaría con un sí radical.
Estoy en una situación muy clara, dijo anoche el gobernador.
La nación no me puede mandar más dinero y el partido del
gobierno que gobierna la nación quiere que pague mucho más
que eso. En consecuencia, la situación es de cesación de
pagos de la provincia. Y la provincia es el 40 por ciento del producto
bruto de la Argentina. La ministra de Trabajo, Patricia Bullrich,
dijo que el gobernador tiene toda la razón del mundo.
La razones del rechazo
El planteo de invalidez del decreto de Ruckauf venía ganando
espacio en los últimos días. Pero terminó de
definirse ayer por la mañana, cuando el procurador general
Eduardo De la Cruz, jefe de los fiscales bonaerenses, se presentó
ante la Corte Suprema y planteó la pregunta de si el decreto
del ajuste respetaba la letra de la Constitución provincial.
La respuesta fue que no. Al mismo tiempo, algunos diputados (como
Graciela Vanzán y Susana Amaro) presentaban recursos de amparo
ante la Justicia. El planteo de las legisladores fue que el pago
con bonos a empleados y proveedores implica en los hechos una quita
de salarios. Dentro del Frepaso una de las principales objeciones
es la oscuridad que rodea al recorte, que poda los sueldos
hasta en un 32 por ciento, pero no da precisiones sobre cuánto
se quiere ahorrar con las reducciones salariales, por lo que se
presta a un uso arbitrario, según coincidieron los
senadores Pedro Courtial y Eduardo Sigal. El diputado radical Pedro
Azcoiti, una de las voces más críticas dentro de su
bloque, anticipó que que el ajuste no pasa mientras
se descargue su peso sobre los sueldos de los trabajadores.
|
|