Por Darío
Pignotti
Desde
San Pablo
El Senado brasileño
es un castillo de naipes. Hace un mes y medio había renunciado
el poderoso senador bahiano Antonio Carlos Magalhaes, implicado en el
espionaje de votos en la Cámara alta. Ayer, cayó su presidente,
Jader Barbalho, envuelto en una estafa. Presionado, inclusive por sus
compañeros de partido (Partido del Movimiento Democrático
Brasileño, centro), Barbalho solicitó 60 días de
licencia, con lo cual preserva la inmunidad (impunidad) parlamentaria
siempre que no se lo condene a la casación del mandato en las comisiones
de Etica y Decoro parlamentario que deben iniciarle proceso.
Según una investigación del Banco Central, Barbalho desvió
unos dos millones de dólares cuando gobernaba la provincia de Pará,
en 1985. Otras investigaciones lo acusan de haberse robado media Amazonia:
sus testaferros captaron más de 80 millones de dólares destinados
a programas de desarrollo ambiental. Cuando fue ministro de Reforma Agraria,
en 1987, Jader (así le dicen) se habría quedado
con algunos millones destinados a la expropiación de haciendas
improductivas. La más conocida de ellas es Paraíso, una
propiedad imaginaria que Barbalho inventó y luego expropió
para un amigo.
Barbalho intentó diferir su alejamiento de la presidencia del Senado
hasta último momento pero los documentos publicados por la revista
Veja el fin de semana fueron una prueba incontestable de la estafa al
Banpará (Banco de Pará). Desde el lunes crecieron las presiones
de la bancada del PT (Partido de los Trabajadores, izquierda) mientras
el PMDB, partido de Barbalho, buscaba una salida elegante.
En la tarde de ayer estalló otra bomba: la revista Isto é
ventiló un soborno de cinco millones de dólares con el que
Barbalho habría corrompido a la Superintendencia de Desarrollo
de la Amazonia (Sudam) para obtener un crédito de 40 millones.
Si esto fuera verdad deber corresponder la casación del mandato,
dijo la senadora Heloísa Helena, del PT.
El procurador general Geraldo Brindeiro, generalmente atento al presidente
Fernando Henrique Cardoso, había evitado presionar a Barbalho hasta
ayer cuando anunció que solicitará la quiebra del sigilo
bancario, fiscal y telefónico de Barbalho, lo que sería
un golpe de gracia.
El caso Barbalho mancha la ya flaca reputación del Senado, luego
del caso Magalhaes. La caídas de esas dos ballenas
intocables que fueron Barbalho y Magalhaes expresan la crisis que afecta
al Senado, coto controlado por las oligarquías políticas
provinciales. Pero el affaire Barbalho también golpea en el Planalto,
donde el presidente Cardoso ve cómo se desploman su imagen y su
base política integrada por socialdemócratas, centristas
(PMDB) y derechistas (Partido del Frente Liberal, PFL). El apartamiento
de Barbalho fortalece directamente a su correligionario Itamar Franco,
enemigo de Cardoso, quien impulsa la ruptura del PMDB con el gobierno.
La presidencia del Senado ahora queda en manos del PFL, partido de Magalhaes,
otro de los que ayer rieron. En su discurso de renuncia el cacique bahiano
había anunciado vengarse de Barbalho. Magalhaes también
dejó un presente envenenado contra Cardoso cuando aseguró
que el Presidente sabía de los casos de corrupción que tenía
Barbalho.
Jader Barbalho es la cabeza de un clan que controla Pará, la exuberante
provincia amazónica cuya superficie equivale a media Argentina.
Merodea el poder desde 1967, fue dos veces gobernador, otras dos senador,
también diputado federal, estadual y concejal. También es
propietario de una televisora y un diario. Ayer Barbalho declaró
que su licencia puede prorrogarse por 60 días más. Su estrategia
es estirar los tiempos,preservar la inmunidad parlamentaria y ser reelecto
senador en octubre del 2002. De todos modos los Barbalho seguirán
en el Senado aunque Jader renuncie: su padre es el primer suplente y su
secretario el segundo. Como buen marido, Jader obsequió a su ex
esposa una diputación federal.
Si comen dos, comen
tres
Quizás Lula haya tomado nota de los cambios
en el paquete de ajuste de nuestro país y haya lanzado su
versión de redistribución de ingresos.
Es que el líder histórico del Partido de los Trabajadores
brasileño (PT) lanzó un programa bastante sencillo
para acabar con el hambre en Brasil: aplicar un impuesto del cinco
por ciento a las adiciones que tienen que pagar los clientes de
los restaurantes de lujo. El nombre del programa, lanzado por el
Instituto de Ciudadanía en el que participa el mismo Luiz
Inácio Da Silva, parece tener indudable inspiración
argentina: hambre cero. Según el Instituto de
Ciudadanía, con este impuesto, que es una de las fuentes
de financiamiento de un proyecto más amplio, se podrían
recaudar 100 millones de dólares anuales.
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COMO
SON LOS COLONOS RADICALES ISRAELIES
Un rostro nuevo en el terror
Por Ferrán
Sales *
Desde
Idna
Muerte a los colonos,
gritaron ayer millares de palestinos en las calles de Idna 18 mil
habitantes mientras llevaban a hombros desde la mezquita hasta el
cementerio los cuerpos de tres vecinos, entre ellos un bebé de
tres meses. Habían sido asesinados a tiros la noche anterior, cuando
viajaban en un coche, en una acción reivindicada por un grupo de
colonos radicales israelíes denominado Comité para
la seguridad en la carretera. La masacre conmocionó a los
palestinos, pero también a la población israelí,
que descubrió horrorizada que sus militantes radicales son también
capaces de perpetrar actos de barbarie y de terrorismo. Quizás
imbuido de este clima, el ministro de Defensa israelí, Benjamin
Ben Eliezer, por primera vez no rechazó de plano la presencia de
observadores internacionales, reclamada por los palestinos y apoyada ahora
por Estados Unidos, a condición de que estos observadores sean
norteamericanos.
Comité para la seguridad en la carretera no es un grupo
nuevo ni está solo; forma parte de una nube de organizaciones radicales
judías, que han decidido luchar por su cuenta en esta Intifada,
participando activamente en la guerra sucia impulsada desde
el propio Gobierno del ex general Ariel Sharon. Este grupo es heredero
de otro idéntico, que con el mismo nombre y los mismos objetivos
actuó en el período comprendido entre 1988 y 1995, en las
vías de acceso a los territorios autónomos. El Comité
rebrotaría con fuerza hace pocos meses en el norte de Cisjordania,
como replica a los francotiradores palestinos que acosan a los automovilistas
israelíes.
Esta organización clandestina está configurada por los elementos
más belicosos de los asentamientos judíos. En su mayoría
son miembros de las brigadas de autodefensa, que pertrechados con las
armas distribuidas por el ejército tratan de imponer sus reglas
en las zonas gobernadas por Yasser Arafat. Son especialmente activos en
las regiones rurales, donde la presencia del ejército o de la policía
palestina está muy debilitada. En los diez últimos meses
el Comité para la seguridad en la carretera ha reivindicado
otros dos atentados; el primero en los alrededores de la localidad palestina
de Alhula, cerca de Ramalá, donde los miembros de este grupo clandestino,
tirotearon y asesinaron a un conductor de un camión.
* De El País de Madrid. Especial para Página/12.
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