Por Claudio Zlotnik
La fiesta fue corta. Ayer,
el riesgo país volvió a dispararse por encima de los 1500
puntos, al ubicarse en 1538, 100 puntos por encima del cierre anterior.
Las acciones, en tanto, cayeron 4,3 por ciento y los bonos, el 4,5 por
ciento en promedio. Después de la distensión de anteayer,
los financistas volvieron a poner en duda la capacidad del Gobierno de
cumplir con el déficit cero prometido y se volcaron al mercado
a vender títulos públicos y acciones. La puja política
que se dio en el Congreso en torno de los recortes sirvió como
excusa a los inversores. Pero, en el fondo, el temor principal sigue siendo
el mismo: si la Argentina podrá eludir el abismo y evitar caer
en cesación de pagos de la deuda. El propio ministro admitió
que en los mercados se instaló la duda sobre la viabilidad
de su plan.
El fuerte debate que se generó en el Congreso en torno de las últimas
medidas de ajuste pareció dar crédito a la hipótesis
simplista de muchos financistas acerca del escaso plafón político
con el que cuenta el Ejecutivo. La noticia de que la Corte Suprema de
Justicia bonaerense rechazó los decretos de ajuste de Carlos Ruckauf
terminó por convencer a los inversores de que sería un mal
día bursátil. El nerviosismo se había apoderado de
los operadores, en medio de una ola de versiones. La que más sacudió
al mercado fue una que daba cuenta de una quita compulsiva que el Gobierno
haría a los pagos de intereses de la deuda, en la misma proporción
que la poda a los salarios de los agentes de la administración
pública y a las jubilaciones.
La agitación se reflejó en el incremento de la tasa de interés
interbancaria, que llegó a pactarse al 30 por ciento anual, el
doble que en la jornada anterior, por un préstamo a un día
de plazo. El call, que la semana pasada trepó al 250 por ciento
anual, sube cuando existe poca oferta de dinero en medio de las tensiones
financieras. Por su parte, el Banco Central asistió a los bancos
con 160 millones de pesos adicionales en pases activos al 18,5 por ciento
anual, totalizando 1774 millones.
A pesar de los esfuerzos de Domingo Cavallo por transmitir confianza,
lo cierto es que los financistas son muy pesimistas, especialmente en
Wall Street. Allí es donde prenden con fuerza los rumores y los
bancos de inversiones salen a vender bonos cuando se agitan las aguas.
Incluso, algunas instituciones neoyorquinas aprovecharon la fuerte suba
de los títulos de anteayer para desprenderse de parte de sus tenencias.
También en el microcentro porteño hay banqueros e inversores
que ya empezaron a pensar seriamente en el peor escenario: la cesación
de pagos. El argumento más sólido que tienen radica en que
el nuevo ajuste no provocará otra cosa que una profundización
de la recesión económica. Y, por lo tanto, de un empeoramiento
de la situación fiscal. Para colmo, la huida de depósitos
bancarios, sumada a la menor liquidez de los bancos ante la mayor captación
de títulos de la deuda y a la indisponibilidad de créditos
a los privados pintan un panorama financiero contraindicado para una economía
en expansión. Por su parte, las AFJP seguirán absorbiendo
bonos y no tendrán capacidad de invertir en otros activos financieros
ligados a la producción, como los papeles empresarios.
De acuerdo a algunas de las hipótesis de trabajo, el nuevo recorte
menguaría aun más el consumo popular con la consiguiente
caída de la recaudación impositiva. En vez de recuperación
habría un empeoramiento de las condiciones económicas. De
concretarse este escenario, Cavallo se vería obligado a profundizar
el ajuste en el último trimestre para cumplir con la promesa del
déficit cero. ¿Tendría margen político para
concretarlo? Muy pocos creen que esta opción pueda convertirse
en realidad. Los cavallistas, porque apostaron todo a generar una rápida
normalización financiera, con la consecuente reactivación.
Muchos corredores, en cambio, empezaron a descontar que se desembocará
en el peor de los mundos. Y la única duda que tienen es si al default
le seguirá la devaluación.
La pulseada del ministro con los mercados no es nueva, y tuvo diferentes
etapas desde que reasumió en Economía. La diferencia es
que cada vez se le van acortando más los tiempos, a pesar de que
después de cada round Cavallo respondió con las medidas
ortodoxas que le reclamaron los mercados. En el equipo económico
aseguran que Cavallo dará batalla. Y no se resignan a bajar los
brazos. Por ahora no cuenta con el visto bueno de los operadores. En los
fondos internacionales alegan que recién volverán a apostar
cuando la Argentina cumpla con el déficit cero.
La partida más importante que tendrá que ganar Cavallo refiere
a la confianza de los pequeños ahorristas. Si no se detiene la
salida de depósitos, al ministro le será muy complicado
ganar la pelea de fondo.
CAVALLO
DICE QUE EL MERCADO PUEDE LLEVAR AL DEFAULT
Si quieren, lo provocan
El ministro de Economía,
Domingo Cavallo, dijo en un reportaje publicado por el diario The New
York Times que Argentina no incumplirá con los pagos de su deuda.
Sin embargo, advirtió que la actitud de algunos inversores y analistas
de Wall Street podría provocar el temido default. Para el economista
de la Universidad de Columbia, Charles Calomiris, la cesación de
pagos de Argentina, si finalmente se produce, será la crisis
más anticipada de la historia de la economía mundial.
Si ellos (los mercados) quieren el default (incumplimiento),
pueden provocarlo. Pero Argentina no será la causa de él,
absolutamente no. Argentina cumplirá con sus obligaciones, pagará
los intereses de su deuda, subrayó.
Cavallo dijo también que no devaluará el peso, ya que una
medida por el estilo no atacaría las raíces del actual problema
económico. El problema en realidad es la falta de confianza
en nuestra capacidad de cumplimiento de nuestras obligaciones en cuanto
a la deuda pública, indicó. En otras palabras,
hemos acumulado una gran deuda pública de la misma manera que en
el pasado imprimíamos muchos billetes, confesó describiendo
la raíz del funcionamiento de la Convertibilidad. Fiel a su estilo
el superministro dijo que la solución es simple, tenemos
que mantener un constante e inmutable stock de deuda.
En la entrevista, que el diario acompaña con una foto de su hija
Sonia -quien en sus recientes nupcias debió padecer las manifestaciones
contra su padre por parte de empleados de Aerolíneas Argentinas,
el titular del Palacio de Hacienda reconoció que estos son
momentos muy difíciles para Argentina. Hace cuatro
meses, no me había dado cuenta de que nuestro crédito se
había evaporado totalmente, pero ahora lo entiendo, confesó.
Cavallo señaló que las medidas adoptadas por el Gobierno
para estimular la economía representan un conjunto de políticas
destinadas a aumentar la producción y la demanda interna, al tiempo
que se reducen los déficit y las tasas de interés. Cavallo
rechazó el pesimismo de Wall Street, asegurando, en contra de la
opinión de todos los analistas, que Argentina podría crecer
un 5 por ciento en el cuarto trimestre de este año, si logra apaciguar
los mercados de los bonos y reducir las tasas de interés a un nivel
adecuado.
El The New York Times señaló que, si bien la firma de un
acuerdo del gobierno nacional con las provincias dio un momento de respiro
a la crisis, los analistas de Wall Street continúan expresando
su preocupación porque consideran prácticamente inevitable
el incumplimiento de los pagos por parte de Argentina.
En tanto, el profesor de la Universidad de Columbia, Charles Calomiris,
quien ya había irritado a Cavallo al anunciar un potencial estado
de default de Argentina, volvió a la carga. Ayer declaró
que, antes de aplicar medidas restrictivas que profundizarán la
recesión, la Argentina debería avanzar en una renegociación
parcial o total de su deuda que le permita una quita de entre el 30 y
el 40% de sus pasivos, como una salida a su crisis actual. Se han
desperdiciado tres meses, ya que en abril los tenedores de deuda argentina
estaban dispuestos a llevar adelante una renegociación parcial
o total de la deuda, detalló Calomiris. Si la crisis
argentina finalmente se produce, será la crisis más anticipada
de la historia de la economía mundial, concluyó.
El lunes, día
de reposo
Desde que se profundizó la crisis, en la primera semana
del mes, los depósitos bancarios totales cayeron en 3822
millones. No obstante, el lunes último se registró
un alivio respecto de las jornadas anteriores: la huida se limitó
a 24 millones, contra un promedio diario de 600 millones los días
anteriores. De todos modos, los depósitos a plazo fijo cayeron
567 millones (92 millones en pesos y 475 millones en dólares),
lo que demuestra que gran parte de éstos pasaron a cuentas
corrientes y cajas de ahorro. En plazo fijo, la caída llega
a los 1967 millones. En tanto, las reservas del Banco Central cedieron
el lunes en 99 millones, acumulando un descenso de 2476 millones
en lo que va del mes.
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Bancos con mala nota
La calificadora de riesgo inglesa Fitch siguió los pasos
de sus colegas estadounidense S&P y Moodys y rebajó
las notas otorgadas a los bancos argentinos. En su justificación,
la agencia destacó el aumento del riesgo provocado
por un marcado deterioro de la situación económica.
Las perspectivas de una recuperación económica
siguen lejanas, señaló Fitch. Además,
añadió que el Gobierno fracasó
en su intento por ganarse la confianza de los financistas y pequeños
ahorristas, a pesar del éxito el megacanje de
la deuda realizado hace cuatro semanas. Los bancos argentinos
no pueden evitar los efectos del deterioro del clima económico,
apuntaron los analistas de Fitch. Hace una semana, la agencia había
degradado la nota de la Argentina.
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CAVALLO
DICE QUE EL MERCADO PUEDE LLEVAR AL DEFAULT
Si quieren, lo provocan
El ministro de
Economía, Domingo Cavallo, dijo en un reportaje publicado por el
diario The New York Times que Argentina no incumplirá con los pagos
de su deuda. Sin embargo, advirtió que la actitud de algunos inversores
y analistas de Wall Street podría provocar el temido default. Para
el economista de la Universidad de Columbia, Charles Calomiris, la cesación
de pagos de Argentina, si finalmente se produce, será la
crisis más anticipada de la historia de la economía mundial.
Si ellos (los mercados) quieren el default (incumplimiento),
pueden provocarlo. Pero Argentina no será la causa de él,
absolutamente no. Argentina cumplirá con sus obligaciones, pagará
los intereses de su deuda, subrayó.
Cavallo dijo también que no devaluará el peso, ya que una
medida por el estilo no atacaría las raíces del actual problema
económico. El problema en realidad es la falta de confianza
en nuestra capacidad de cumplimiento de nuestras obligaciones en cuanto
a la deuda pública, indicó. En otras palabras,
hemos acumulado una gran deuda pública de la misma manera que en
el pasado imprimíamos muchos billetes, confesó describiendo
la raíz del funcionamiento de la Convertibilidad. Fiel a su estilo
el superministro dijo que la solución es simple, tenemos
que mantener un constante e inmutable stock de deuda.
En la entrevista, que el diario acompaña con una foto de su hija
Sonia -quien en sus recientes nupcias debió padecer las manifestaciones
contra su padre por parte de empleados de Aerolíneas Argentinas,
el titular del Palacio de Hacienda reconoció que estos son
momentos muy difíciles para Argentina. Hace cuatro
meses, no me había dado cuenta de que nuestro crédito se
había evaporado totalmente, pero ahora lo entiendo, confesó.
Cavallo señaló que las medidas adoptadas por el Gobierno
para estimular la economía representan un conjunto de políticas
destinadas a aumentar la producción y la demanda interna, al tiempo
que se reducen los déficit y las tasas de interés. Cavallo
rechazó el pesimismo de Wall Street, asegurando, en contra de la
opinión de todos los analistas, que Argentina podría crecer
un 5 por ciento en el cuarto trimestre de este año, si logra apaciguar
los mercados de los bonos y reducir las tasas de interés a un nivel
adecuado.
El The New York Times señaló que, si bien la firma de un
acuerdo del gobierno nacional con las provincias dio un momento de respiro
a la crisis, los analistas de Wall Street continúan expresando
su preocupación porque consideran prácticamente inevitable
el incumplimiento de los pagos por parte de Argentina.
En tanto, el profesor de la Universidad de Columbia, Charles Calomiris,
quien ya había irritado a Cavallo al anunciar un potencial estado
de default de Argentina, volvió a la carga. Ayer declaró
que, antes de aplicar medidas restrictivas que profundizarán la
recesión, la Argentina debería avanzar en una renegociación
parcial o total de su deuda que le permita una quita de entre el 30 y
el 40% de sus pasivos, como una salida a su crisis actual. Se han
desperdiciado tres meses, ya que en abril los tenedores de deuda argentina
estaban dispuestos a llevar adelante una renegociación parcial
o total de la deuda, detalló Calomiris. Si la crisis
argentina finalmente se produce, será la crisis más anticipada
de la historia de la economía mundial, concluyó.
Media gorra sigue
vacía
Mientras los bancos efectivizaron ayer la primera cuota de
200 millones del total de 500 millones de dólares que
aportarán al Fondo Fiduciario de Desarrollo Provincial, algunas
privatizadas analizaban los pedidos que le formuló el Gobierno.
En concreto, las empresas del sector energético y del servicio
de aguas son quienes deben responder al pedido oficial de un aporte
solidario, que sería tomado a cuenta del impuesto a
las Ganancias. Esa es la misma condición en la que participaron
las entidades financieras.
Además del aporte de los bancos, el Gobierno ya cuenta con
150 millones de Repsol YPF y con otros 150 millones que entregarán
entre Telefónica y Telecom, en partes iguales. Anoche, Cavallo
se reunió con directivos de las empresas energéticas
y de aguas en procura de los 200 millones restantes para llegar
al objetivo de 1000 millones. De la reunión participaron,
entre otros, representantes de las empresas Edenor, Edesur, Metrogás,
Gas Natural BAN, Camuzzi, y Aguas Argentinas. El Fondo Fiduciario
provincial tiene el objetivo de ayudar a los distritos del interior
a efectuar sus ajustes del gasto sin dejar de atender las urgencias
sociales.
También con el objetivo de cubrir las necesidades de financiamiento
de este año, Economía está preparando un canje
de Letras del Tesoro (Letes) por títulos de entre 12 y 18
meses de plazo. Los más probable es que estos bonos sean
lanzados a tasas de interés variables, de manera tal de aprovechar
un futuro abaratamiento en los costos. Este año vencen Letes
por 4200 millones, pero el Gobierno no cambiaría todo el
stock sino que cubriría parte de los vencimientos con diversos
aportes de las AFJP.
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