Por Claudio Scaletta
Luego de tres años de recesión y décadas de endeudamiento creciente, quedó cerrada para la Argentina la posibilidad de refinanciar los pasivos públicos a través de los mecanismos de mercado (crédito voluntario). Así lo reflejan los niveles de tasa de interés que debe pagar el Estado para la colocación de deuda. Para resolver esta situación, Domingo Cavallo recurrió a la podadora del Déficit Cero, una alternativa que no resolverá la �insolvencia estructural� de las cuentas públicas. La potencia de esta realidad, sumada al descrédito del discurso del ajuste perpetuo, comenzó a erosionar uno de los tabúes más consolidados del establishment económico: la viabilidad de pagar la deuda pública en las condiciones actuales. Las dificultades del Estado para hacer frente a sus compromisos se traducen así en el debate acerca de si el país puede o no ir a una cesación de pagos (default) con sus acreedores. Una situación que, a esta altura, parece haber dejado de depender de la voluntad de los hacedores de la política económica.
El escenario de un posible default es habitualmente planteado de manera polar. Por un lado están los que lo consideran una catástrofe y por otro los que lo analizan con optimismo. Los primeros, entre los que se cuentan en un bloque sin fisuras los economistas del establishment, describen sanciones gravísimas que llevarían a la desaparición de activos financieros y a una marginación permanente del circuito financiero internacional. Los segundos lo imaginan como una oportunidad para contar adicionalmente con decenas de miles de millones de dólares (los que hoy se destinan al pago del servicio de la deuda) para destinar a la reactivación de la economía. Cualquiera sea la valoración, lo cierto es que una cesación de pagos será siempre una situación compleja que no estará libre de costos �como no lo está ninguna convocatoria de acreedores� y cuyo resultado, positivo o negativo, dependerá de cómo se proceda en la renegociación. Sobre su viabilidad sin dejar de pertenecer a la comunidad internacional, basta remitirse a la propia jurisprudencia de la Corte Suprema de los Estados Unidos, que establece que �las moratorias son un remedio usual en épocas de crisis y constituyen en sustancia un reaseguro para el sistema�.
Por otra parte, la situación de �insolvencia estructural y no de iliquidez transitoria�, como señaló a
Página/12 el economista Alfredo Eric Calcagno, es algo que dejó de depender de la voluntad de quienes conducen el Ministerio de Economía. �Los mercados internacionales ya dan por descontado el default de la Argentina�, explicó a este diario el economista y profesor de la Universidad de Buenos Aires, Jorge Marchini. �Sólo dudan de cuándo ocurrirá formalmente y, en ese caso, cuál será su verdadero efecto contagio sobre la economía regional y mundial�, agregó.
Para el economista de la CTA, Martín Hourest, la pregunta que debe formularse es cuál es el nivel de costo social implícito en un default. Y la respuesta es que dicho costo ya está descontado en el nivel actual del riesgo país, es decir en la sobretasa de interés que el Estado debe pagar para colocar deuda. Para Hourest, esto significa que la Argentina ya recibió el castigo del default. La consecuencia es palpable: �el Estado ya no puede pagar ni la deuda ni sus gastos, el riesgo ya está�, afirma. Además, �es un hecho que están agotados todos los mecanismos de financiamiento del mercado�. En este punto, destacó, es importante �recordar la enseñanza del blindaje respecto del megacanje�. En el primero, �los únicos que pusieron dinero fueron los organismos multilaterales y no los mercados. Esto significa que en el momento que se termina la relación con los banqueros se pueden encontrar otros mecanismos�, concluyó.
Para Marchini, el Gobierno debería adelantarse a que el default ocurra en las peores circunstancias, como fueron los casos de Rusia (que el año pasado creció el 6 por ciento) o Ecuador (donde ya se restableció el flujo de capitales). Para ello es indispensable encontrar mecanismos para evitarla pérdida de reservas del Banco Central, las que ya cayeron entre el 31 de enero de este año y el 16 de julio de 25.500 a 18.800 millones.
Los propios antecedentes nacionales marcan algunos hitos que merecen recordarse. Durante la anterior gestión de Cavallo, Argentina renegoció su deuda por 32 mil millones de dólares emitiendo nuevos títulos (bonos Brady) por 31.600 millones y comprando un bono cupón cero del Tesoro de Estados Unidos por 3600 millones. Lo significativo es que el precio de mercado de los títulos argentinos, en ese momento, apenas si superaban los 5 mil millones. Un buen ejemplo de cómo hacer negocios para los acreedores aun con una deuda impagable.
Según Calcagno, asistimos a la crisis terminal del modelo de renta financiera iniciado a mediados de los �70. �Si miramos el balance de pagos, 1 de cada 2 dólares que ingresan por exportaciones se destinan a pagar intereses. Si se miran los ingresos corrientes, la relación es 1 de cada 4. Mientras tanto estamos en el peor de los mundos, porque no tenemos financiamiento como si estuviésemos en default, pero a la vez seguimos pagando como no sucedería con una moratoria�. Además, �en tres años de recesión el PBI cayó el 5 por ciento y tenemos un tercio de la población fuera del sistema�. Para el economista, una moratoria �no es el descenso a los infiernos sino una forma racional de resolver el problema de la deuda�.
Además, en este punto se cuenta con el apoyo de importantes sectores del gobierno de Estados Unidos. Para la derecha republicana, más vinculada con los sectores productivos que financieros, es hora de que los acreedores padezcan las consecuencias de haber prestado irresponsablemente. Los ejemplos que refieren son las crisis rusa y mexicana, donde no fueron los acreedores quienes perdieron, sino los organismos financieros internacionales, es decir �quienes pagan impuestos en Estados Unidos�.
Todo depende de quién y cómo negocie
El punto de coincidencia de todos los especialistas consultados por este diario es que el resultado de una posible renegociación de la deuda dependerá de quién y cómo la realice. Según Martín Hourest, un replanteo de la estructura de los vencimientos de deuda no será exitoso si se detiene sólo en las condiciones financieras. Antes bien, debe ser parte de un programa previo de �solvencia intertemporal�. En este sentido, el economista de la CTA consideró fundamental la existencia de mecanismos de redistribución del ingreso, pues �en las condiciones actuales, el dinero que no se destine al pago de intereses solo engrosará la concentración del capital en los sectores que hasta ahora se han privilegiado con el modelo�.
Para Marchini, es importante reparar en cómo han renegociado la deuda otros países. �Brasil, en 1937, recompró su deuda luego de una recalificación de los bonos que quedaron a precios bajísimos. En 1945, Inglaterra renegoció su deuda de 3750 millones de dólares en 50 pagos anuales, con un interés del 2 por ciento, que comenzaron a pagarse seis años después de la renegociación�. Además, Marchini también explicó que el déficit cero no es una salvaguarda para evitar la cesación de pagos y puso como ejemplo el default de los países asiáticos a partir de 1997, todos los cuales tenían superávit fiscal.
Calcagno recordó el plan para una moratoria argentina propuesto por los economistas Adam Lerrick y Allan Meltzer al Comité Económico Conjunto del Congreso de los Estados Unidos. Según el plan, el FMI debería aportar dinero para que Argentina recompre su deuda. Para ello, el primer paso sería una moratoria de entre 3 y 6 meses que deprecie los papeles argentinos, allí recién se aportaría el dinero para la recompra de los bonos y, a partir de entonces, se destinarían la mitad de los ingresos para pagar lo aportado por el Fondo. �Una situación dura, pero ciertamente mejor que la actual�, reconoció Calcagno. |
LAS EMPRESAS ANTE VENCIMIENTOS POR 5000 MILLONES
Hay que pasar el invierno
Hasta fin de año, el sector privado debe afrontar vencimientos de deuda por 5000 millones de dólares. Según un informe de la Fundación Capital, más del 40 por ciento de esta deuda, 2200 millones, vence en agosto. Aunque el trabajo sostiene que �las condiciones de financiamiento señalan que el mercado de deuda privada está en la actualidad virtualmente cerrado�, agrega que, �con un elevado margen de seguridad�, el sector no parece �presentar problemas para hacer frente a sus obligaciones�.
Del total de vencimientos detectados para el período agosto de diciembre �casi 5000 millones� el 49 por ciento corresponde a bancos. Los sectores que deben renovar o cancelar más deuda durante lo que resta del año son entonces, fundamentalmente los bancos, con 2.434 millones, petroleras con 582 millones, Telecomunicaciones con 447 millones, Energía Eléctrica con 417 millones, Comunicaciones con 338 millones y Gas con 240 millones.
Según la FC, si se observa el ranking de las empresas más endeudadas -entre las que se cuentan el Banco Río de la Plata con 661,2 millones e YPF con 488 millones�, más de la mitad de ellas presentan muy buena liquidez, respaldo a nivel internacional y en muchos casos �presentan mercados cautivos�.
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