Por Adrián De Benedictis
Como en todo debut, la expectativa y la ansiedad por ver en acción a los nuevos protagonistas dominaban la escena en el estadio Monumental. River comenzaba una nueva temporada con el regreso de Ramón Díaz como conductor del plantel, y una de sus nuevas figuras, Esteban Cambiasso, hacía su presentación por primera vez con su nueva camiseta. El entrenador favorito de los hinchas volvía después de 17 meses, en medio de una dura lucha política por las elecciones que se desarrollarán a fin de año en la institución. Y los seis títulos que obtuvo en su experiencia anterior sirven como argumento para que los hinchas puedan renovar los ánimos después de un año de sequía.
Desde que llegó a Núñez para iniciar su segundo ciclo, uno de los reclamos que viene solicitando Díaz es la incorporación de jugadores. El entrenador sabe que ésta es la mejor oportunidad para formar un plantel de jerarquía, teniendo en cuenta que a fin de año sólo se podrán sumar dos futbolistas. Por ello, la falta de reacción de los directivos para acordar la llegada de refuerzos desembocó en el primer cortocircuito entre el técnico y los dirigentes. El riojano insiste con tres nombres: Federico Domínguez, José Flores y el paraguayo José Cardozo (ver aparte). Hasta el momento, los que arribaron a Núñez fueron el arquero Angel Comizzo y el mencionado Cambiasso.
Uno de los preferidos del entrenador precisamente es el ex jugador de Independiente, que ayer convirtió su primer tanto para marcar el 1�1, pero que no llegó a destacarse en la mala tarde que tuvo el equipo. Y por lo que mostró ayer River en la derrota por 4�2 ante Gremio de Brasil, por el Grupo E de la Copa Mercosur, quedó evidenciado que necesita alguna cara nueva si pretende conseguir este certamen y el torneo local. El día que selló su vínculo con el club, Díaz dijo que River sería �un equipo bien ofensivo�, pero todavía parece estar lejos de llegar a ese objetivo.
Si bien recién fue el primer encuentro, River careció de un conductor claro, porque ni D�Alessandro ni Cambiasso pudieron adueñarse del mediocampo, y en consecuencia Ortega se retrasó un poco para entrar en contacto con la pelota. De esa manera, el goleador Cardetti quedó demasiado solo en el ataque. En principio, si se concretan las llegadas de Flores y Cardozo, allegados al técnico comentan que Ortega jugaría más atrás, y Cardetti y D�Alessandro integrarían el banco de suplentes.
Pero, sin duda, River tiene muchas dificultades en el sector defensivo. Lombardi no demostró seguridad cuando tuvo que controlar a los delanteros rivales, y tampoco tuvo precisión las pocas veces que pasó al ataque. Por el otro lado, a Franco se le hace más difícil por no estar acostumbrado a jugar por esa franja. En tanto, los centrales no cubrieron nunca las espaldas de los laterales, y tampoco se complementaron entre ellos. Encima, el arquero Costanzo no transmitió tranquilidad a sus compañeros: en el segundo gol del Gremio le dejó el rebote a Tinga, y en el tercero le regaló la pelota a Polga. Sobre el final, los brasileños cerrarían la goleada con una gran combinación colectiva, que terminó definiendo Zinho de zurda.
El comienzo no fue el esperado. El próximo fin de semana jugará su segundo partido por la Copa, y en dos semanas comenzará su participación en el torneo Apertura. River necesita cambiar rápido si pretende obtener cosas importantes.
Gruesas fallas
Una de las claves fundamentales del triunfo de Gremio fue la actuación de Fabio Baiano. El delantero brasileño encabezó todos los ataques del equipo visitante y habilitó con acierto a sus compañeros.
El principal inconveniente de River fue su fragilidad defensiva. A los laterales se los vio demasiado inseguros, y los centrales tampoco transmitieron tranquilidad desde el fondo.
Otro de los que se destacó en el Gremio fue el lateral izquierdo Rubens Cardoso. Cada vez que encaró por su franja fue imparable para los jugadores de River.
El arquero de River también tuvo que ver en la derrota de su equipo. Dio rebote en varias oportunidades, no cortó bien los envíos aéreos, y falló cuando intentó iniciar un contraataque. |
Cancha: River. Arbitro: Carlos Torres (Paraguay). Goles: 8m Lima (G), 33m Cambiasso (R), 53m Tinga (G), 66m Ortega de penal (R), 80m Polga (G), 87m Zinho (G).
Cambios: 74m Mendes por Gral (G), 84m López por Cambiasso (R), 90m Guilherme por Baiano (G).
Incidencias: 69m expulsado Franco (R).
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Los refuerzos tan deseados
Luego de la derrota ante Gremio de Brasil, el técnico de River, Ramón Díaz, volvió a insistir en la necesidad de que lleguen jugadores para sumarse al plantel. Y las prioridades del entrenador siguen siendo Flores, Cardozo y Federico Domínguez. Por el primero se podría llegar a acordar la compra de un porcentaje en 1.750.000 dólares, y además se realizarían dos partidos amistosos con Deportivo La Coruña, el actual club del delantero. Por Cardozo, los mexicanos del Toluca piden 6 millones de dólares por la venta definitiva, algo que River está muy lejos de aceptar. Y por Domínguez, River pagaría 1,5 millón por el 50 por ciento a un grupo inversor, que le compraría el defensor a Vélez. Pero entre los tantos nombres que se mencionan por los pasillos del Monumental, ayer aparecieron el del delantero Juan Pablo Angel, que se desempeña en el Aston Villa inglés, y también se escuchó el de Juan Pablo Cárdenas, el lateral izquierdo de Unión que estuvo a préstamo en el Racing de Santander español. Además, fueron ofrecidos Fuertes y Klimowicz. |
FUTBOLISTAS BRASILEÑOS AGREMIADOS
Fútbol de guante negro
Por Juan Sasturain
El partido empezó con sol, pero al rato ya estaba nublado. Como los que jugaban bien �serenos muchachos blancos y negros con la camiseta de Almagro� no tenían hinchada, el clima en las tribunas, que empezó tibio, se enfrió enseguida. Y así siguió toda la tarde. Gremio jugó muy bien y River no. Y el partido, con seis goles, debe haber sido mucho mejor por televisión que estando ahí: la tablita dura, los dedos duros, la dura realidad. En vivo, eso sí, se vio seguramente mejor la diferencia táctica y conceptual: cómo los visitantes ocupaban el terreno mientras River sólo lo transitaba.
Los ordenados brasileños hicieron un fútbol de guante negro. No sólo por el frío. El guante en el trato, el negro en la seriedad. Pusieron un arquero de pinta antigua que hizo tiempo y diez que jugaron al fútbol. En general, se juntaron en todos los sectores y se ayudaron, como compañeros de gremio que son. Es probable que, como estaban fuera de casa, de salida hayan sido más cautelosos que en otras circunstancias. Atrás pusieron a un líbero blanquito con nombre de ajedrecista que terminó soltándose en el segundo y haciendo un golazo �el 8, Anderson Polga� y dos morochos Claudiomiro y Marinho que se ocuparon de Cardetti y Ortega, pero sin enloquecerse. Y salieron jugando casi siempre, con excepciones de necesario revoleo. En el medio, Gaviao se ocupó de D�Alessandro muy de cerquita, pero para joder nomás, mientras Tinga, el 7, el más menudo y con camiseta afuera, se jugaba todo: bombero y agresor, y otro que hizo un gol. Pero lo mejor estaba por los costados, por donde se iban �carrileros criteriosos� el 6 Rubens Cardoso por izquierda, que se hizo un picnic con el pobre Lombardi y (falta de) compañía, y el 2 Anderson Lima por derecha, con una pegada y manejo bárbaros, hizo el gol de tiro libre. Y van tres (goles) en pies de no�delanteros.
Más arriba jugó, armando y con el 11, el veterano y capitán Zinho, hombre de pausa y manejo, y dos arriba: el mejor de la cancha, el rapado Fabio Baiano, con el consabido 10 y mucha jerarquía, que arrancaba de más atrás y por derecha, y el más flojito ayer, Rodrigo Gral. Fabio Baiano parecía el Garrafa Sánchez, por lomo y características de juego. Muy agradable de ver, incluso excesivo en la gambeta en los últimos metros, buscando el gol de la tarde y del Mercosur.
Con esos jugadores y agrupándose mucho, juntándose para tapar caminos al rival y progresando en bloque, un Gremio nada generoso y sin lujos le manejó el partido a River yendo de menos �hizo el gol en su primera llegada y de tiro libre� a más: el último llegó tras mil toques con un literal pase al gol. Gremio de Porto Alegre fue un equipo, un conjunto, una formación. Lo que se debe.
River no lo fue. Se paró (lo pararon) mal, descompensado, y los esfuerzos individuales se diluyeron en el desorden. Con problemas consuetudinarios en el fondo �el arquero y los laterales defeccionaron� y sin agresividad arriba �Cardetti no anduvo bien� se enredó en la sabia maraña brasileña del medio: D�Alessandro intentó jugar siempre y perdió pocas; a Cambiasso se lo vio sin iniciativa, muy contenido en su sector, y Ortega fue, como siempre, generoso en el esfuerzo. Ojalá alcanzara con eso.
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