Por Raúl Dellatorre
Medido por su �plataforma de oportunidades y opciones�, Argentina aparece entre los países en desarrollo más privilegiados para alcanzar niveles de bienestar humano de su población, incluso evidenciando una mejora en sus indicadores en los últimos años. Estos resultados, obtenidos por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, parecen contradecirse con una realidad en la que imperan la desigualdad, marginalidad y pobreza crecientes. En cambio, la propia entidad advierte sobre los riesgos de que, pese a las condiciones dadas, la población no reciba los beneficios. �El mercado por sí solo no va a resolver las necesidades de los pobres�, afirma Carmelo Angulo Barturen, coordinador para América latina del PNUD. En una entrevista exclusiva con
Página/12, puso de manifiesto el peligro de perder los valores alcanzados en materia de salud y educación, por ejemplo, si se plantean recortes del gasto público �que no los consideren prioritarios�.
�Argentina mejora en el último informe su nivel de desarrollo humano, colocándose en la banda alta de países. Significa que hay una plataforma positiva. En cuanto a su desarrollo tecnológico, tiene también un potencial relativamente alto. La proporción de siete científicos por cada 1000 habitantes es elevada�, comentó Barturen al presentar el trabajo de la PNUD en Buenos Aires.
�¿Cómo se compatibiliza eso con la sensación de crisis y desigualdad que se vive en el país desde hace ya varios años? �preguntó
Página/12.
�No cabe duda que presentar estos resultados en Argentina es bastante chocante, porque debería suponerse que con una plataforma de desarrollo humano de bastante nivel, como la que tiene, las condiciones económicas fueran más aliviadas. Yo diría que aunque en Argentina no están bien, tienen un punto de partida que muchos países envidiarían. Es un potencial que existe pero que se podría perder, en la medida en que cierto tipo de inversiones públicas, como salud y educación, pudieran considerarse no prioritarias. Pero es un efecto que recién se percibiría dentro de varios años. Algunos deterioros que se señalan en la situación de hoy, podrían incidir en los resultados de los indicadores de desarrollo humano futuros.
�¿Pero la gente expresa su malestar a partir de su situación actual, no por la potencial...?
�Tampoco hay una contradicción necesariamente entre indicadores de desarrollo humano favorables y el estado de malestar de la gente. Justamente, un alto potencial de desarrollo humano significa que han habido en el pasado decisiones en materia de educación, salud y economía que colocaron al país en condiciones de dar a sus habitantes una vida digna. Y si la sociedad no está recibiendo el reflejo de ese potencial, es lógico que lo reclame: me refiero al acceso al empleo y a la salud, por ejemplo. El problema es que antes el reclamo se le hacía al Estado y éste debía responder con sus políticas. Hoy, muchas de esas respuestas están absolutamente en manos privadas.
�Si la respuesta depende de una decisión económica privada y no de políticas públicas, ¿por qué habría de ser satisfactoria para la sociedad?
�Véalo así: con la crisis pierden todos. Las inversiones de riesgo tendrán menos rentabilidad. Si cae el consumo habrá menos ventas, menos servicios, actividades que hoy incumben al sector privado. Es éste el que mayoritariamente da empleo. Las crisis hoy llaman a alianzas más profundas para superarlas, porque hay una corresponsabilidad entre el sector privado, el gobierno, las ONG, en encontrar fórmulas equitativas para que todos se beneficien de los éxitos pero también sean corresponsables de las recesiones. Para la PNUD, lo grave es que con estas crisis el capital humano se deteriore, y con ello los logros alcanzados en materia de salud y educación.
�¿Cuáles son las políticas que ponen en riesgo estos logros?
�Aquellas que llevan a que los gastos públicos en salud y educación puedan disminuir, o que baje la calidad de los mismos y que lleve a que sectores de la población queden excluidos, sin poder optar a medios de vida dignos. En América latina y en otras regiones, afortunadamente,avanza la tesis de la �intangibilidad del presupuesto social�, es decir que sea lo último que se altere.
�¿Qué quiere significar la PNUD cuando habla de �la vuelta a las políticas públicas�?
�En muchos países, la mejora de los indicadores económicos no se traduce en reducción de la desigualdad. Se dan casos de pobreza extrema en países desarrollados en una medida en la que antes no se observaba. Por eso reivindicamos el valor de la vuelta a las políticas públicas. Hay países que han tomado decisiones importantes con resultados muy positivos sobre la realidad, a pesar de esa visión dominante de que, al privatizarse los servicios públicos, los gobiernos ya no pueden dar respuestas a los problemas públicos o detener el deterioro social. En el sentido más puro, lo que se plantea es la necesidad de concertar con el sector privado y otros actores sociales las políticas públicas, estudiando todos los riesgos y tomando en consideración todos los problemas.
�¿Ven perspectivas de mejoras sociales en el marco de las actuales políticas económicas?
�La ONU está a favor del desarrollo con equidad, que mire a la gente, en particular a los sectores más desfavorecidos, y cree una mayor cohesión social. Creemos que si en el sistema de comercio internacional se mejoraran las condiciones de acceso para los productos de los países en desarrollo y se reacondicionaran los montos y condiciones de pago de las deudas de los menos desarrollados, podría darse un cambio. Pero nos preocupa, por ejemplo, el descenso a la mitad en términos de PBI de la ayuda internacional que otorgaban los miembros de la OCDE a los países más pobres. La propuesta de reducir la deuda está orientada a países que ya no podían pagarla. La integración comercial mundial también resultó bastante injusta, porque mientras los países en desarrollo abrieron sus mercados y sus fronteras, los más desarrollados mantuvieron sus prácticas proteccionistas. Es necesario poner en consideración todos los riesgos, todas las condiciones vigentes en materia de acceso a la tecnología, al conocimiento, a la salud, de los países menos desarrollados.
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