Por
Fernando Cibeira
La
pulseada entre el Gobierno y sus legisladores por el piso de las jubilaciones
que se recortarán todavía no tiene su ganador. Senadores
y diputados de la UCR cruzaron ayer llamados para consensuar una modificación
a la ley de ajuste que el Parlamento convirtió en impuestazo
de manera de obligar en forma explícita al Ejecutivo a dejar afuera
de la poda las jubilaciones y sueldos estatales menores a 1000 pesos.
El Gobierno ya anticipó que mandó a liquidar los haberes
con descuento a partir de un piso de 500 pesos, conforme al decreto de
ajuste que ayer se publicó en el Boletín Oficial y que estará
en vigencia hasta tanto se apruebe la ley. La idea de los senadores radicales
es que en la sesión de mañana se vote el proyecto tal cual
lo envió Diputados con el agregado de una modificación al
artículo 10 en la que se determinará el nuevo piso. Los
diputados ratificarían la variante el jueves. Los peronistas, los
frepasistas y sus desprendimientos, estarían de acuerdo.
En la larga trasnoche del viernes, los diputados le habían agregado
al proyecto de recorte el artículo 12 en el que detallaron que
el Ejecutivo garantizará con los mayores recursos los
sueldos y jubilaciones hasta 1000 pesos mensuales, como forma de elevar
el piso del recorte. Sin embargo, ese artículo no fue interpretado
de la misma manera en la Rosada. Allí sostenían que el término
garantizará no los obligaba a nada y que la regla de
oro del dogma déficit cero se mantenía inalterable:
esto es, que no se puede pagar ni un peso por encima de lo que se recaude.
Y que los recursos que el Estado obtendría este mes alcanzarían
con suerte para pagar jubilaciones recortadas con un piso de 500 pesos
y que para los próximos meses se trataría de levantar el
tope en escalas de a 100. Por ejemplo, para septiembre consideraban probable
que el piso estuviera en 700 pesos, todavía lejos de los 1000 que
colocaron los legisladores.
En realidad, la postura del Gobierno parece más dirigida a enviar
señales a los mercados que a una discusión en serio sobre
el piso del ajuste. La prioridad del Ejecutivo es demostrar que por nada
del mundo se apartará del déficit cero aunque más
adelante pueda mostrarse más flexible. Y los mercados le vienen
respondiendo. Ayer se repitió la buena noticia del viernes: subió
la bolsa y bajó el riesgo país. Lo de la señal hacia
afuera se veía ratificado en una versión que circuló
ayer en el Congreso: aseguraban que la ministra de Trabajo, Patricia Bullrich,
se había comunicado con el ex presidente Raúl Alfonsín,
para decirle que desde este mes el piso del recorte de las jubilaciones
podía establecerse en 1000 pesos. Y que si no era en este mes,
seguro sería en el que viene.
En público decían todo lo contrario. Tal vez el afán
de hacer buena letra fue que llevó al jefe de Gabinete, Chrystian
Colombo, a protagonizar una confusa aparición referida al recorte.
Por la mañana, dijo que las estimaciones de Hacienda daban
para este mes que solamente se podía pagar a partir de los 300
pesos, a contramano de todo el resto del Ejecutivo que había
dado como un hecho el piso de 500, tal como lo estableció el decreto.
Más tarde, revuelo mediante, Colombo aclaró sus dichos:
explicó que los 300 pesos eran la base de los cálculos de
Economía para el primer trimestre pero que gracias a los proyectos
alternativos se habían conseguido mayores recursos que habían
dejado el piso en 500 pesos.
Para entonces, los legisladores radicales habían comenzado a explorar
el camino por el que buscarían obligar al Gobierno a aceptar la
base dispuesta en Diputados. Según lo que conversaron senadores
como el presidente provisional de la Cámara, Mario Losada, y el
jefe de bloque, Jorge Agúndez, con diputados como Eduardo Santín
y Jorge Rodríguez, la forma en que le responderán al Ejecutivo
será con una modificación en el artículo 10 del proyecto
votado por la Cámara baja. El nuevo texto se asemejaría
bastante al proyecto que el Frepaso propuso la semana pasada en el que
se aclaraba que se defendía el criterio de déficit cero
en cuanto ano gastar más de lo que se tiene, pero que se exceptuaban
de las restricciones de caja a las jubilaciones y sueldos hasta 1000 pesos.
Si el Ejecutivo necesita alguna aclaración o que el texto
sea más explícito, haremos la modificación en el
Senado y luego la ratificaremos nosotros, explicó el diputado
Santín a Página/12. En principio, estaba previsto que el
Senado sesionara hoy pero problemas climáticos hicieron que varios
legisladores no pudieran volver de sus provincias. Entonces quedaron en
que hoy se harán las reuniones de bloque y la sesión quedará
para mañana. Si en la reunión de bloque no se modifica lo
acordado, mañana se votaría el nuevo artículo y el
jueves Diputados ratificaría la ley.
El inconveniente será que, en los cálculos de la Rosada,
ese texto irá en contra del déficit cero, ya que se prometerá
pagar con recursos que no están en el Tesoro. Pero los legisladores
radicales aseguran que la diferencia entre el piso de 500 a 1000 pesos
que ponderan en unos 35 millones mensuales en jubilaciones más
otros 15 millones para sueldos está más que cubierta
con la suspensión de la devolución del Impuesto a las Ganancias
que Economía había previsto para este mes.
Anoche, una delegación de diputados se entrevistó en Economía
con el ministro Domingo Cavallo para repetir el diálogo de los
últimos días. Es decir, el ministro les contó que
sólo había recursos para un piso de 500 mientras que Darío
Alessandro, Rodolfo Rodil y Jesús Rodríguez insistían
en lo contrario. Quedaron en que hoy se encontrarán los técnicos
de uno y otro lado para afinar el lápiz.
Se
viene el plan de lucha
Los
principales referentes de las CGT oficial y de la disidente evaluaron
ayer profundizar el plan de lucha iniciado el jueves pasado con un
paro en repudio al recorte salarial dispuesto por el Gobierno a jubilados
y estatales. Esta vez, sin embargo, no anticiparon medidas de fuerza
en lo inmediato. El secretario de la CGT disidente, Juan Manuel Palacios,
realizó el anuncio al término de las deliberaciones
que se realizaron en la sede de Luz y Fuerza y de las que participaron
Hugo Moyano, Oscar Lescano, Armando Cavalieri, Andrés Rodríguez
y José Rodríguez, entre otros. Creemos que esta
situación cada vez se hace más insoportable, no va a
ser el último ajuste, van a continuar, sostuvo Palacios. |
Una
sesión peliaguda
La
sesión de mañana no será fácil para los
senadores justicialistas. Por un lado, el Gobierno espera que den
quórum y que no hagan barullo con el proyecto que prevé
los recortes salariales y de jubilaciones. Pero por otro, los empleados
de la Asociación del Personal Legislativo estarán otra
vez de paro, por lo que no habrá taquígrafos, ni mozos.
Además, la protesta promete ganar en intensidad: un senador
del Noroeste comentaba ayer a la tarde que en los comercios
de los alrededores ya no quedan más huevos. Varios legisladores
se atajaban ante este escenario de conflicto, y advertían que
si no hay seguridad, no bajaremos al recinto. Si la sesión
empieza, la cuestión entonces se complicará
para el Gobierno: varios senadores del PJ y los cuatro del bloque
17 de Octubre, quieren modificar el texto incluyendo nuevos impuestos.
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LOS
SENADORES PERONISTAS QUIEREN MARCAR LA CANCHA
Colaborar
sí, ser oficialistas, no
Por
M. P.
El
Gobierno había intentado imponer sus urgencias. Con tono tremendista,
pedía a voces que se adelantara la sesión del miércoles
y que se aprobara rápidamente el proyecto de recorte de salarios
y jubilaciones. Sin embargo, los senadores del PJ hicieron valer su número
son 33, sin contar al bloque 17 de Octubre liderado por Antonio
Cafiero y a los dos legisladores por San Luis y acordaron con el
bloque radical que la iniciativa se trate recién mañana.
Donde no hubo acuerdo fue en la interpretación del artículo
12, donde se plantea el monto desde el cual se aplicará el descuento
del 13 por ciento.
En el Congreso las reuniones comenzaron bien temprano, a medida que los
senadores retornaban de sus casas de fin de semana. Entre los justicialistas,
el encargado de recibir los llamados del Ejecutivo fue el presidente del
bloque, José Luis Gioja. Durante el día, el sanjuanino escuchó
a Ramón Mestre y de Chrystian Colombo, quienes le repetían
que el proyecto debía aprobarse lo más rápido posible.
Esos reclamos chocaron contra las razones que esgrimían la mayoría
de los senadores peronistas. No podemos votar un proyecto que ingresó
hoy (por ayer) después de las 2 de la tarde sin siquiera hacer
una reunión de bloque, argumentaba Gioja.
De todas formas, la cuestión principal estuvo centrada principalmente
en dos puntos del documento, los ya famosos artículos 10 y 12.
En el primero se plantea que si los recursos presupuestarios estimados
no fueran suficientes para pagar todos los créditos a cargo
del Estado, se reducirán proporcionalmente los créditos
a la totalidad del sector público nacional. El artículo
12 dice que los mayores recursos o ahorros recuperados serán
destinados al restablecimiento de las retribuciones. El Ejecutivo,
por si fuera poco, contribuyó a la confusión con los desacuerdos
entre los legisladores radicales y Domingo Cavallo, que interpreta que
la base para aplicar los descuentos es la suma de 500 pesos. Este panorama
motivó surtidas críticas burlonas de los peronistas. Ayer,
por ejemplo, un senador de una provincia del Cuyo ironizaba acerca de
la diferencia entre Leopoldo Moreau y el ministro y jefe de gabinete.
Eso del piso de 1000 pesos es una zanahoria, una mentira, que tiraron
para calmar a algunos tirabombas que tienen en sus filas, decía
al final del día, en la puerta de su despacho.
Para equilibrar la balanza, los justicialistas proponían una serie
de medidas alternativas. Hay otros sectores donde habría
que ajustar: el rectorado de la UBA, el proyecto Educ.Ar y los gastos
de promoción que hace (Darío) Lopérfido. O
sea, una ofensiva sobre distintas ciudadelas del radicalismo y del propio
delarruismo.
Gioja se esmeraba en detallar a los periodistas su cuadro de situación:
Nuestro límite, por un lado, es la oposición razonable.
Pero por otro, las premisas fundamentales del justicialismo. Así,
los senadores del PJ aportarán el quórum necesario pero
al mismo tiempo tratarán de incorporar cambios en el
texto que aprobó Diputados.
Para hacerlo, como destacaba Gioja, se va a seguir una estrategia
de conjunto, que consiste en escuchar las voces de los gobernadores,
que tienen compromisos con el Gobierno, y están realizando ajustes
en sus propios territorios. Por eso, después de la reunión
del bloque que tendrá lugar hoy después del mediodía,
la atención de los legisladores pasará al encuentro que
tendrán mañana con los mandatarios provinciales.
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