No se puede decir que el cine
italiano haya recuperado el lugar de privilegio que supo tener alguna
vez en la cartelera de Buenos Aires, pero la presencia en estos días
de un film de impacto popular, como Pan y tulipanes, de Silvio Soldini,
más la revelación de Prefiero el rumor del mar, de Mimmo
Calopresti, le han dado cierto calor mediterráneo a las salas porteñas.
A ese panorama al que hay que agregar la expectativa ante La stanza
del figlio, el film de Nanni Moretti ganador de la Palma de Oro en Festival
de Cannes viene a sumarse ahora una Semana del Nuevo Cine Italiano,
que empieza hoy en el Cosmos (Corrientes 2046), con ocho films inéditos
en Argentina.
Organizada por Italiam Quality Film y Buskin Film, con la colaboración
de la distribuidora local Cine 3 S. A., la muestra se propone
acercar al público local una serie de films que reflejan el espíritu
del cine italiano más reciente, realizaciones de autores ya consagrados
y también de nuevos valores, no solamente en la dirección
sino también en la actuación y en los rubros técnicos.
A los nombres de Valeria Golino, Harvey Keitel, Giancarlo Giannini, Ornella
Muti, Franco Interlenghi y Massimo Ranieri hay que sumarle en los films
del ciclo nuevas estrellas que han surgido en los últimos años,
como Margherita Buy, Stefania Rocca y Maddalena Crippa.
El ciclo se abre esta noche con Reconciliados (Reconciliati), dirigida
por Rosalia Polizzi y protagonizada por Beatriz Spelzini, dos argentinas
radicadas en Italia que en febrero pasado presentaron este film en el
Festival de Berlín. La historia se desarrolla en Roma, en un largo
fin de semana de verano, cuando un grupo de amigos se reúne después
de haberse perdido de vista durante años. La ocasión del
encuentro la motiva la salida de la cárcel de un ex amigo y compañero
de lucha, acusado y condenado por el asesinato de un juez en los años
80. El retorno de este amigo reabre en el grupo conflictos privados
y políticos que no habían sido superados a lo largo del
tiempo transcurrido.
La muestra continúa a partir de mañana con La auditoría
(Laccertamento), de Lucio Lunerti, con Lino Capolicchio y Giulio
Broghi, que interpretan a dos presuntos amigos de la infancia, enfrentados
a los recuerdos y a la sombra de una traición. Juegos de equilibrio
(Giochi dequilibrio), de Amedeo Fago, con Stefania Rocca (una belleza
que fue jurado en el último Festival de Cine Independiente de Buenos
Aires) y Gianmarco Tognazzi, dos actores que cuando comienzan a filmar
su propia love-story, desatan un extraño juego entre
ellos. Contra viento (Contravento), de Peter del Monte, con Valeria Golino
y Margherita Buy, también participó de la última
Berlinale, donde llamó la atención con la historia de dos
hermanas y sus mundos completamente diferentes, cruzados por un amor que
las reunirá o las separará definitivamente.
El guardián (Il guardiano), de Egidio Eronico, es la historia de
un hombre mantiene a una joven (Chiara Muti) prisionera en el sótano
de una apartada casa de campo. La situación llega al extremo cuando
el mundo exterior se introduce en esa extraña situación.
¿Era realmente un secuestro? Una larga, interminable noche de amor
(Una lunga, lunga, lunga notte damore), otro hallazgo de la Berlinale,
marcó la reaparición del veterano realizador Luciano Emmer,
que aquí narra varias historias simultáneas, protagonizadas
por Giancarlo Giannini y Ornella Muti, entre otras figuras del cine italiano.
Nocturnos profundos (Fondali notturni), de Nino Russo, con Massimo Ranieri,
se inicia en una noche en una típica plaza de Nápoles, donde
se materializan los recuerdos de Eduardo de Filippo en Nápoles
Millonaria, de Totó en El Oro de Nápoles y también
Vittorio de Sica y Sophia Loren, entre muchos otros fantasmas. Finalmente,
Desamparo (Vipera), de Sergio Citti (amigo y colaborador de Pasolini),
con Harvey Keitel y Giancalo Giannini, rescata del olvido un aspecto de
la vida que recuerda a la Italia olvidada, empobrecida de los años
60,cuando el hambre, la miseria y el recuerdo de la guerra llenaban
las noches y los días de casi todos los italianos.
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