Hasta Alan Greenspan, el banquero
más famoso e influyente del mundo, se ocupó de Argentina.
No es para ponerse contento, puesto que el titular de la Reserva Federal
se interesó por la crisis financiera local. No es una buena señal.
Tampoco lo es que el gobierno de Estados Unidos en diferentes niveles
opinaron ayer del efecto Tango. El consenso fue que no están
preocupados por un potencial contagio mundial de la crisis argentina.
La primera línea del gobierno de George W. Bush, e incluso el mismo
presidente, apoyaron las medidas anunciadas por Domingo Cavallo, con quien
reconocieron mantener un contacto cotidiano.
Si la administración americana hubiese sido demócrata, Cavallo
estaría más aliviado, teniendo en cuenta los antecedentes
de Bill Clinton saliendo al rescate de economías en crisis, como
México y Brasil. Pero los republicanos están convencidos
de que no hay que estructurar paquetes de rescate a países con
problemas financieros. Por un lado, porque piensan que los acreedores,
o sea los tenedores de bonos, deben asumir riesgos y pagar en este
caso, con pérdidas por un eventual default. Y por otro, porque
sostienen que las economías no hacen los ajustes que debieran si
saben que Estados Unidos sale en su ayuda.
En esa línea, el presidente de la Reserva Federal estadounidense,
Alan Greenspan, recibió con satisfacción el acuerdo de apoyo
de las provincias al plan de ajuste económico. El titular de la
Fed consideró, ante la Cámara de Representantes del Congreso
estadounidense, que la desaceleración en otras regiones del mundo,
como por ejemplo Europa, Asia o América del Sur, presenta el riesgo
de exacerbar los problemas de la economía de Estados Unidos. La
interacción de desaceleraciones en varios países simultáneamente
magnificó la debilidad que cada economía habría experimentado
por su cuenta. Sobre el caso particular de la crisis financiera
argentina, señaló que no tendrá un impacto
grande en la economía de su país. Frente a los miembros
de la Comisión de Servicios Financieros de la Cámara de
Representantes destacó que el efecto de un contagio potencial no
es muy grande y, francamente, espero que no lo sea. Por ahora
parece que las cosas están mejorando, sin embargo (los argentinos)
tienen dificultades por delante y creo que están trabajando muy
duro para superarlas agregó. Greenspan consideró también
que tales dificultades son principalmente domésticas.
Por su parte, el secretario del Tesoro, Paul ONeill, dijo seguir
con mucha atención el desarrollo de la situación económica
argentina. La estamos siguiendo todos los días. Estoy hablando
con Cavallo regularmente, señaló. En tanto, el secretario
de Estado, Colin Powell en declaraciones desde Italia, donde participa
de la cumbre del Grupo de los 8 afirmó que Estados Unidos
quiere que el gobierno de Fernando de la Rúa tenga mucho
éxito con el nuevo ajuste económico. Powell sostuvo
que es una situación difícil y nosotros pensamos que
el doctor Cavallo y el gobierno de la Argentina han tomado medidas muy
valientes y deberán implementarlas. Además agregó
que no hay y yo no veo un contagio que podría afectar al
mundo entero, o la clase de problema que vimos hace un par de años,
Powell concluyó que el mundo se encuentra realmente interconectado
y nadie puede permanecer aislado. Pero esto no significa necesariamente
que un problema en una parte del mundo tiene que afectar al mundo entero.
Por último, expresó que los pueblos han aprendido
bastante en 1997 de algunos de esos problemas y creo que todo el mundo
está tratando de asegurarse de que no veamos desarrollarse una
situación de contagio.
Para coronar la lista de funcionarios estadounidenses que opinaron sobre
la crisis argentina, el presidente George W. Bush se declaró preocupado
sobre Argentina. Nuestra nación está observando
la situación con mucho cuidado, sintetizó Bush en
un encuentro en la Casa Blanca con periodistas extranjeros.
Cardoso perdona
a Argentina
Por primera vez, el presidente brasileño Fernando Henrique
Cardoso admitió públicamente que la estrategia de
su gobierno es conceder una especie de perdón
a Argentina en relación a sus obligaciones del Mercosur hasta
tanto supere la actual crisis económica.
Argentina siempre tuvo superávit en sus negocios con
nosotros y sigue teniéndolo; no vamos a provocar el surgimiento
de ningún sentimiento antibrasileño, tenemos que refrenar
un poco nuestras aspiraciones, aseguró FHC en una entrevista
publicada por el diario O Estado de San Paulo. Para nosotros,
lo importante es que la Argentina resuelva sus problemas,
agregó. Y precisó que empezamos a protestar
cuando (Argentina) comenzó a desarticular el arancel externo
común del Mercosur y la idea de la unidad monetaria, porque
así es imposible.
Sin embargo, el presidente brasileño reconoció que
nos quedamos un poco sin argumentos cuando Cavallo nos dice
aumentamos el arancel en un siete por ciento y ustedes ¿en
cuánto devaluaron? Porque es verdad que devaluamos
como mínimo un 20 por ciento, confesó.
Cardoso explicó, además, que para que la Argentina
vuelva a tener el dinamismo que nos interesa, y que queremos, y
para que no haya tropiezos para el Mercosur, pueden ser necesarias
algunas medidas que no están muy de acuerdo con la naturaleza
de los tratados. Pero eso podemos entenderlo, sostuvo.
Por otro lado, reveló que existe la posibilidad de que Brasil
cierre un nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, como
forma de resguardarse frente a una nueva crisis financiera que,
aunque no lo dijo, esta vez podría tener como origen a Argentina.
Tenemos la buena voluntad del Fondo, porque hace tres años
que estamos cumpliendo con todas las metas acordadas. La última
vez nos dieron 40.000 millones de dólares, pero sólo
tomamos 15.000 millones y pagamos rápidamente, recordó.
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EL
FONDO MONETARIO DIO SU APOYO
Revisan las cuentas
Los técnicos del Fondo
Monetario Internacional iniciarán hoy el monitoreo de las cuentas
públicas del primer semestre, mientras esperan la llegada prevista
para este lunes del auditor para el Hemisferio Occidental, Thomas Raichman,
con quien se renegociará la pauta de crecimiento del 2,5 por ciento
prevista para este año. En tanto, desde Washington, el FMI volvió
a respaldar al Gobierno.
Los técnicos del FMI se reunirán hoy con el secretario de
Hacienda, Jorge Baldrich, para conocer los primeros números.
El escenario que encontrarán en la ciudad será el de un
paro general convocado por las tres centrales sindicales y el anuncio
del índice de desocupación, que rondará el 16 por
ciento. El lunes arribará Raichman para renegociar una baja en
las metas de crecimiento. Es a todas vistas que habrá que
revisarla, admitió el secretario de Política Económica,
Federico Sturzenegger, al reconocer que la pauta de crecimiento de entre
el 2 y 2,5 por ciento anual prevista en marzo no se podrá cumplir.
Sin embargo, adelantó que Argentina sobrecumplió en
150 millones de pesos la pauta de déficit fiscal para este
primer semestre, fijada en 4939 millones.
El FMI aún debe aportar 2528 millones de pesos de los 4677 millones
de ayuda financiera que tiene que recibir Argentina este semestre como
parte del promocionado blindaje financiero. Desde Washington el vocero
del organismo, Francisco Baker, celebró el recientemente logrado
apoyo de los gobernadores al plan de ajuste para alcanzar el déficit
cero.
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