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RATIFICARON LA FALTA DE MERITO POR LOS SOBORNOS
El Senado sigue sospechado

La Sala I de la Cámara
Federal porteña confirmó que �las pruebas recolectadas� no permiten acusar a los senadores denunciados por sobornos. El juez Cavallo los seguirá investigando.

La camarista Luisa Riva
Aramayo y su par Horacio Vigliani ratificaron la decisión de Liporaci.

Por Adriana Meyer

“Ninguna prueba se ha recolectado en los abultados treinta y dos cuerpos de expediente que lleve a sostener que los imputados cuyo procesamiento se pretende hayan siquiera aceptado promesa para hacer o dejar de hacer algo relativo a su función”. Con esta frase, la Sala I de la Cámara Federal porteña confirmó la falta de mérito de los senadores acusados de haber cobrado sobornos para votar la Reforma Laboral. El ex juez Carlos Liporaci había indagado a los justicialistas Emilio Cantarero, Remo Costanzo, Angel Pardo, Eduardo Bauzá, Augusto Alasino, Ricardo Branda, Ramón Ortega y Alberto Tell, y a los radicales Javier Meneghini, Raúl Galván y Alcides López. Pero el 30 de diciembre dictó la falta de mérito a todos. Los fiscales Eduardo Freiler y Federico Delgado apelaron la medida sólo por siete de ellos, pero los camaristas Luisa Riva Aramayo y Horacio Vigliani ratificaron ayer la decisión de Liporaci, es decir, que no hay “mérito” para procesarlos, pero tampoco para sobreseerlos. Esto significa que seguirán siendo investigados como sospechosos en el expediente.
Mientras en algunos despachos del Honorable Senado de la Nación se escuchaban gritos de júbilo, y otros legisladores más recatados respiraban por fin aliviados, en los tribunales federales de Retiro un par de funcionarios judiciales masticaron su bronca. “La causa queda en coma, y en una carilla concluyeron que tras once meses de trabajo esto fue sólo un rumor... no es serio”, se quejó ante Página/12 uno de los investigadores. Comentó, además, que a los fiscales la decisión les causó “hartazgo y desazón”. Desde el juzgado de Gabriel Cavallo, que se hizo cargo del caso tras la renuncia de Liporaci, ratificaron que la decisión de la Cámara “no significa la muerte de la causa y la investigación está encaminada”. Allegados al magistrado precisaron que se están realizando cruces telefónicos entre los imputados y otras medidas pendientes, aunque admitieron que, tal como señaló la resolución de la sala I, están demorados los informes sobre la situación patrimonial de los senadores, sus familiares y empleados. Y confirmaron que comenzarán a indagar sobre la posibilidad de que el dinero sucio de las coimas haya salido del sector privado. Pero aseguraron que no hay ningún elemento que permita concretar las indagatorias del ex ministro de Trabajo, Alberto Flamarique, del ex jefe de la SIDE, Fernando de Santibañes y del senador José Genoud, ordenadas por Liporaci aunque suspendidas por Cavallo.
Freiler y Delgado habían apelado la falta de mérito de Alasino, Costanzo, Tell, Pardo, Branda, Cantarero y Meneghini. Y dejaron afuera de sus sospechas a Ramón Ortega, Eduardo Bauzá, Alcides López y Raúl Galván. Pero a partir de ahora, la falta de mérito les corresponde a los once senadores imputados.
Según los fiscales, distintos testigos manifestaron su convicción sobre la existencia del hecho. Pero Riva Aramayo y Vigliani indicaron que “omitieron relatar que al manifestarse acerca de tal íntimo sentimiento no han podido sostener un conocimiento directo. En efecto, resultan ‘testigos de oídas’ en tanto declaran lo que oyeron sobre el hecho y no sobre el hecho mismo”. En esa categoría entraron Cristina Fernández de Kirchner, Horacio Usandizaga, Pedro Del Piero, Silvia Sapag y los propios denunciantes Antonio Cafiero y Chacho Alvarez.
Con respecto al testimonio de la periodista Fernanda Villosio, que ratificó que el senador Cantarero le confesó haber cobrado un soborno, los camaristas precisaron que no hay nuevos elementos que “permitan eliminar la contradicción con lo expresado por el legislador en su indagatoria”, y por lo tanto, del careo al que ambos fueron sometidos sólo quedó “la palabra de uno frente a la del otro”. Riva Aramayo y Vigliani afirmaron que las declaraciones testimoniales se asientan en “la publicación efectuada por un respetado periodista (Joaquín Morales Solá) que refirió la existencia de versiones sobre el hecho, y en las sospechas de algunos senadores”. Pero cuestionaron a algunos políticos porque “lasexhortaciones que realizaron frente a los medios periodísticos se disipan y quedan minusválidas con sus testimonios”. Y concluyeron que “sólo se cuenta con las versiones, fueren periodísticas o políticas, volcadas en el expediente pero ninguna alcanza el imprescindible valor de referencia directa”.
Los camaristas señalaron que, aunque la SIDE sigue bajo sospecha de haber sido la proveedora del dinero de las coimas, un informe de la Oficina Anticorrupción (OA) referido a dos cheques cuyo destino parecía dudoso concluyó que la documentación mostrada por la central de inteligencia justifica el dinero gastado por los espías.
El caso empezó hace un año como un rumor, se convirtió en un anónimo, luego en causa judicial y terminó con las carreras políticas de De Santibañes y Flamarique. Fue el detonante, además, de la renuncia del vicepresidente, Chacho Alvarez, el principal denunciante.

 


 

ORDEN DE CAPTURA CONTRA UNA ASESORA DE BORDON
Una ex diputada amiga de lo ajeno

El juez de Garantías de La Plata, Guillermo Atencio, ordenó la detención de la actual asesora de la Dirección de Cultura y Educación bonaerense y ex diputada provincial peronista, Patricia Fernández, por una causa sobre supuesta malversación de caudales públicos. La funcionaria está acusada de haber otorgado subsidios a familiares y empleados suyos, usando fondos de la Legislatura provincial. Además, la Fiscalía platense tiene documentación que probaría que la asesora de la dirección que comanda José Octavio Bordón sería propietaria de por lo menos cinco inmuebles, por lo que se investiga si se enriqueció ilícitamente.
La Dirección de Cultura y Educación no para de sufrir tropiezos; la semana pasada, el propio Bordón se vio envuelto en un escándalo cuando reconoció que la plata destinada al Fondo de Incentivo Docente había sido usada para otros fines por la Gobernación bonaerense. Por otro lado, los empleados de la repartición están molestos por la decisión de pagarle en bonos a quienes cobran más de 700 pesos de sueldo. Como una nueva cuenta del collar, se sumó la orden de detención de Fernández.
Según los fiscales Carlos Agüero y Esteban Lombardo, distintos allegados a la ex diputada del PJ habrían recibido subsidios por 10 mil y por 20 mil pesos, y en algunos casos el dinero habría sido depositado en una cuenta bancaria a nombre de la asesora de la Dirección de Escuelas. Página/12 ya había revelado en agosto del año pasado las maniobras de Fernández, luego de que fueran denunciadas por una ex empleada suya, Silvia Di Donato, quien aseguró que la funcionaria la hizo nombrar en la Legislatura, aunque jamás cumplió tareas en el Parlamento provincial.
El juez Atencio también ordenó la captura de la madre de Fernández, Amalia Brovarone, de su hermano Juan Pablo, y de seis ex empleados de la Legislatura. Todos habrían recibido subsidios del Tesoro bonaerense, por una suma total de 85 mil pesos, según calcularon miembros de la Unidad Funcional de Investigaciones Complejas. Hasta el cierre de esta edición, Fernández todavía no había sido detenida.

 

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