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Cine de superacción, con marcado acento asiático

�Contra la corriente�, el hiperkinético film de Tsui Hark, sirve para entender el porqué de la explosión internacional del cine de Hong Kong.

Detalle: Ringo Lam es el mismo que dirigió, hacia fines de los años 80, �City on Fire�, la película que encandiló al inefable Quentin Tarantino.

En “Contra la corriente”
todo sucede a mil por hora.
También se editó en video “Replicante”, de Ringo Lam.

Por Horacio Bernades

Parecería haber una suerte de acuerdo tácito entre el cine de acción y el video, consecuencia de ciertas pautas de consumo que relegan esa clase de productos al mercado casero. Todos los meses se editan novedades en ese rubro, pero éstas suelen parecerse a la comida-basura, para deglutir y tirar. Sin embargo, el espectador avisado sabe que conviene prestar atención a algunas de ellas. El método para saber a cuáles es muy sencillo: si los actores tienen los ojos rasgados y los realizadores nombres asiáticos difícilmente pronunciables, bien vale gastar los tres pesos del alquiler. En el peor de los casos, las piruetas de los dobles de riesgo van a justificar cada centavo invertido. Y si hay suerte, aparecerán verdaderas perlas en el fango.
Es el caso de dos títulos que, en rara coincidencia, se editan por estos días, al mismo tiempo. Uno de ellos se llama Replicante, actúa el belga Jean-Claude Van Damme, dirige Ringo Lam y edita el sello SBP. El otro es Contra la corriente, lo lanza LK-Tel y no tiene actores conocidos por aquí. Pero quien sepa algo sobre cine asiático no podrá dejar de pegar un respingo cuando vea que se trata de Time and Tide, lo más nuevo del venerado Tsui Hark. Ambos son de producción reciente. Replicant ni siquiera se estrenó todavía en Estados Unidos, mientras que Time and Tide acaba de hacerlo, con críticas sumamente elogiosas. Lo que importa aquí es el nombre de los realizadores. Ringo Lam es el mismo que dirigió, hacia fines de los años 80, City on Fire, la película que encandiló al inefable Quentin Tarantino. Hasta el punto de que no pudo resistir la tentación de “tomarle prestada” la idea central para Perros de la calle.
Tsui Hark, por su parte, es uno de los nombres esenciales detrás de la explosión internacional del cine de Hong Kong. Entre otras cosas, fue quien lanzó al hoy célebre John Woo, así como a la superestrella de artes marciales Jet Li. Tanto Lam como Hark fueron llevados a Hollywood en años recientes, como parte del megaproyecto de revitalizar el alicaído cine de acción de la Meca con el aporte de grandes talentos asiáticos, que empezó con Jackie Chan y John Woo y siguió con el mencionado Jet Li y, más recientemente, el supergalán Chow Yun Fat, protagonista de El tigre y el dragón. Ni uno ni otro pudieron por el momento mostrar todo lo suyo en América, tierra demasiado conservadora para dar cauce al desenfreno creativo que caracteriza al cine asiático.
Nueva reunión de Ringo Lam con Van Damme luego de la convencional Máximo riesgo, Replicante es un thriller que respeta obedientemente los códigos de la subespecie “asesino serial”, con el forzudo belga dando cuenta de madres solteras, en venganza ante ciertos abusos sufridos en su infancia. La película no va más allá de las rutinas del caso, aunque coquetea con lo descabellado a partir del momento en que una agencia gubernamental diseña al clon del título (el propio Van Damme, en doble papel), como modo de darle caza al Van Damme malo. Lamentablemente, Lam parece más tímido que John Woo y no se anima (o no tiene el poder suficiente para hacerlo) al encantador despiporre producido por éste, a partir de una temática vecina, en la demencial Contracara.
Lo de Tsui Hark es otra cosa. El hombre tampoco había podido mostrar lo suyo en sus dos globos de ensayos hollywoodenses, La colonia y Golpe fulminante (ésta también con Van Damme, que tiene predilección por los asiáticos). Time and Tide es su película de regreso a Hong Kong, producida por la división asiática de Columbia Pictures. Absolutamente en control de la situación, Hark consuma, en Contra la corriente, una película que dejará perplejo al más pintado. Famoso por filmar a mil por hora, las mejores películas de Hark se caracterizan por una hiperkinesis acumulativa en la que la forma cinematográfica se ve sometida a la más extrema de las manipulaciones, incluyendo una buena cantidad de travellings imposibles. Todo, a velocidades siderales. Hecha con un placer desbordante, enpermanente estado de furor creativo y desplegando una dinámica cinematográfica mil veces más veloz que el ojo humano, Contra la corriente es un Hark pleno y feliz. Una experiencia única, sin duda.

 

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