El futuro del clima global se presentaba anoche negro como el carbón, o como el petróleo, combustibles fósiles que seguirán quemándose sin restricciones �si naufraga la ratificación del Protocolo de Kioto� o con muy pocas restricciones, si se aprueba la lavadísima versión que se discutía en la cumbre climática de Bonn. El problema de fondo es la decisión de Estados Unidos �principal emisor mundial de gases de efecto invernadero� de no ratificar el acuerdo. La Unión Europea intentaba ayer, al precio de grandes concesiones, unificar en una declaración al resto de los países, pero enfrentaba las reticencias de Japón, Canadá y Rusia, sin los cuales no se alcanzaría el mínimo necesario para sostener ningún posible acuerdo. Entretanto, los expertos de una comisión internacional creada por el mismo Protocolo agravaron sus predicciones para este siglo, entre las que se incluyen el derretimiento de hielos antárticos y la detención de la Corriente del Golfo.
El acuerdo de Kioto, firmado en 1997 y todavía no ratificado, pide que las emisiones de los gases causantes del recalentamiento global se reduzcan a los niveles de 1990. El actual gobierno de Estados Unidos ya anunció que no ratificará el convenio. Más aún, durante la cumbre del Grupo de los 7, George Bush �según denunció la organización ecologista World Wildlife Foundation�, habría presionado a otras delegaciones para que no firmen.
La ratificación es impulsada sin reservas por la Unión Europea. El Grupo de los 77 (ex �Tercer Mundo�) condicionó el voto a la recepción de ayuda económica para reconvertir los sistemas energéticos. De todos modos, Raúl Estrada �vicepresidente de la conferencia y embajador argentino� estimó que �hay un entendimiento fuerte entre el G-77, la Unión Europea y las principales organizaciones ambientalistas internacionales�.
Pero el hueso más duro de roer era el que representaban los países del �Grupo Paraguas�, integrado por Japón, Canadá, Australia y Nueva Zelanda, a los que se sumó Rusia: éstos habían exigido la facultad de seguir emitiendo gases industriales a cambio de plantar bosques �que supuestamente absorberían el dióxido de carbono� o incluso de pagarles a otros países para que hagan cultivos forestales. Esto les fue concedido.
�Este borrador contiene una serie de amplias concesiones al �Grupo Paraguas�, así como a los países en vías de desarrollo�, dijo ayer Juergen Trittin, ministro de Medio Ambiente alemán. Entidades ambientalistas calculaban que, como consecuencia de las concesiones al �Grupo Paraguas�, la reducción en las emisiones de dióxido de carbono no llegará en 2012 al 5,2 por ciento, como se previó en Kioto, sino sólo al 1,8 por ciento.
Sin embargo, anoche los países reticentes todavía no habían accedido a la firma, y además insistían en que se redujeran las penalidades previstas para los países que incumplan el ya desvaído acuerdo. El presidente de la cumbre de Bonn, Jan Pronk, anunció una nueva negociación, sólo sobre este punto, para la madrugada de hoy. Para que el Protocolo entre en vigencia se necesita, por lo menos, la ratificación de los países que sumen el 55 por ciento de las emisiones de gases de efecto invernadero.
Entretanto, los técnicos que integran el Grupo de Trabajo del Protocolo Internacional de Cambio Climático (IPCC) dieron a conocer su Tercer Informe de Evaluación, aun más alarmante que los anteriores: el incremento en la temperatura para este siglo se anticipa entre 1,4 y 5,8 grados; el informe anterior lo suponía de 1,3 a 5 grados. Según el informe, la tasa �es mucho mayor que los cambios observados durante el siglo XX y es muy probable que no tenga precedente durante los últimos 10.000 años�.
Los técnicos, que trabajaron bajo el auspicio de las Naciones Unidas, encontraron que el calentamiento de las últimas décadas tuvo ya efecto �sobre muchos sistemas físicos y biológicos� y que entre los riesgos probables están la fusión de las capas de hielo de Groenlandia y la Antártida, el freno o la detención de la Corriente del Golfo, el desbordamiento de ríos, la inundación y erosión de zonas costeras. Además, el recalentamiento global se alimentará a sí mismo, ya que �podría causar la muerte de bosques que liberarían grandes volúmenes de carbono a la atmósfera, incrementando sustancialmente las concentraciones�, según los técnicos internacionales.
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