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Según los Domínguez de Agremiados
y de AFA, el Apertura no empieza

Jorge, de Agremiados, y Héctor, tesorero de AFA, coinciden en el diagnóstico: no hay cómo cumplir con los compromisos firmados tras
la huelga de mayo. Sólo el quinto codificado traería el dinero salvador.

Jorge Domínguez: �Salvo por arte
de magia�. Héctor Domínguez: �No sé cómo podemos seguir�.

Por Gustavo Veiga

Las definiciones de quienes tienen que decidir sobre el comienzo de los campeonatos están cargadas de pesimismo. Jorge Domínguez, representante de Agremiados, sostiene: “Salvo por arte de magia, es imposible que empiecen los torneos”. Héctor, el otro Domínguez que pesa en estas cuestiones (es el tesorero de la AFA y presidente de Gimnasia y Esgrima), afirma: “No tengo claro cómo podemos seguir. Y, lo que más me preocupa, es de dónde vamos a obtener el dinero para cumplir con la segunda parte del acuerdo”. En la misma sintonía, José Luis Meiszner, uno de los hombres que negoció con el sindicato de jugadores durante la huelga de mayo, comenta: “Quisimos ser el mejor de la escuela en el peor momento del país. El próximo 25 debería estar todo pago, pero nosotros no lo podemos hacer con bonos como el Estado”.
Si fuera por lo que indican estos mensajes, el fútbol sería sometido a unas largas vacaciones forzadas. Pero, la bendita televisión, con su avidez por vender uno de los productos más codiciados, no se quedará con los brazos cruzados. El Comité Ejecutivo que preside Julio Grondona intentó aprobar el martes pasado la emisión codificada de un quinto partido de Primera División, que les hubiera permitido a los clubes de esa categoría recaudar 10 millones de pesos adicionales. Este dinero serviría para abonar una parte del 65 por ciento de la deuda pendiente con los planteles. Sin embargo, la resolución se postergó y apenas se criticó a los dirigentes de Talleres, Belgrano y Central porque hicieron mal los deberes. Entonces, sólo si el gremio de futbolistas cediera en su legítima pretensión de hacer valer el acuerdo firmado el 10 de mayo ante el Ministerio de Trabajo, el fútbol quedaría en condiciones de ponerse en marcha. Se trata de una decisión conflictiva que implica un riesgo: convertir en letra muerta los compromisos asumidos. O sea, dar pie para que se piense –y con razón– que sigue la fiesta.
Hasta ahora, Agremiados no parece estar dispuesto a aceptar un cambio en los progresos que obtuvo gracias al último paro. “Si hablamos en su momento de refundar el fútbol, no podemos apelar al riesgo país para modificar las garantías que estaban dadas. Si nos quedamos en el aspecto global, las crisis se repiten a cada rato y esta Argentina problemática de hoy se veía venir. Todo el mundo diagnosticó los problemas que estamos viviendo”, analizó Domínguez, el dirigente de los futbolistas. Cuando el gremialista fue consultado sobre el efecto no deseado del conflicto –el incremento de la desocupación entre los jugadores profesionales–, respondió: “Siempre hubo entre 150 y 160 futbolistas libres por año, estamedia es histórica”. Hoy, sólo entre los de Primera División, se estima que unos 115 rescindieron sus contratos o no los firmaron cuando les correspondía hacerlo por primera vez.
Desde la AFA se argumenta que será difícil cumplir con las metas pautadas . cualquier semejanza con el gobierno nacional y el FMI es una mera coincidencia . y que se ha realizado “un esfuerzo descomunal”, según la definición de Héctor Domínguez. El directivo, un hombre clave en las negociaciones que se desarrollaron con Agremiados, está preocupado por el futuro inmediato: “Veo la crisis de los mercados, las tasas y, respecto al 65 por ciento de la deuda que aún resta pagar, aspiro a que prive el sentido común. Habría que acordar una nueva forma de pago con una garantía”. Esto significa el abandono del acta acuerdo refrendado ante la ministra de Trabajo, Patricia Bullrich. Una situación que, hasta hoy, Agremiados se resiste a aceptar.
Por lo pronto, el dinero que fueron percibiendo los planteles de las tres categorías profesionales salió de la tesorería de la AFA, ya que el primer tramo del crédito gestionado ante el banco Credit Suisse, por 17.500.000 pesos, recién se acaba de cobrar. Ahora bien, si como se acordó debe sancionarse a los clubes que no estén al día con sus jugadores, ¿cómo hará la propia AFA para castigarlos si está a punto de no cumplir con su parte? (el 31 de este mes, todos los equipos deberían haber cobrado hasta el sueldo de abril, inclusive, con fondos aportados por la asociación).
El desbarajuste es fenomenal. El riesgo fútbol, una especie de variable económica, está por las nubes y no hay quien lo frene. Los dirigentes han sido desbordados y, entre ellos, ya han comenzado a aparecer las fisuras. Los pocos que tienen las cuentas en orden exigen sanciones para los incumplidores y que los campeonatos se inicien igual. Quienes están en mora buscan con desesperación la transferencia de algún futbolista o seguir cobrando a cuenta derechos televisivos. En ese marco, la palabra empeñada vale menos que los ingresos de un jubilado o un trabajador del Estado.

 

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