Como
era de esperar, la media sanción de Diputados al proyecto de ajuste
fiscal descomprimió la tensión en los mercados financieros.
El riesgo país registró ayer una fuerte caída de
112 puntos (7,5 por ciento) respecto del cierre del viernes y quedó
en 1376. Aunque la baja fue pronunciada, el nivel de riesgo sigue altísimo,
lo que actúa como factor de presión sobre el Senado para
que convierta en ley la drástica reducción de gastos y la
suba de impuestos propuestas por el Gobierno. El secretario legal y administrativo
de Economía, Alfredo Castañón, insistió ayer
en que el recorte de jubilaciones y salarios de empleados públicos
de julio será a partir de haberes de 500 pesos, contradiciendo
a los diputados de la Alianza que aseguraban que el piso para la rebaja
sería de 1000 pesos.
Los financistas se mostraron satisfechos con la firmeza que viene exhibiendo
el Gobierno en la defensa del ajuste fiscal. De allí que el riesgo
país haya experimentado un importante declive, que seguramente
se profundizará si el Senado aprueba el proyecto elevado por el
Ejecutivo. La Bolsa de Comercio también evidenció mejorías,
con un alza del índice MerVal del 1,1 por ciento, mientras que
los bonos argentinos anotaron aumentos significativos. El Global 2008,
que sirve de referencia, subió un 4,4 por ciento.
Las cosas ahora se ven mucho mejor para la Argentina, subrayó
el economista jefe para América latina del ABN Amro Bank, Arturo
Porzecansky, quien saludó el hecho de que el Gobierno haya decidido
aplicar una política de déficit cero. Después
de la aprobación del ajuste fiscal en la Cámara de Diputados
he dormido mucho más tranquilo, agregó el economista,
sin tomar en consideración la suerte de jubilados y empleados públicos
que sufrirán recortes en salarios que no llegan a cubrir una canasta
familiar. Pero para el mercado, lo importante es que el Gobierno va sorteando
obstáculos políticos en su carrera por imponer el ajuste.
Igualmente, en el sistema financiero la crisis todavía está
lejos de disiparse. Un indicador de ello es que continúa la caída
de depósitos (ver aparte), y otro es que la tasa por créditos
interbancarios a un día se mantiene en niveles muy elevados. El
call cerró ayer en 22 por ciento para operaciones en pesos. El
costo del dinero es alto porque los bancos soportan algunos problemas
de iliquidez debido a la demanda de fondos de los ahorristas. En momentos
de tranquilidad en los mercados, el call en pesos oscila entre 5 y 6 por
ciento. Ante esta situación, los pases activos del Banco Central
préstamos a un día a bancos con falta de liquidez
alcanzaron ayer un nuevo record de 2091,6 millones, de los cuales 439,2
millones fueron en pesos a una tasa del 20 por ciento, y 1652,4 millones
en dólares a una tasa del 11,5 por ciento.
Aunque los mercados mantengan la presión para que se efectivice
la promesa del déficit fiscal cero, en la city se reconoce que
con la votación del Senado de la ley de ajuste, el riesgo país
bajaría sólo a un rango de entre 1000 y 1100 puntos. El
nivel más bajo de riesgo desde que Cavallo está en Economía
fue de 800 puntos, mientras que el año pasado, durante la gestión
de José Luis Machinea, promediaba los 600 puntos y aun así
el crecimiento de la economía fue imposible. La sociedad de bolsa
Raymond James señaló en su último informe que la
política de déficit cero podría reducir el riesgo
argentino a 1000 ó 1100 puntos. Sin embargo, la economía
no puede tolerar esos niveles por siempre. Para los inversores,
el riesgo bajará sólo cuando la economía muestre
señales de reactivación. La pregunta que queda sin contestar
es cómo habrá reactivación con el fuerte recorte
de gastos y con la suba de impuestos que plantea el Gobierno, machacando
en la política que se aplica sin éxito desde hace más
de tres años.
LA
RECESION PROLONGA LA PARALISIS INDUSTRIAL
Cómo
se extraña a la demanda
De
acuerdo a los datos provisorios para junio del Estimador Mensual Industrial
(EMI) conocidos ayer, la producción manufacturera registró
una suba del 1,2 por ciento respecto a mayo y del 1 por ciento comparada
con igual mes del año anterior. Esto supone para el primer semestre
del 2001 un resultado negativo acumulado, respecto a igual período
del 2000, del 2,5 por ciento, con bajas del 3,8 por ciento en el primer
trimestre y del 1,3 en el segundo.
Desde el punto de vista sectorial, las ramas industriales que registraron
el peor desempeño fueron las más directamente vinculadas
a la dinámica del mercado interno. Entre ellas se destacan los
sectores automotor y textil. En el otro extremo, el mejor desempeño
se observó en azúcar, agroquímicos y materias primas
plásticas.
La actividad de las terminales automotrices durante la primera mitad del
año se vio afectada por la fuerte caída de ventas en el
mercado local, la misma razón por la que retrocedió el rubro
tejidos. Algunos productos que también retrocedieron son los vinculados
a los mercados de exportación regional, como lácteos y carnes
blancas, o subsidiarios de otros sectores en recesión, como en
el caso de los neumáticos y las fibras sintéticas.
Las razones que explican la evolución de los sectores con mejor
desempeño fueron, en el caso de la azúcar (que creció
un 30,7 por ciento) un adelanto de la zafra por parte de algunos ingenios;
agroquímicos, por la puesta en marcha de una importante planta
productora de fertilizantes y el de materias primas plásticas,
que respondió a la expansión de la capacidad productiva
sumada al aumento de las exportaciones. Otros rubros que mostraron un
comportamiento expansivo fueron la producción de Acero crudo, Gases
Industriales, Aceite y subproductos y Petróleo procesado.
Respecto a la encuesta cualitativa industrial, que se difunde junto con
el EMI y que mide las expectativas empresarias, en este caso para el tercer
trimestre del año, se destaca como dato relevante en todos los
ítemes que, mayoritariamente, no se esperan cambios. Tanto en materia
de demanda interna, exportaciones, importaciones, como en el comercio
con el Mercosur y variación de stocks.
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